La tarcoteca

by Pablo Heraklio, PHkl/tctca. Contact at Tarcoteca@riseup.net

viernes, 18 de septiembre de 2015

El Estado profundo de USA: Programa de Continuidad del Gobierno COG. War on Democracy

Buceamos en los mecanismos internos, el funcionamiento básico de lo que significa "Estado" y "Gobierno".

¿Cuando dejó USA de ser una democracia? En 1950 en espera de la lluvia radiactiva USA puso en marcha el Programa de «Continuidad del Gobierno» el COG ante un eventual ataque nuclear Ruso. Un plan nacional que consistía y aún consiste en un programa militar que permitiera el control de la totalidad de los medios, bienes y servicios, suspensión de las garantías constitucionales y la disposición de campos de concentración, el germen del FEMA, para mantener el orden y funcionalidad en caso de ataque o catástrofe. Se dispuso de una red de contactos centralizada que conectaba empresas con agencias y unidades militares. Con tal concentración de poder rápidamente los puestos ejecutivos fueron copados por los que se convertirían en los individuos más influyentes de su sociedad y del mundo. El mandato no electo de las Camarillas se prolongó durante varias décadas, sobreviviendo a cargos y presidentes. Tal es su poder que encontramos a los agentes del COG en lo que el autor llama los Acontecimientos Estructurales Profundos, aquellos que marcaron radicalmente la política del país: Asesinato de Kennedy, Watergate, Irangate y 11-S. Todos ellos tienen un elemento común: la implicación directa de los Servicios Secretos en los montajes.


El COG, con base en el Bunker de Mounth Weather a pocos kilómetros de Wasintong, se ha convertido en un Palacio de Mandarines que apunta a un gobierno por encima del gobierno. Todo indica que las decisiones estratégicas se toman en tal centro de control dejando las decisiones menores, civiles, al Congreso, al servicio de los lobbies. El Cog parece ser el arquitecto de la verdadera política de Estados Unidos y con ella del Mundos. 


Poco se conoce de su Directorio, pero entre sus jerifaltes suenan nombres conocidos como George Bush Padre, de familia de magnates del petróleo, exdirector de la Cía, miembro del COG desde por lo menos 1971, implicado en el caso Irangate y que llegó a ser presidente. También Dick Cheney en el COG desde por lo menos 1977 y Donald Rusnfell en el COG desde 1973, han ocupado distintos asientos en los distintos gobiernos, tanto demócratas como republicanos, convirtiéndose en una constante impuesta a la democracia. El COG es la bisagra entre Bancos, Corporaciones, Lobbies y Complejo Militar-Industrual que toma decisiones que van incluso en contra de su congreso.


Como apunte indicar que en España es el Centro Nacional de la Protección de Infraestructuras Críticas CNPIC el equivalente del COG. No encontramos su ubicación física en ninguna parte, ni organigrama, pero su Plan es totalmente militar, aunque su página depende de Interior. Su plan se encuentra en la web ciberseguridadlogitek.com y se centra en la Cyberseguridad del Estado, siendo el centro de referencia el MCCD del ejército, así que apuntamos a este como su emplazamiento. Pero a saber.


Presentamos a continuación un texto denso pero contundente. Presentamos la versión web del capítulo 11 del libro The American Deep State: Wall Street, Big Oil, and the Attack on U.S. Democracy del Profesor Peter Dale Scott visto en voltairenet. Avisamos de que no se ha tocado el texto pero se han añadido epígrafes para hacer más fácil su lectura y se ha suprimido parte del profundo y extenso estudio sobre el atentado a JF Kennedy, ya que hay de sobra literatura y nuestra intención es la de resaltar las características del Estado Profundo surgido a raíz del Programa de Continuidad del Gobierno. También se han añadido enlaces aclaratorios.

tctca.
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El Estado profundo estadounidense voltairenet

Desde los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 hemos venido alertando a nuestros lectores sobre la existencia en Estados Unidos de un «Estado profundo», independiente de la Casa Blanca e incluso capaz de imponer su voluntad al ejecutivo. Se trata, a nuestro modo de ver, de una noción indispensable para la comprensión de la política estadounidense. La existencia de este «Estado profundo», oficialmente reconocida por la Casa Blanca, contradice la independencia misma del poder ejecutivo estadounidense. El profesor Peter Dale Scott –quien viene estudiándolo desde hace largos años– ha sacado a la luz la actividad del «Estado profundo» en 4 acontecimientos fundamentales. A ese tema ha dedicado un libro, que acaba de salir a la venta (en francés), y también este artículo donde retoma algunos de los argumentos que expone en ese volumen.
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Los Acontecimientos Estructurales Profundos y el Programa de Continuidad del Gobierno COG

