Ayer, en un acto público, los agentes calificaron el acuerdo de “burla”, quemaron el documento y desconocieron a sus representantes. Los policías han emplazado al Gobierno a reanudar el diálogo con los delegados de tropa de los nueve departamentos del país, en un plazo de 12 horas, para no endurecer aún más su protesta.
La ministra de Comunicación, Amanda Dávila, ha reiterado a la prensa el convencimiento gubernamental de la existencia de elementos subversivos alentados por grupos de mandos medios de la policía y por partidos de oposición como Unidad Nacional y el Movimiento Sin Miedo.
Dávila esgrime un supuesto informe de “inteligencia” del Estado que sugiere un “escenario de golpe” a partir del motín en la policía, de la “presencia de infiltrados” y la llegada a La Paz de la columna de miles de indígenas de las tierras bajas, que, tras una penosa y esforzada caminata de más de 50 días, arriba a esa ciudad para pedir el Gobierno el respeto a su territorio en el Parque Nacional Isiboro Sécure, por donde está previsto que pase una carretera.
“Cuando decimos un escenario de golpe, nos referimos a una preparación en marcha que no sabemos a qué apunta. Tenemos que decir claramente que no puede ser otra cosa que desestabilizar al Gobierno o provocar un golpe de Estado”. La existencia de “un escenario de golpe” ha sido desmentido por la misma tropa amotinada, que ha asegurado que su demanda es netamente económica y social y ha rechazado cualquier vínculo político partidario. La preocupación entre los policías es lograr su objetivo de nivelar su salario al percibido en las Fuerzas Armadas, anular la ley de régimen disciplinario y conseguir una jubilación digna. Varios de los amotinados han pedido al Gobierno que no intente enfrentarlos a grupos campesinos afines al gubernamental Movimiento al Socialismo y mucho menos a los militares, pues están decididos a todo.La tensión en el país puede advertirse en las calles, por donde transitan ciudadanos nerviosos ante la ausencia de la policía, incluida la de tráfico. Los bancos han reiterado que no abrirán las puertas al público mientras no haya una solución al conflicto de los amotinados, que cuentan con creciente simpatía social en casi todas las ciudades bolivianas.
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/06/25/actualidad/1340578403_138920.html
Con la plaza de Armas bajo control por sus cuatro esquinas, varios policías con caras cubiertas y chalecos antibalas efectuaron disparos al aire ante las puertas de la Casa de Gobierno, según el relato de la radio Erbol, en un acto considerado como “advertencia” para que los seguidores del MAS no vuelvan a la plaza Murillo, donde también se encuentra el edificio de la Asamblea Legislativa y de la Gobernación de La Paz. El vicepresidente, Álvaro García Linera, ha pedido a los movimientos sociales paciencia ante la persistente rebeldía de los policías amotinados para no prestarse al juego de los presuntos golpistas que buscan muertos como banderas políticas.
La cadena de radio y televisión estatal convocó el domingo a las fuerzas sociales para poder defender al presidente y a su Gobierno. Vecinos de algunos barrios de La Paz constataron la presencia de seguidores del MAS. La Confederación Sindical de Campesinos ha anunciado que si la Policía no vuelve al trabajo, se pedirá su reemplazo con la policía sindical con el objetivo de garantizar el orden y la seguridad ciudadana.
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/06/25/actualidad/1340654498_612978.html
Policía y ejército, los puntales del estado.
Es de sobra conocido que no puede existir un estado sin que existan medios cohercitivos que permitan su organización y lucro de sus oligarquías. Al de Evo Morales se le calló un puntal, la poli, y sus enemigos aprovechan para hacer leña del árbol caído. Años de molestas medidas tanto para los cacíques como para la población al final pasan factura. Los americanos se frotan las manos solo de pensar en cocaína aún más barata y en las reservas minerales bolivianas.
Policía sindical, advertencia a los gringos
Por ahora no el gobierno no quiere implicar al ejército, lo que puede significar que la protesta es puramente salarial. Tal vez sea que no quiere que se una a sus reivindicaciones. Pero ya ha se apunta a que se puede organizar una policía sindical, esto es, policía miliciana, armar al pueblo.
Esta medida se podría considerar pre golpe de estado, ya que la población armada fuertemente politizada sería muy difícil de controlar.
El anuncio es una advertencia a los gringos de que no sería un golpe de estado fácil sino que le esperaría el calvario de décadas de terrorismo y guerrilla al estilo afganistán.
También muestra el papel que juegan los sindicatos para el poder: carne de cañón para sus tribulaciones.
Vaya mejunje que hay en Boliva, pero estamos seguros de una cosa.
Vosotros, fascistas, sois los terroristas.
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