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miércoles, 11 de enero de 2023

El Funcionamiento de la Economía de Guerra - Guillermo Torres Carral

El Sector de la destrucción obtiene su beneficio de la sustracción de recursos del sector productivo y consumo, por lo que estos sectores son a su vez en parte orientados a la formación de los medios destructivos, dando lugar a la Economía de Guerra.


Señalábamos en el artículo "La Transformación del Ejército Estadounidense 3/3: La Descomposición Social afecta a los planes Imperiales" que EEUU se situaba en una encruzijada vital, ya que su esfuerzo militarista estaban lastrando sus capacidades económicas y que la destrucción generada por un menor rendimiento econonómico acabaría afectando a sus capacidades militares.

Indagando en la relación entre descomposición social y desarrollo armamentistico, encontramos este magnífico artículo de investigación escrito del Dr Guillermo Torres Carral de la Universidad Autónoma Chapingo-Mexico en 2013, escrito en clave marxista. En él se desarrolla la Industria de la Matanza humana como uno de los sectores económicos contemplados en la Teoría de la Acumulación de Marx. Presentamos el tercer capítulo del trabajo por explicar el mecanismo profundo de tal relación.

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Special flights brought in tonnes of banknotes which disappeared into the war zone
Un elemento fundamental para realizar el análisis de la relación de la guerra con la economía es considerar los esquemas, desarrollados a partir de Quesnay, que se presentan mejorados como los esquemas de reproducción simple y ampliada de Marx (1971, t. ii, pp. 350-456) y que, junto con otros aportes (de Leontiev y los keynesianos), contribuyeron a la construcción de los sistemas de cuentas nacionales (Kowalik, 1979, p. 1059). Aunque es de señalar que “el multiplicador del gasto de cien unidades de armamento financiadas con cien unidades de impuestos puede ser mayor de la unidad si se sigue el moderno sistema de contabilidad nacional en vez del sistema de contabilidad que Marx usa” (Desai, 1977, p. 142). 

Para dar cuenta de cómo interviene el sector militar en la reproducción económica anual de la sociedad, deben tomarse en cuenta las interacciones materiales y sociales entre los dos sectores de la economía [16] [sector i= medios de producción, sector ii= medios de consumo, sector iii= medios de destrucción] en la generación del producto total y su valor, así como considerar que el sector ii se subdivide a su vez en un subsector que produce artículos de lujo y en otro que produce medios de vida necesarios. 

Como se señaló arriba, el sector militar ha sido analizado como parte del subsector de artículos de lujo (Kidron, 1971). Sin embargo, en sentido estricto, los armamentos no pueden contemplarse como parte de este subsector en tanto que no entran al proceso de reproducción del capital social. Así pues, no deben incluirse ni en en el sector i ni en el ii, ya que como medios de destrucción constituyen otra categoría especial del proceso de reproducción del capital, por lo que en realidad integran otro sector diferente a los anteriores (un tercero o iii), al no ser medios de producción ni tampoco medios de consumo para la reproducción, sino medios para la destrucción, aunque el valor generado en este sector también se descompone, al igual que los anteriores, en capital constante, capital variable y plusvalía. 

Este gasto armamentista [17] representa un impulso desmedido a la acumulación de capital (Marx, 1976, p. 85). Sin embargo, dicha plusvalía se genera realmente deduciendo una parte de la generada en los sectores i y ii y transfiriéndola al tercero; de esta forma surge la economía de guerra permanente (Boggs, 2004, p. 23; Melman, 1979, p. 5). 

No obstante, es evidente que el incremento del armamentismo y su necesaria reproducción ampliada, que supone la reproducción ampliada de la guerra, requieren de un incremento desmedido de los artículos de lujo [18] (ya que el capitalismo no se finca en la abstinencia sino en el derroche), todo lo cual se traduce en otra posibilidad de crisis, aunque ésta se sitúa al nivel de la reproducción simple (Marx, 1971, t. ii). Esto significa que la causa de la crisis no está sólo en la sobreproducción del sector productor de medios de producción (menos en el subconsumo, puesto que éste es característico de todas las sociedades de clase, basadas en la pobreza de las masas). 

Así entonces, la relación entre mayor consumo y armamentismo también tiene que ver con la desproporción entre el subsector de medios de vida y el de artículos de lujo, cuando éste rebasa a aquél: “Es un fenómeno completamente análogo a la realización de i (V + P) en ii ©; con la diferencia de que en el segundo caso (iib) V sólo se realiza en una parte de (ii a) p igual a él en cuanto al volumen de su valor” (Marx, 1971, t. ii, p. 364). [que me lo traduzcan] 

Planteemos ahora dos hipótesis de trabajo para la mejor comprensión del asunto que aquí nos ocupa. En las dos, el ritmo de la acumulación lo marca un superávit del sector i y, paralelamente, un déficit del ii (lo que no excluye el sobreconsumo),[19] por lo que, en la reproducción ampliada, la ecuación de equilibrio intersectorial supone que el sector i reinvierte más en sí mismo que en los otros. La otra hipótesis, que explicaría el capitalismo actual, es que crezca más el sector iii de la economía. Y esto es lo que verdaderamente ocurre, porque, para que éste pueda funcionar, requiere que de los dos primeros sectores le vendan más (y menos al interior de ellos). Esto implica que se destinen menos medios de producción y de consumo a realizarse en los dos sectores de la economía civil a cambio de armas. 

Puede decirse que estamos inmersos en el caos de una reproducción ampliada negativa (Bujarin, 1974), la cual supone una deducción de riqueza material y social de los sectores productivos para su realización en el destructivo (Melman, 1977), y que igualmente genera su propio excedente en armamentos, de los cuales no emplea todos, ya que eu es el primer exportador de armas en el mundo). 