Hace ya cierto tiempo que vengo analizando la Historia de Estados Unidos a la luz de lo que yo llamo los «acontecimientos profundos estructurales» (APE), como:
     - el asesinato del presidente Kennedy,
     - el caso Watergate, 
     - el escándalo Irán-Contras (o Irángate) y 
     - el 11 de septiembre de 2001. 

Son hechos que desde el principio parecen rodeados de misterio. Por otro lado, implican sistemáticamente la realización de actos criminales o violentos y forman parte de los procesos clandestinos de los servicios de inteligencia

Por último, la consecuencia de esos hechos es que extienden la parte secreta del Estado y posteriormente dan lugar a todo tipo de disimulaciones sistemáticas en los grandes medios de prensa y en los archivos internos del gobierno [1].


A medida que profundizaba en el estudio de esos hechos, noté que compartían muchos puntos comunes. Eso refuerza la posibilidad de que esos hechos no sean resultado de intrusiones externas y fortuitas en la Historia de Estados Unidos sino más bien fruto de un proceso endémico y que provengan de una fuente común [2].


Existe, por ejemplo, un factor común entre el asesinato de Kennedy, el Watergate, el escándalo Irángate y el 11 de septiembre. Ese factor común es la implicación, entre bastidores, de individuos que participaron en el plan más secreto e importante de Estados Unidos para el manejo de situaciones de crisis.


Desde los años 1950, ese plan se conoce como Programa de «Continuidad del Gobierno» (Continuity of Government o COG), más comúnmente designado en el Pentágono como «Proyecto Juicio Final». Como supervisores de la planificación altamente confidencial de la COG, un restringido número de sus planificadores lograron alcanzar altas responsabilidades. Ejemplo de ello son Donald Rumsfeld y Dick Cheney. Otros individuos, a quienes también mencionaré en este artículo, operaron en niveles inferiores de la red secreta de comunicaciones de ese programa.


Yo veo ese círculo de planificadores del COG como uno de los numerosos elementos de lo que he optado por llamar el «Estado profundo estadounidense».
- También pertenecen a este Estado profundo agencias como la CIA y la NSA [3] y
- empresas privadas como Booz Allen Hamilton, que absorben –como contratistas– más de la mitad del presupuesto de los servicios de inteligencia estadounidenses [4].
- Este Estado profundo incluye, finalmente, los poderosos bancos y otras multinacionales, cuyos intereses y opiniones están ampliamente representados dentro de la CIA y la NSA.


Más que un elemento entre otros dentro de ese sistema de gobierno oculto, el grupo de planificación de la COG es particularmente específico ya que dispone del control exclusivo de un canal de comunicaciones que escapa al control del gobierno. Esa red puede penetrar hasta lo más profundo de la estructura social de Estados Unidos y manipularla o perturbarla de forma duradera. Estos temas aparecen analizados más detalladamente en mi libro, publicado en mayo de 2015, L’État profond américain.


Origen
del Programa de Continuidad del Gobierno COG


La planificación del COG fue autorizada inicialmente por los presidentes Truman y Eisenhower como preparación preventiva ante las consecuencias que podía tener un ataque atómico devastador que lograse decapitar el gobierno estadounidense. Por consiguiente, el grupo a cargo del desarrollo de la COG se planteó la adopción de medidas extremas, que incluyen lo que el periodista Alfonso Chardy llamó en 1987 la «suspensión de la Constitución» [5]. Sin embargo, en el caso del escándalo Irán-Contras (o Irángate), su red secreta de comunicaciones –que debía activarse sólo en caso de decapitación catastrófica del Estado– en realidad fue utilizada para burlar un embargo oficial sobre las ventas de armas a Irán, embargo que estaba en vigor desde 1979. El objetivo del presente artículo es estudiar la posibilidad de que esa red confidencial haya sido utilizada, no en función de sus objetivos supuestos sino de manera igualmente maliciosa, en noviembre de 1963, en el asesinato del presidente Kennedy.


