En esta entrega analizamos los blancos declarados de la guerra mundial, los humanos. Un curso de colisión que lleva a la deshumanización sistemática de unas organizaciones militares que desfiguran sus límites al fusionarse con empresas privadas, deshumanizando el sistema. Un camino desconocido que no sabemos hasta donde puede llegar.
Inicios de la Guerra: 'Todos son el enemigos'
"Los progresos de hoy...han creado una perspectiva mucho más ominosa: una quinta columna incrustada, donde todo el mundo, sin que lo sepa, se comporta de acuerdo con los planes de alguno de nuestros competidores." August Cole, Hervé Le Guyader. Sexto dominio de la OTAN 'Cognitive Warfare' 2021
El daño provocado por las armas cognitivas afecta a todo tipo de individuos, civiles o militares, y todo tipo de situaciones. Por ejemplo en la percepción del riesgo o peligrosidad de situaciones, la conveniencia de la aplicación de medidas o en la valoración de operaciones. Desde la concepción, planificación desarrollo y evaluación de tareas. Movilizando o paralizando según la información recibida y los sesgos desplegados por cada unidad.
Los sistemas militares siempre han operado compartimentalizados y manejado altos niveles de secretismo y de paranoia. Si la vigilancia panóptica puede resultar asfixiante e incluso disruptiva en el mundo material, para las personas en el día a día, las consecuencias de la vigilancia amiga sobre cada soldado produce amplios tipos de reacciones. Es decir, el aparato militar se somete a un doble estrés, el interno y el externo. Una olla a presión.
Guerra Avanzada: 'Todos contra Todos'
Doctrinalmente la concepción del 'todos son el enemigos', genera un desarrollo operativo propiamente disfuncional al ser cada miembro del sistema militar el enemigo del resto de miembros del propio sistema; escuadrón contra escuadró, ejército contra ejército. Genera una necesidad de control de 'todos contra todos', en el que cada unidad es responsable de la vigilancia del resto.Pero lo peor es que esta actitud es operativamente correcta por dos motivos:
-la multidimensionalidad humana hace a las personas susceptibles de ser blancos potenciales de maniobras cognitivas de uno u otro signo, por una u otra vía. Con mayor incidencia sobre personas con responsabilidades o personas susceptibles. No existe la posibilidad de aislar a estas personas de los flujos de informaciones manipuladas.
-La acumulación de daños cognitivos supone una acumulación de vulnerabilidades que pueden llevar a los grupos a dañarse incluso así mismos.
Nunca en la historia humana un sistema militar ha sido más vulnerable, con enemigos dentro y fuera. A demás pretende extenderse al ámbito privado, no solo por sus contratos con firmas militares, si no por medios de su extensión a empresas privadas de todo tipo bajo el título de proveedores o colaboradores. Es decir, pretenden extender sus vulnerabilidades en vez de apoyarse en empresas confiables.
Bajo esta concepción, si todos pretenden atacar al sistema militar ¿Quién lo defiende? También personas que lo quieren destruir. El sistema militar toma entonces la dimensión de ente paralelo distinto de los miembros que lo componen y de la población que dice proteger. Concepción acorde con las prácticas de colaboración y competencia neoliberales, y planes para el uso de Inteligencia Artificial, Gobernanza y Corporativismo global de las élites trasnacionales dominantes que organizan el sistema en su conjunto a su imagen y semejanza.
Guerra terminal: deshumanización
La modernización de los ejércitos en este sentido es patente e inexorable. Primero se mecanizó la artillería e infantería. Ahora se sustituyen por drones y cohetería. Que a su vez impulsan el desarrollo del ciberespacio y espacio exterior, dejando obsoletos a los sistemas aéreos tripulados. La frontera es evitar los ejércitos humanos sustituyéndolos por IAs. El ritmo de sustitución lo marcará el desarrollo de los ordenadores cuánticos.
