Fuente - Las redes sociales son de derecha - ContrahegemoniaWeb 28.5.2022 por Jorge Majfud
[...]Echemos una mirada, por ejemplo, a la lógica del desarrollo y crecimiento de las redes sociales, herencia del centenario progreso tecnológico de la Humanidad, secuestrada, una vez más, por los poderosos de turno. Su lógica es la lógica de los negocios, de los beneficios a casi cualquier precio.
¿Cómo se generan estos beneficios?
Capturando la atención, con frecuencia al extremo de la alienación del individuo que se convierte en un consumidor adicto que se cree libre.
¿Cómo se captura la atención del consumidor?
No por las grandes ideas sino a través de emociones simples y potentes.
¿Cuáles son esas emociones simples y potentes?
Según todos los estudios (desde Beihang en China hasta Harvard) las emociones negativas, como la ira, la rabia y el odio [envídia, lujuria...].
¿Qué producen esas emociones?
Explosiones virales. La viralidad de un evento indica el éxito de cualquier interacción en las redes sociales y es altamente estimada por los consumidores honorarios y por sus últimos beneficiarios, los inversores.
¿Para qué sirven los fenómenos virales?
Aumento de usuarios y secuestro de la atención del consumidor. Es decir, beneficios económicos. Pero el poder económico y el poder político tienen sexo todos los días.
¿Cuál es el efecto político?
En un mundo complejo y diverso, este efecto puede beneficiar a cualquier ideología, sea de derecha o de izquierda, pero la lógica del proceso y las estadísticas indican que la derecha es la primera beneficiaria.
¿Por qué?
Primero, porque todas las grandes redes sociales son productos de megaempresas. Toda empresa privada es una dictadura (en democracias y en dictaduras). Ni la “comunidad virtual” ni los consumidores ni los ciudadanos tienen voz ni voto en cómo se administran. Mucho menos en sus algoritmos y sus ganancias económicas.
Todo gran negocio transpira su propia ideología. Su ideología, no obstante, es conservadora, de derecha, desde el capitalismo más primitivo hasta el neoliberalismo, el libertarianismo y todos los fascismos procapitalsitas. De la misma forma que la izquierda se perdió en la cultura de los libros, la derecha reinó en medios más masivos como la radio (Alemania), la televisión (Estados Unidos) y, ahora, las redes sociales.
¿Segundo?
El hecho comprobado de que el odio y la ira reinan en estas plataformas, beneficia más a la extrema derecha que a la extrema izquierda.
¿No hay odio en la izquierda?
Sí, claro, como hay amor en la derecha. Pero aquí lo que importa es considerar el estado del clima general. Un grupo de izquierda, supongamos un grupo revolucionario que toma las armas, como los negros esclavos en Haití durante la revolución de 1804, puede usar el odio como instrumento de motivación y fuerza. Pero el odio no suele ser el fundamento ideológico de la izquierda cuyas principales banderas son la “igual libertad”, es decir, la reivindicación de grupos que se consideran oprimidos o marginados por el poder. El odio de la lucha de clases es una tradición de la derecha; el marxismo sólo lo hizo consciente. No es lo mismo luchar por la igualdad de derechos de negros, mujeres, gays o pobres que oponerse a esta lucha como reacción epidérmica ante la pérdida de privilegios de raza, de género, de clase social o de naciones hegemónicas, en nombre de la libertad , la patria, la civilización, el orden y el progreso. Eso es odio como fundamento, no como instrumento.
¿Hay diferencia entre diferentes odios?
El odio es uno solo, es una enfermedad, pero sus causas son múltiples. No es lo mismo el odio de los esclavos por sus amos, de los explotados por sus patrones, de los perseguidos por sus gobiernos, que el odio que irradia y contagia el poder abusivo. El esclavo odia a su amo por sus acciones y el amo odia a sus esclavos por lo que son (una raza inferior). De la misma forma que nadie con un mínimo de cultura podría confundir el machismo con el feminismo, de la misma forma no se puede confundir el patriotismo del revolucionario que lucha contra el colono y el patriotismo del colono que lucha por explotar al pueblo corrompido. En uno, el patriotismo es reivindicación y búsqueda de igualdad de derechos, de independencia, de igual libertad. En el otro es reivindicación de derechos especiales basados en su nacionalidad, en su raza, en su religión o en cualquier otra particularidad de su provincianismo intelectual.
¿Cuáles son las consecuencias de este negocio electrónico?
Las redes sociales expresan el deseo de guerra sin los riesgos de una guerra. Hasta que la guerra real se hace presente. Esta necesidad de confrontación, de canalización de las frustraciones a través de la retórica y un lenguaje agresivo corporal (el líder despeinado, orgullosamente obsceno, calculadamente ridículo para provocar más reacción negativa) es propia de la extrema derecha de las redes.
Diferente, la derecha más formal del neoliberalismo prefería las etiquetas de la aristocracia. Una vez fracasadas todas sus políticas, planes económicos y promesas sociales, se recurre al circo de la extrema derecha, al lenguaje corporal antes que la serena disputa dialéctica. Se reemplaza la cultura de los libros, donde se educó la izquierda tradicional desde la Ilustración, a la cultura de las redes sociales de la derecha, donde la inmediatez, la reacción epidérmica reina y domina. La agresión, el enfado, la rabia como expresión del individualismo masivo (no del individuo) se vuelven incontrolables y, por si fueran poco, se vuelven efectivos en la lucha por colonizar los campos semánticos, la verdad y el poder político del momento.
JM, mayo de 2022
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Toda herramienta puede ser utilizada para bien de la comunidad, que la inventa y la fabrica, o en su contra, cuando una minoría se apodera de ella, con engaños o por la fuerza. Toda revolución digna de tal nombre se ha llevado a cabo por la comunidad para recuperar lo que a la comunidad pertenece. Y en esas estamos.
ResponderEliminarSalud!
Me parece interesante la reflexión sobre que la izquierda se refugió en los libros y la derecha en los medios audiovisuales. En este mundo perdido ya no hay tiempo para libros. A demás los estómagos llenos no piensan en revoluciones. Menos mal que en el este queda algo de razocinio.. lo que dure. Salud!
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