Caso Iran-Contras y la red Flashboard


[El caso Irangate puso fin a la guerra Irán-Irak en 1988 cuando ambos países se dieron cuenta de que USA les estaba proveyendo armas]
Existe una abundante documentación sobre el uso ilícito de ese sistema alternativo de comunicaciones durante el caso Irán-Contras. El teniente coronel Oliver North supervisó las ventas de armas a Irán utilizando sus prerrogativas como oficial del Consejo de Seguridad Nacional a cargo de la planificación de la COG, bajo la cobertura de un Buró de Programación Nacional, supervisado a su vez por el entonces vicepresidente George Bush padre [6]. De esa manera, North y sus superiores podían utilizar la red de crisis de la COG, entonces designada como Flashboard, para organizar las ventas de armas a Irán, ya que era necesario ocultarlas no sólo al público sino también a otros sectores de la burocracia de Washington. Por consiguiente, cuando North enviaba a la embajada de Estados Unidos en Lisboa instrucciones urgentes sobre aquellas entregas de armas –órdenes que violaban directamente el embargo que prohibía dichas ventas– lo hacía utilizando el sistema Flashboard para evitar que lo supiesen el embajador y otros funcionarios hostiles.

El ejemplo documentado del caso Irán-Contras me permite aclarar tanto lo que pienso de quienes utilizaron la red de la COG como lo que no pienso sobre ellos. En primer lugar, no creo que un solo «equipo secreto» –para retomar la expresión del ex oficial del Pentágono L. Fletcher Prouty– haya utilizado durante décadas el sistema de la COG para manipular el gobierno de Estados Unidos desde el exterior. No existe, en el caso Irán-Contras, prueba alguna de que los superiores de North estuviesen al tanto de lo que hacía el teniente coronel. La única excepción era el director de la CIA, William Casey, y probablemente también lo sabía el entonces vicepresidente George Bush padre.


El hecho es que, en el caso Irán-Contras, un círculo muy restringido de altos responsables tenía acceso a una red secreta de alto nivel no sujeta a la supervisión gubernamental y la utilizó para poner en marcha un programa que contradecía la política oficial del Estado federal. Los miembros de ese círculo cedieron a la tentación de utilizar esa red altamente segura, que había sido concebida con otros fines. En mi libro La Route vers le nouveau désordre mondial [En español, “El camino hacia el nuevo desorden mundial”] explico que ese sistema fue utilizado nuevamente el 11 de septiembre de 2001 en función de la aplicación de las órdenes cruciales sobre las cuales la Comisión investigadora de esos acontecimientos no pudo encontrar ningún archivo [7]. No sabemos si ese dispositivo fue utilizado entonces para alcanzar objetivos ilícitos, como efectivamente sucedió en el caso Irán-Contras.

Lo cierto es que el programa de la red de crisis de la COG sobrevivió al despido de Oliver North por parte del presidente Reagan –en 1986–, como consecuencia del escándalo Irángate. En efecto, el desarrollo secreto de esa red prosiguió durante décadas. Se financió con varios miles de millones de dólares y un equipo, entre cuyos miembros se contaban Dick Cheney y Donald Rumsfeld, la supervisó entre 1982 y el año 2000.


Es importante subrayar que la participación de Dick Cheney y Donald Rumsfeld en ese comité se prolongó bajo 3 presidentes –Reagan, Bush padre y Bill Clinton– aunque ninguno de los dos ocupó funciones gubernamentales bajo la administración Clinton. Esa continuidad fue fundamental para un círculo tan secreto que existe muy poca documentación de archivo sobre sus actividades. Los planes de la COG fueron aplicados oficialmente por primera vez el 11 de septiembre de 2001, por parte del vicepresidente Cheney y del secretario de Defensa Rumsfeld –precisamente los dos hombres que los habían desarrollado a lo largo de 20 años. [8]


Estuviesen o no al tanto de lo que sucedía en el momento del caso Irán-Contras, lo cierto es que Cheney y Rumsfeld formaban parte del comité de planificación de la COG precisamente mientras O.North utilizaba esa red para vender armas a Irán. Aunque no existe un vínculo tan evidente como este entre el desarrollo de ese programa y el Watergate, salta a la vista la implicación de varios elementos de la COG.


