Reproducción del artículo de Iñaki Etaio: http://www.lahaine.org/index.php?blog=2&p=60405
Si el 29 de marzo no vas a hacer huelga y sientes cierta incomodidad cuando alguien te pregunte si la vas a secundar, no te preocupes. No hace falta que pienses qué vas a responder. A continuación tienes un listado de excusas. Elige la que más vaya con tu estilo y tranquiliza tu conciencia:Como conclusión decir que el miedo es la pequeña muerte.
- Excusa “coyuntural”: “La situación no está como para hacer huelga”. Está claro que es mucho mejor tener nuestros derechos todavía más recortados para seguir diciendo lo mismo. Cuanto peor esté la situación menos razones habrá para hacer huelga…
- Excusa “pan para hoy, hambre para mañana”: “No me puedo permitir perder el sueldo de un día”. Es evidente que el sueldo de ese día será lo que te permita tener una vida digna. Y además, está claro que no perderás nada con esta reforma laboral y con las que vendrán después…
- Excusa “dócil”: “No puedo hacer huelga porque en la empresa las cosas están muy mal y pueden tomar represalias”. Es incuestionable que con las medidas que se están aprobando contra los trabajadores se limitará muchísimo el poder de la patronal para poder tomar represalias contra los trabajadores, incluid@ tú. También es evidente que, si el/la jef@ ve que eres dócil, tus derechos serán más respetados…
- Excusa “todos son iguales”: “No estoy de acuerdo con la reforma, pero tampoco estoy de acuerdo con los sindicatos, porque sólo defienden sus intereses”. Indudablemente, lo mejor que se puede hacer para luchar contra la reforma es despotricar con l@s amig@s en charlas de taberna y no participar en una movilización coordinada junto con l@s demás trabajador@s. Mucho más efectivo, sin ninguna duda…
- Excusa “yo soy quien levanta el país”: “La gente que hace huelga lo que busca es tomarse un día de fiesta”. Es obvio que lo realmente sacrificado es ignorar la convocatoria de huelga e ir a trabajar, para poder seguir sacrificándose cada vez más con lo que nos viene y vendrá con las reformas contra l@s trabajador@s.
- Excusa “gran personalidad”: “En mi empresa muy poca gente hará huelga”. Está claro que, al no hacer huelga tú tampoco, serán más quienes secunden la huelga. Además, si tu compañer@ te escucha diciendo esto y está igual de convencido que tú, seguro que se siente mucho más motivad@ para sumarse a la huelga contigo. Y no olvidemos que, en último término, la mayoría siempre tiene la razón; o al menos si sirve para justificar la actitud propia...
- Excusa “no tengo tiempo para huelgas”: “Haría huelga, sí, pero tengo mucho trabajo acumulado y no me puedo permitir perder un día entero”. Es evidente que ese día de trabajo que no perderás será mucho más decisivo que los derechos que te serán recortados por la aplicación de la reforma laboral. De todas formas, existe otra posibilidad: convocar una macroasamblea para saber qué día te viene bien hacer huelga, para que así puedas participar.
- Excusa “jefecillo”: “En mi empresa tengo importantes responsabilidades y tengo varios empleados a mi cargo. No puedo hacer huelga”. Está claro que tú no eres un/a trabajador/a cualquiera. ¡Faltaría más! Tú eres algo más. Tranquil@, tú no eres un/a asalariad@ y la reforma no te afectará…
- Excusa “políticamente correcto”: “Las huelgas son algo demasiado radical y eso es lo que les gusta a los radicales”. Claro, el brutal recorte de derechos que nos impondrán no será nada radical. Lo harán con buenos modales, bien vestidos, con una sonrisa y una palmadita en la espalda… ¡Así sí que se pueden hacer las cosas!
- Excusa “apolítica”: “¿Que si voy a hacer huelga? Yo no me meto en política…”. Es indudable que aceptar sin protestar las medidas contra los trabajadores no es ser cómplice de las mismas… Y además, claro está, participar en política es algo altamente desaconsejable. Eso lo tienen que hacer los políticos, no nosotr@s...
- “Estoy de acuerdo con la reforma y es necesaria.” ¡Felicidades! Tú no necesitas buscar excusas. Has conseguido (han conseguido) que te imbuyas de pensamiento burgués y aspires a ser como ellos. Sólo te falta el pasaje para dejar de ser trabajador/a y convertirte en patrón. ¡Eso sí que es un sueño! Tienes toda una vida para seguir buscando. ¡Hay miles de premios!
La inactividad y el alineamiento diario es nuestra ruina.
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