El presidente electo de México, Enrique Peña Nieto, indicó en una entrevista que su estrategia consiste en continuar la lucha del actual mandatario, Felipe Calderón, contra las bandas de narcotraficantes, pero esbozó un proyecto a largo plazo que coloca una mayor parte de esta batalla en manos de los civiles en lugar de los militares.
Calderón desplegó 45.000 soldados del ejército en varios estados en todo el país para enfrentarse a los carteles de narcotraficantes. Su esfuerzo se tradujo en el arresto de muchos capos de las drogas, si bien no ha logrado contener una guerra civil cada vez más sangrienta entre los diferentes grupos de narcotraficantes, que ya ha cobrado unas 55.000 vidas en los últimos seis años.
Peña Nieto prefiere tomar nota de Colombia, que libró una batalla conjunta con Washington contra los narcotraficantes bajo el Plan Colombia, el ambicioso programa de ayuda para combatir a los carteles de drogas.
La principal iniciativa consiste en acabar con el monopolio del gobierno en la industria energética, un sector sagrado en el país desde la nacionalización petrolera de 1938.
Peña Nieto dijo que está comprometido a reformar la Constitución para dejar el crudo en manos del gobierno pero le permitiría a las empresas privadas participar en todo, desde la exploración a la refinación.
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Peña Nieto también consideró necesario incrementar el tamaño de la Policía Federal Preventiva y crear una fuerza policiaca paramilitar compuesta por 40 mil elementos para sustituir a los efectivos militares y navales desplegados en las áreas más volátiles y con menor presencia del Estado.
En 2007, el general Oscar Adolfo Naranjo Trujillo fue designado director de la Policía Nacional Colombiana por el entonces presidente Álvaro Uribe. El pasado martes 12 de junio, el general de 56 años de edad presentó su renuncia ante el presidente Juan Manuel Santos. Y dos días después apareció al lado derecho del candidato priista a la Presidencia, quien anunció que lo había designado su principal asesor en seguridad pública.
http://www.reporteindigo.com/reporte/mexico/pena-nieto-y-su-plan-colombiaSistema de clanes mexicano:
Como sucede en otras partes del mundo las bandas de narcotráfico son parte del sistema político-empresarial-social. El político de turno es la cabeza visible de una familia que controla un entramado empresarial y que cuenta con un Boss, jefe "militar" de una banda, que se encarga de las actividades ilegales a las que no se tiene acceso de una forma legal. A su vez el entramado legalizado sirve de soporte para las actividades ilegales, aumentando el beneficio. Ambos entramados son indistinguibles porque son el mismo. Por " acceso de forma legal" se entiende por medio de soborno o trafico de influencias-favores.
Una característica diferenciadora de los clanes mexicanos es su inclusión preferente de miembros de la policía en sus actividades. Así como en otras partes la fuerzas represoras tiene un papel secundario en el entramado -no intervención, vista gorda, sobornos y chivatazos-, en México toman parte activa en las actividades delictivas más lucrativas -extorsión, tráfico ilegal, secuestros, asesinatos-.
Lucha contra las bandas de narcotraficantes/ mayor poder para los clanes:
Por hacernos una aproximación el gobierno lucha contra las bandas pero permite los clanes.
Por lucha contra las bandas se entiende que es contra el aparato dedicado a actividades ilegales. Los clanes son un sistema por sí mismos. Ni una palabra sobre corrupción, cambio de sistema político, leyes o contra las verdaderas causas del narcotráfico.
No tiene sentido hablar de la lucha contra las bandas si no se lucha contra el tráfico y producción. No se lucha contra el tráfico si no se lucha contra el problema: político, económico y social. Y no se lucha sino que se potencia.
Aumentar poder policial/ mayor poder para los clanes:
La policía es controlada política y económicamente. De forma política atiende a los intereses directos de su jerarquía, convirtiendo a los comisarios en caciques que se dedican a grandes operaciones, por ejemplo reciben sobornos de control de aduanas, su parte de la prostitución y tráfico de armas, etc. A su vez estos son dirigidos por el político de turno, que indica a quién y cuándo han de presionar.
Económicamente se establece un sistema de extorsión a todos los niveles, de modo que todos sus miembros reciben un sobresueldo acorde a sus "trabajos extra". Así, están los que cobran por mantener los comercios de una calle sin "rateros" o los que se dedican al transporte de mercancía para uno u otro clan. Como la extorsión es ilegal sus miembros no se denuncian por miedo a sufrir represalias, y así se crea una red de miedo y silencio.
Socialmente se crea entorno al tráfico y la corrupción todo un entramado de exclusión y degradación donde las personas que intervienen son utilizadas como la mercancía que producen: se compran, se venden, se desplaza, se les mantiene vivos en condiciones de subsistencia y si se les tiene que matar se les mata. Las personas ajenas al clan son tratadas como amigos si pagan o enemigos si no pagan "la mordida".