El Buró de Preparación de Urgencia OEP y el asesinato del presidente Kennedy


En efecto, James McCord, uno de los “plumber” ["fontanero" es el agente que desarrolla wetworks, desatascos, operaciones encubiertas y “sucias” con implicaciones para el gobierno como tráfico ilegal, asesinatos o atentados] del Watergate, era miembro de una pequeña unidad de la reserva de la US Air Force en Washington, unidad que dependía del Buró de Preparación de Urgencia (Office of Emergence Preparedness, OEP).

La misión de aquella unidad consistía en «elaborar una lista de extremistas y tomar medidas de crisis (…) en periodo de conflicto armado» [9] [listas negras de personas a asesinar]. La unidad de McCord era parte del Programa de Seguridad de la Información en Tiempo de Guerra (Wartime Information Security Program, WISP). Estaba encargada de activar «los planes de urgencia para imponer la censura de prensa, del correo y de todas las telecomunicaciones (incluyendo las del gobierno), [así como la] detención preventiva de los civiles que representen “riesgos en materia de seguridad” internándolos en “campamentos” militares» [10]. Además, John Dean –quien fue probablemente el personaje central del Watergate– había participado en actividades secretas de la COG cuando fungía como adjunto del secretario de Justicia [11].


En el caso del asesinato del presidente Kennedy, me gustaría concentrarme en 2 individuos que trabajaron para la red de comunicaciones del Buró de Planificación de Urgencia (Office of Emergency Planning, OEP), rebautizado en 1968 como «Buró de Preparación de Urgencia» (la estructura de la que dependía James McCord). En 1982, volvió a cambiar de nombre y se convirtió en el «Buró de Programación Nacional» (National Program Office, NPO), donde Oliver North actuaba como el oficial especial del Consejo de Seguridad Nacional [12].


El primero de esos dos individuos es Winston Lawson. El día del asesinato de Kennedy, en Dallas, Winston Lawson era el “explorador” del Servicio Secreto [13] encargado de controlar –desde el auto que encabezaba la caravana presidencial– los canales de radio de su agencia activados en dicho convoy.


El otro individuo es Jack Crichton, un oficial de la reserva de la Inteligencia Militar. Junto al subdirector del Departamento de Policía de Dallas (DPD), George Lumpkin, este Jack Crichton seleccionó al intérprete de idioma ruso utilizado en el primer interrogatorio de Marina Oswald por la policía de Dallas. Marina Oswald era la esposa rusa de Lee Harvey Oswald, designado como presunto asesino del presidente Kennedy. Como veremos, las declaraciones de Marina Oswald en ese interrogatorio conducido por la policía de Dallas fueron falsificadas [14].


Lawson se ganó las críticas de los investigadores sobre el asesinato de Kennedy tanto por su extraña manera de actuar, antes y después de ese hecho, como por sus falsas declaraciones posteriores, realizadas algunas bajo juramento. Por ejemplo, después del asesinato, Lawson informó que varias motocicletas de la policía debían ser inicialmente desplegadas «a los lados derecho e izquierdo del automóvil del presidente» [15]. Sin embargo, en la mañana del 22 de noviembre, las órdenes iniciales fueron modificadas [16] de tal manera que las motocicletas rodaban «sólo detrás del vehículo presidencial» –como el propio Lawson afirmó ante la Comisión Warren [17]. El capitán Lawrence, funcionario de la policía de Dallas, declaró como testigo que las escoltas motorizadas que debían posicionarse a los lados del automóvil de Kennedy fueron redesplegadas detrás del vehículo por orden de Lawson [18]. Aquel cambio en el emplazamiento de la escolta motorizada dejó al presidente más expuesto a un posible fuego cruzado.


En la madrugada del 22 de noviembre, hallándose en el aeropuerto Love Field de Dallas, Lawson instaló en el vehículo que encabezaría la caravana presidencial la base del dispositivo de radio, cuyas frecuencias utilizaron todos los agentes del Servicio Secreto que operaban en el cortejo presidencial. Manejado por la Agencia de Comunicaciones de la Casa Blanca (White House Communications Agency, WHCA), ese canal de radio fue utilizado para tomar decisiones claves antes y después del asesinato de Kennedy. Sin embargo, contrariamente a los canales 1 y 2 del Departamento de Policía de Dallas, sus archivos nunca fueron entregados a la Comisión Warren ni a ninguna otra investigación posterior. Si la WHCA mantuvo en secreto esa grabación no fue porque careciese de importancia sino porque contenía informaciones extremadamente importantes.