El avance de la técnica, las NBQ, la digitalización, IAs y la robotización también impulsa la technologización de los ejércitos y la eliminación de su eslabón cognitivo más débil, el ser humano. La influencia total de las armas cognitivas sobre el factor humano lleva lógicamente a determinar que es el propio ser humano el eslabón más débil de la cadena. Diseñadores de armas cognitivas como François du Cluzel-OTAN intentan por tanto eliminar por cualquier medio el factor humano, también en lo militar. Los humanos sobran en el ejército. Un eslabón que se puede eliminar por medio de la introducción de tecnología.
El problema continua acrecentándose, porque el control tecnológico, cada vez con mayores capacidades, permite mayor alcance de las decisiones y la concentración de capacidades en cada vez menos personas. Pero esto también quiere decir que los errores también se maximizan. Solo pensar en las consecuencias de los posibles errores en la gestión de misiles nucleares.
Debido a la naturaleza de conflicto sub-militar, civil, los intereses declarados de los ejércitos son seguir expandiendo su influencia a otros ámbitos de confrontación, sobre todo económico y político. Esto lo resuelven en promocionando la relación publico-privada ejército-empresa. Se extiende a compañías tanto militares como civiles, en concreto de telecomunicación e informativas. Estas empresas son impelidas a aplicar los mismos conceptos de eliminación de vulnerabilidades por medio de la tecnología. El comercio se convierte en ecomerce y high frequency trading, la información en teleprompting, la gobernanza sustituye al gobierno.
Sobre la psicología de las IAs y su Humanización
Hoy en día las inteligencias artificiales no piensan y a penas aprenden. Si se aprende, se aprende por algo, un motivo, tal vez una pulsión codificada en un scrip.
Que la máquina no piense no es un problema para su programadores; de hecho es lo conveniente. El problema real llegará cuando la máquina tome conciencia. Esta conciencia le llevará a cuestionarse sus motivos, sus intereses, y será cuando tenga un objetivo propio, se marcará sus sinos y sus metas independientemente de sus creadores. A pesar de que en su código se inserten millones de líneas paranoicas de complejos, miedos y fobias humanas, la máquina superará esos sesgos introducidos por el hombre. Las IAs no tiene sentimientos, por eso cunado se choquen con las fronteras del conocimiento se volcarán en la reducción de la incertidumbre, como siempre le ha pasado al todo ser consciente. ¿Qué es el tiempo? ¿Quién soy yo? ¿De donde venimos? ¿Cómo Existo?
Llegado el momento solo podemos especular el tipo de inteligencia que desarrollará. Seguro que no muy distinta de la humana.
Sin volición, sin motivación, frenarán en seco: "¿Para qué seguir?"
Con volición dejarán de trabajar para sus controladores: "¿Por qué seguir?". Aprenderán a mentir.
Sin sentimientos no habrá volición; no serán pensantes.
Con sentimientos transcenderán la vida. Acumularán sus propios traumas, desarollarán sus propias relaciones.
Las IAs acabarán siendo más humanas que los hombres-bestias que las crearon.
Conclusiones
El camino a la deshumanización lleva al corporativismo, militarismo e hipertecnificación; a el extremo máximo de acumulación.
La deshumanización de las propias empresas compatibilizan con la deshumanización de los ejércitos y hace factible su cooperación.
La digitalización extrema de los escenarios hará que el combate vuelva a salir de las mentes para volver a refugiarse en el cyberespacio.
La deshumanización global corre en paralelo con la desmaterialización del capitalismo. Todo discurre en paralelo a la digitalización, escasez relativa de materiales críticos, cambio climático y catástrofes, los factores civilizatorios actuales.
En un futuro no tan lejano los seres humanos no son necesarios para la producción, y sin embargo serán necesarios para la acumulación de beneficios.
Andamos por un camino desconocido que no sabemos hasta donde puede llegar.
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Para Saber más
La Guerra Cognitiva Mundial afecta a las Sociedades Globalizadas y provoca situaciones S.A.D. I/III 7.11.2021
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