El ejército es un parásito que existe para perpetuarse a sí mismo. Poco productivo hasta para el hampa. Localizado fuera de núcleos urbanos. Ideal para controlar la producción y recogida de la droga. Cuenta con inconvenientes para la explotación y reparto de beneficios, como excesiva rigidez, creación de su propia oligarquía -generales y coroneles poco proclives a compartir beneficios-. Tendencia al control por la fuerza del mercado. Imprescindible en zonas rurales.
La sociedad se localiza cada vez más en ciudades, donde ejerce un verdadero control social hasta en los rincones más profundos. Su presencia es mejor tolerada que la del ejército. El aumento del poder policial va acorde con la tendencia internacional de militarización de la policía y control urbano. Los motivos de esta tendencia son muchos. El informe elaborado por la OTAN en 2008 presenta a la ciudad como el nuevo escenario de operaciones, donde la policía adquiere cada vez más papel protagonista.
Apostar por mayor policía es reconocer la ciudad como centro preeminente de distribución y potenciar la capacidad de los clanes que la controlan. A su vez se premia a los clanes que mayor control ejercen sobre la misma. Estos clanes son los más politizados, cercanos a los intereses de la presidencia.
Plan Colombia para México/ escuadrones de la muerte parapoliciales:
¿Frenar el flujo de drogas a EEUU? El plan colombia fue sencillo, intervención militar a gran escala para acabar con el tráfico de cocaína a todos los niveles: cultivo, procesamiento, transporte y venta. Sus actividades: instalar bases militares, quema y fumigación de cultivos, asesinato de campesinos productores, requisación de mercancía, control de las principales rutas de suministros, bajar los precios de la merca para los intermediarios manteniendo estables los de venta en USA y comerciar con armas. Después de casi 15años de guerra contra las drogas el objetivo de reducir el cultivo de coca en 2006 en un 50% fue transformado en un aumento de un 15%.
Sorpresas, el artífice colombiano de la organización paramilitar que permitió tal incremento de beneficios: el Narcogeneral Naranjo Trujillo, es nombrado nuevo jefe policial. Su misión será la misma, aumentar la producción de marihuana y asegurar su transporte a Estados Unidos.
La innovadora diferencia entre el Plan México y el Colombia es que Peña Nieto apuesta por el control policial. Consecuencias las mencionadas, mayor poder para los clanes locales por medio de su control de la policía y militarización de la misma. En vez de llamarlos paramilitares se llamarán parapolicias, más conocidos en sudamérica como escuadrones de la muerte.
Como en Colombia, la inversión inicial e USA en México se ve recompensada con creces por los beneficios de la explotación narcoagrícola, la venta en su propio país y la inversión Mexicana en armamento, legal e ilegal.
Privatizaciones/ mayor poder para los clanes:
Se empieza permitiendo la participación de las empresas y se acaba desmontando el sistema.
Una vez el gobierno estableció los grandes monopolios en los años 30 y 40, éstos se convirtieron en la teta de la cuál todos querían chupar. Años de corrupción han producido tal descontrol sobre la situación concreta de la empresa pública CFE que sus beneficios o pérdidas le son desconocidos al mismo. Simplemente no se puede calcular el precio de la energía, justo como en España. Pero según la experiencia española esta apertura del mercado no es sinónimo de regularización, mejora o eficiencia, sino de cártel y control de precios por parte de las compañías.
El monopolio implica control político sobre la empresa. Al privatizar se permite el acceso de empresarios al control de la empresa. Si los empresarios son el clan éstos dominan la empresa: mayor poder para los clanes.
Conclusiones:
La guerra contra el narcotráfico es la excusa que se le ocurrió a Bill Clinton en 1998 para intervenir en Colombia en connivencia con su gobierno.
Tanto el narcotráfico como la lucha contra éste benefician a los oligarcas-caciques locales.
Los clanes controlan el país y por medio de los títeres que se asienta en el gobierno no hacen más que aumentar su poder. En la búsqueda de beneficios el estado produce misieria y explotan (revientan) a los ciudadanos no implicados diréctamete en tal lucrativa actividad. La población es expectadora y víctima del festín.
El círculo de corrupción solo se puede romper con la organización social y la lucha contra estos clanes mafiosos. Luchar contra la mafia es luchar contra el estado y contra los clanes de Estados Unidos, como ya sucede en Chiapas u Oaxaca.
Los Estados Unidos están convirtiendo a Sudamérica en Sudamerca.
Compañero, organizate y lucha.
Muerte al estado y viva la anarquía.
Muerte al estado y viva la anarquía.
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