[..., ...]

El canal de radio de la WHCA que utilizaron Lawson y sus colegas estaba en contacto directo con la base de esa misma agencia en Mount Weather, Virginia. Se trataba de la instalación militar de la red de la COG. Desde ese lugar, las comunicaciones del Servicio Secreto se retransmitían a la Casa Blanca a través de los «numerosos sistemas de comunicaciones que conectan Mount Weather con la Casa Blanca y con “Raven Rock” –el “Pentágono subterráneo” situado 100 kilómetros al norte de Washington– al igual que con prácticamente cada unidad del US Army desplegada a través del mundo» [25].


Jack Crichton, el jefe de la 488ª unidad de reserva de la Inteligencia Militar en Dallas, también era parte de esa red de la COG dirigida desde la base de Mount Weather. Crichton estaba en aquel entonces a cargo de la inteligencia en el seno de la Protección Civil de Dallas, que tenía su base en un Centro de Operaciones de Crisis subterráneo (Operating Emergency Center, OEC). Como informó Russ Baker, «dado que debía permitir garantizar la “Continuidad del Gobierno [COG] en caso de ataque, [el OEC] había sido completamente equipado con material de comunicaciones» [26]. Hoy en día, todos recuerdan con hilaridad aquel programa, que aconsejaba a los niños meter la cabeza debajo de sus mesas en caso de ataque nuclear [27]. Pero en 1963, la protección civil era una de las responsabilidades de crisis confiadas al Buró de Planificación de Urgencia (OEP). Y es por esa razón que Jack Crichton y el agente Lawson del Servicio Secreto podían estar en contacto directo con la red de comunicaciones de urgencia del OEP, con sede en Mount Weather.


Jack Crichton resulta muy interesante ya que, junto al subdirector del Departamento de Policía de Dallas George Lumpkin, fue quien designó al intérprete –proveniente de la comunidad de rusos de derecha– para interrogar a Marina Oswald (Lumpkin era también oficial miembro de la 488ª unidad de reserva de la Inteligencia Militar). El intérprete designado fue Ilya Mamantov, quien tradujo las declaraciones de Marina Oswald durante su primer interrogatorio –el 22 de noviembre– en el Departamento de Policía de Dallas. Las declaraciones atribuidas a Marina Oswald en aquel primer interrogatorio fueron utilizadas rápidamente para respaldar lo que yo llamo «el relato primario», donde se afirmaba que Rusia y/o Cuba estaban detrás del asesinato de Kennedy. Aún hoy, ciertas fuentes de la CIA todavía sostienen esas acusaciones.


[...]


El 22 de noviembre, como pudimos comprobar, se produjo una interacción entre los canales [de radio] de la Agencia de Comunicaciones de la Casa Blanca (WHCA) y del Departamento de Policía de Dallas gracias al dispositivo portátil de la WHCA que Lawson había instalado en el vehículo que encabezaba el cortejo presidencial [42]. A través de la radio de la policía, ese vehículo estaba en contacto con el vehículo-piloto, que iba delante y donde viajaba el subdirector del Departamento de Policía de Dallas Lumpkin –oficial de la 488ª unidad de reserva de la Inteligencia Militar [43]. Paralelamente, como ya hemos visto, aquel dispositivo de la WHCA estaba en contacto con el centro neurálgico de la COG, en Mount Weather, Virginia. Y esta base disponía de los sistemas de comunicación confidenciales capaces de transmitir información proveniente de los expedientes secretos de inteligencia sin que ningún otro sector del gobierno fuese alertado de ello.


Kennedy y el miedo a un golpe de estado de la extrema derecha


Abramos ahora un instructivo paréntesis sobre el contexto del asesinato del presidente Kennedy. Hoy está claramente comprobado que, en 1963, Kennedy estaba tan inquieto ante «la amenaza de una traición de la extrema derecha» que convenció al realizador hollywoodense John Frankenheimer «de adaptar al cine [la novela] Siete días de mayo» [44] [2 Oscars]. En Siete días de mayo, «un carismático oficial superior, el general de la fuerza aérea de Estados Unidos James Mattoon Scott, tiene intenciones de organizar un golpe de Estado. (…) Según su plan, una unidad combatiente secreta del US Army llamada ECOMCON (Emergency COMmunications CONtrol) toma[ría] el control de las redes de telefonía, radio y televisión, mientras que los elementos sediciosos dirig[irían] el ejército, los medios [de prensa] y sus estaciones en el Congreso desde “Mount Thunder” (una base de la COG inspirada en la de Mount Weather)».