Además, el núcleo del crecimiento del sector i proviene del iii (mediante el acelerado cambio tecnológico),[20] y como no todos los productos de este último se destinan a la guerra, muchos van entrando poco a poco hacia el primero (aunque sólo como artículos intermedios), principalmente, aunque también al sector ii (videojuegos, juegos de guerra, defensa personal, sicarios, etcétera). 

No obstante, si bien desde el punto de vista de la incorporación de la alta tecnología manda el sector militar, éste depende de los otros dos para garantizar su funcionamiento, por lo cual la verdadera acumulación siempre es la que ocurre como resultado del intercambio (y desequilibrio) entre los sectores i y ii, pues el iii es resultado de una deducción (en términos materiales y de valor) de los anteriores (Bujarin, 1974; Melman, 1979) por mucho que pudiese impactarlos positivamente. 

Esta reproducción ampliada negativa,[21] no es igual a crecimiento cero. Al contrario, genera y presupone un crecimiento sostenido, apoyándose en el consumismo y en las aventuras del capital especulativo a escala mundial, que son un acompañante de esta economía, así como del “capitalismo criminal” (Galindo, 2005).

Cuando se considera al artículo de guerra como un artículo más, sin parar en su especificidad y su respectivo ciclo de energía-materia, se le contempla sólo como una simple asignación monetaria (lo que es un renacimiento del nominalismo),[22] despreciando el impacto que acarrea en el proceso de reproducción económica y ecológica. En ese caso, se minimizan los fundamentos bélicos de la crisis como núcleo de la comprensión del proceso de reproducción del capital social. Y es que los materiales empleados son destruidos permanentemente como valores de uso e, incluso, aunque no se consuma el armamento, su carácter destructivo radica en que no puede reponerse materialmente pero tampoco reproducirse en términos de valor.

Notas

[16] Desde la perspectiva de Marx, y como conceptos fundamentales de la reproducción del capital total de la sociedad, se distingue el sector i, aquel que produce medios de producción, del sector ii, que produce medios de consumo. No tienen nada que ver con la clasificación en sector primario (minero y agropecuario), secundario (industrial) y terciario (servicios), que se refiere a las funciones físicas: obtención de la materia prima, su transformación y su consumo.
[17] En eu alcanza alrededor de 4.7 % del pib de 2007-2011(sipri, 2011). 
[18] “Los productos de ´lujo´ que no se emplean ni como instrumentos de producción, ni como artículos de subsistencia, en la producción de otro, no son parte determinante del sistema” (Sraffa, 1966, p. 81). 
[19] “En términos absolutos crece el consumo de los obreros y de los capitalistas” (Tarbuck, 1975, p. 20).
[20] “En la mayoría de los productos bélicos, el Estado como principal comprador, toma la iniciativa principal y las especificaciones corresponden al empleo que se desea hacer del producto, y el volumen de producción, los métodos y todo lo demás son consecuencias del mismo. En realidad es más adecuado concebir al sector de la industria bélica como logística económica que en función de la producción para el mercado […] La innovación es importante. Pero apenas se puede afirmar que sea autónoma” (Kidron, 1971, pp. 42 y 68). 
[21] “No se trata aquí de reproducción ampliada, ni siquiera de reproducción simple; tenemos una subproducción creciente. Tal proceso se puede designar como reproducción negativa ampliada. Además, la reproducción negativa ampliada avanza paralelamente a la acumulación de valorespapel” (Bujarin, 1974, p. 27). Igualmente: “Gran parte del producto anual que se consume como rédito y ya no ingresa al proceso productivo en calidad de medios de producción está compuesto por los productos más nefastos, que satisfacen las pasiones, caprichos, etc., más deplorables. Este punto es de todo punto indiferente para la determinación del capital productivo, aunque naturalmente, al desarrollo de la riqueza se le aplicaría un freno si una parte desproporcionada se reprodujera de esta suerte, en lugar de convertirse nuevamente en medios de producción y de subsistencia que vuelven a entrar en la reproducción ora de mercancías ora de la capacidad laboral misma, en pocas palabras, en vez de consumirse productivamente” (Marx, 1976, p. 85). 
[22] El nominalismo es una corriente filosófica que sustituye las cosas por su nombre (Gambra, 1973)

Bibliografía

Boggs, Carl (2004). Imperial Delusions: American Militarism and Endless War, New York, Rowmn/Litllefield Publishers Inc
Bujarin, Nicolai (1974). Teoría económica del periodo de transición, Cuadernos de Pasado y Presente, Buenos Aires, Siglo XXI. 
Desai, Meghnad (1977). Lecciones de teoría económica marxista, México, Siglo XXI.
Galindo, Magdalena (2005). “El capitalismo criminal, fase superior del imperialismo”, Revista Mundo Siglo xxi, núm. 2, México, ciecas, ipn. 
Kidron, Micheal (1971). El capitalismo del desperdicio, México, Siglo XXI.
Marx, Carlos (1971). El capital: crítica de la economía política, t. i-iii, México, fce. 
Marx, Karl (1976). Resultados inmediatos del proceso de producción (“El capital”. Libro primero, capítulo vi, inédito), México, Siglo XXI.
Melman, Seymour (1977). El capitalismo del Pentágono, México, Siglo XXI.
      ''             ''       (1979). Permanent war economy. American capitalism in decline, New York, Touchtone.

Cita

Torres CarralGuillermo "Armamentismo y sobreconsumo en el capitalismo contemporáneo. La economía política de la guerra". internet. 2013, (38), p:149-181[fecha de Consulta 8 de Enero de 2023]. ISSN: 0188-3380. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=281128985005
PDF: Redalyc

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