UGT y CCOO se ven obligados a convocar Huelga General el 29 de marzo.

Los sindicatos UGT y CCOO, los principales, que no únicos vendeobreros, se ven avocados, sin ganas, a una huelga general. Las huelgas generales de las comunidades autónomas de Cataluña, Galicia y País Vasco arrastran a sus comités centrales a solicitarla en todo el territorio.
Se pide la Reforma de la Reforma Laboral, esto es, una mierda como un templo. Un pulso al gobierno que seguro que perderán.
Los sindicatos mayoritarios serán incapaces de mantener la presión sobre el gobierno:
- La última huelga acarreó mayores consecuencias a los huelguistas (sanciones, reproches y venganzas patronales) que beneficios.
- La concepción tradicional de afiliado sindical, la que sostiene estos sindicatos, excluye al trabajador en paro, por lo que no se cuenta con esa masa de 5 millones 400 mil parados.
- Solicitan la participación de aquellas personas a los que han sometidos a oleadas tras oleadas de EREs en los últimos 5 años, unos 2'7 millones de personas.
- El desprestigio de los propios sindicatos, por su trayectoria y corrupción, los hacen tan detestables como el propio gobierno.
- Los empleados que aún mantiene sus trabajos trabajos no están dispuestos a jugarse su puesto en la situación actual.


La bola de cristal:
- Los sindicatos mayoritarios no tendrán fuerza suficiente para imponer vetos a la Reforma Laboral. Perderán el pulso al gobierno lo que les quedaba de credibilidad pública.
Será el comienzo de la lenta disolución, que no el fin, de los mismos: disminución de sus competencias, disminución de sus afiliados, disminución de financiación, disminución de representantes.
- La Reforma Laboral se implantará sin pena ni gloria en una sociedad apática y sin fuerzas. 


La Huelga General será la última exhibición de fuerza de estos caducos sindicatos. Será también la última oportunidad de los trabajadores de mantener sus puestos y derechos adquiridos con sangre. Por eso la convocatoria es aún más trágica.Los obreros alienados y sin conciencia de clase se dejarán arrastrar por sus líderes políticos hasta la tumba de la anulación como personas.
Que salga mal la huelga general es lo peor que le puede suceder a la población, avocada a la descomposición social por falta estabilidad económica.


Menos mal que quedan sindicatos que no se venden, no pactan, no viven de subenciones y no permiten las lacras de los cargos asalariados. Cuando pensabamos que el anorcosindicalismo decaía vuelve a resurgir, gracias a las medidas fascistas de la política neoliberal, con fuerza. Hasta que cobren la fuerza requerida para oponerse a la reacción pasarán aún muchos años.