Es también de público conocimiento que, en 1963, el presidente Kennedy había causado gran descontento entre la derecha del tablero político, en gran parte debido a su voluntad cada vez más evidente de acercamiento a la Unión Soviética. El complot que se describe en la novela Siete días de mayo y en su adaptación cinematográfica refleja las inquietudes de los liberales ante generales como Edwin Walker, quien había dimitido en 1961 después de que Kennedy criticara su activismo político en el seno del ejército de Estados Unidos. Walker había divulgado entre sus soldados documentos de la extremadamente conservadora John Birch Society y les había dado instrucciones para que votaran por determinados candidatos de derecha [45]. Pero podemos suponer que Kennedy no tenía pruebas concretas sobre un golpe de Estado fomentado desde Mount Weather. De haberlas tenido, es poco probable que se hubiese conformado con estimular el rodaje de un largometraje de ficción.


El COG: los presidentes se suceden pero su país se mantiene en guerra perpetua


Es importante señalar que, a pesar de que los elementos de la COG como la base de Mount Weather estuviesen vinculados al Pentágono, el correspondiente «gobierno de la sombra» no estaba en lo más mínimo bajo control del ejército. Al contrario, el presidente Eisenhower se había asegurado de que la dirección del ejército fuera diversa y elitista, de manera que entre sus planificadores se encontraran algunos de los principales jefes de empresas de Estados Unidos –como el presidente de CBS Frank Stanton [46]. Por lo que se sabe sobre la conducción de la COG durante las décadas posteriores a la elección de Ronald Reagan, en 1981, ese «gobierno de la sombra» todavía incluía varios presidentes de transnacionales, como Donald Rumsfeld y Dick Cheney, así como 3 ex directores de la CIA: Richard Helms, James Schlesinger y George Bush padre [47].

En 1987, Alfonso Chardy escribió que ese «casi gobierno paralelo», que permitió a Oliver North dirigir las operaciones clandestinas del caso Irán-Contras, también había desarrollado «un plan de urgencia secreto [,] que proponía la suspensión de la Constitución, transfiriendo el control de Estados Unidos a la FEMA» [48]. Ese mismo año, O.North fue interrogado sobre esa acusación durante las audiencias parlamentarias sobre el Irángate; pero Daniel Inouye, el senador que presidía aquella Comisión del Congreso, le impidió responder esa pregunta en sesión pública.


Más tarde, después de haber investigado sobre el poderoso grupo de planificación de la COG, la CNN lo calificó de «gobierno oculto [basado en Estados Unidos y] del que ustedes no saben nada» [49]. El periodista y autor James Mann subrayó su continuidad militarista, que no se modificó en nada durante las alternancias presidenciales en la Casa Blanca:

«Cheney y Rumsfeld eran, en cierta medida, elementos del dispositivo de seguridad nacional permanente pero enmascarado de Estados Unidos, que vive en un mundo donde los presidentes se suceden pero donde su país se mantiene en guerra perpetua.» [50].
Yendo mucho más lejos, el reportero Andrew Cockburn citó una fuente del Pentágono para demostrar que durante la presidencia de Clinton un grupo de planificadores de la COG se componía, por primera vez, «casi exclusivamente de halcones republicanos». Según la fuente de Cockburn, de muy alto nivel, «“se podría hablar de un gobierno secreto a la espera su turno. La administración Clinton se mantuvo extraordinariamente indiferente a eso, [no tenían] idea alguna de lo que allí sucedía”» [51].

La descripción que aquel alto responsable del Pentágono hacía de los planificadores de la COG como «un gobierno secreto que esperaba su turno» durante la presidencia de Clinton –equipo del que todavía formaban parte Cheney y Rumsfeld– está muy cercana a la definición de una «facción» o de una «camarilla» (o sea, de un grupo unido por un pacto secreto para provocar un cambio o derrocar un gobierno).


El Red de Tráfico de armas Safari club implicada en el Irangate


Durante la presidencia de Jimmy Carter pudo observarse una situación similar. En aquel momento, varios de los futuros protagonistas del Irángate –como George Bush padre y el ex oficial de la CIA Theodore Shackley– se vincularon con jefes de servicios secretos extranjeros en lo que se ha dado en llamar el Safari Club. Su objetivo común era «colaborar fuera de la supervisión del Congreso y de la agencia con [el embajador de Estados Unidos en Irán y ex director de la CIA Richard] Helms, así como con sus hombres más leales» [52]. Esa red comenzó a apoyar fuerzas de guerrillas en África –como la UNITA de Jonas Savimbi en Angola–, sabiendo que aquellas operaciones no contarían con apoyo de la CIA, encabezada sucesivamente por William Colby y Stansfield Turner bajo la administración Carter [53].

Algunas figuras claves del Safari Club –como el jefe de la inteligencia exterior de Francia (SDECE) Alexandre de Marenches– colaboraron con el director de la CIA William Cassey, George Bush padre y Theodore Shackley en lo que se ha dado en llamar la «contrasorpresa republicana» de octubre de 1980, cuyo objetivo era impedir la reelección de Jimmy Carter. Aquel plan consistía en hacer fracasar los intentos de la Casa Blanca por repatriar los rehenes de la embajada de Estados Unidos en Teherán antes de la elección presidencial negociando, entre los republicanos y los iraníes, un acuerdo favorable para ambas partes. Finalmente, los rehenes fueron liberados sólo horas después de la investidura del presidente Reagan, el 20 de enero de 1981 [54].


Aquel golpe bajo de los republicanos fue el tercer acontecimiento profundo estructural en la Historia reciente de Estados Unidos, después del asesinato del presidente Kennedy y del Watergate, pero antes del Irangate y del 11 de septiembre. Aquellos contactos ilícitos con Irán fueron iniciados en 1980 por lo que podríamos llamar el «grupo de la contrasorpresa de octubre» que acabamos de describir. Para retomar un término utilizado por Alfonso Chardy, aquella fue la «génesis» de las ventas de armas del Irán-Contras, que fueron supervisadas por los planificadores de la COG/Mount Weather entre 1984 y 1986 [55].


En una importante entrevista con el periodista de investigación Robert Parry, el oficial retirado de la CIA Miles Copeland afirmó que una «CIA dentro de la CIA» había inspirado aquel golpe bajo de 1980 porque había «llegado a la conclusión de que Carter tenía que salir de la presidencia por el bien del país», según los términos del propio Copeland [56]. Copeland declaró abiertamente a Robert Parry que él mismo compartía la opinión de que Jimmy Carter «representaba un gran peligro para la nación». Y el ex agente del Mossad Ari Ben-Menashe declaró a Parry que el propio Copeland en realidad era el «instigador» del acuerdo «armas por rehenes» adoptado en 1980 y que él había «negociado la cooperación de los republicanos con Israel» [57]. Finalmente, Copeland y su cliente Adnan Khashoggi, de quien era consejero, contribuyeron a iniciar las ventas de armas a Irán de 1984-1985 –con ayuda de Theodore Shackley.


Sin embargo, al igual que Fletcher Knebel, quien en su libro Siete días de mayo subestimó la preeminencia militar de la COG en la administración de Mount Weather, Copeland pudo haberse equivocado sobre la exclusividad del papel de la CIA en el grupo de la contrasorpresa de octubre. En mi libro "La Route vers le nouveau désordre mondial ", yo sugerí que esa red de la CIA estaba vinculada al «Proyecto Alfa», que trabajaba entonces con David Rockefeller y el Chase Manhattan Bank sobre los temas vinculados a Irán. En aquella época, aquel desconocido círculo estaba bajo la supervisión de John J. McCloy, un personaje clave del establishmenten Washington [58].


Concluiré este artículo citando nuevamente a James Mann, según quien la administración de la COG en Mount Weather era para Estados Unidos un «dispositivo de seguridad nacional permanente pero disimulado (…) en un mundo donde los presidentes se suceden pero donde su país está en guerra perpetua.» [59]. Como hemos analizado, ese liderazgo oculto estaba garantizado por una red de ex cuadros de la CIA y de dirigentes civiles. Así que invito a mis lectores a plantearse la posibilidad de que ciertos elementos de ese círculo hayan podido constituir un «gobierno secreto a la espera de su turno», no sólo durante las presidencias de Clinton –en los años 1990– o de Carter –en 1980– sino también durante la administración Kennedy, en noviembre de 1963.
Peter Dale Scott

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