La táctica sindical actual llevada a cavo por la CNT es pasiva, son los trabajadores los que tienen que acudir voluntariamente al sindicato, se les muestra los principios, tácticas y finalidades de la organización para finalmente decidir si las aceptan o no.
En otros tiempos no era así. La revolución se palpaba y se preparaba. La clave de la expansión: los contactos personales, las redes anónimas y clandestinas. La búsqueda activa de personas afines y su articulación. Una táctica que por desgracia se ha perdido.
La estructura ideada para tal fin fue el Comité de Defensa.
¿Qué era un Comité de Defensa (CD)?
Los comités de defensa eran la organización militar clandestina de la CNT,
financiada por los sindicatos y su acción estaba subordinada a éstos.
En octubre de 1934, el Comité Nacional de los Comités de Defensa abandonó
la vieja táctica de los grupos de acción, en favor de una seria y metódica preparación
revolucionaria. Elaboró una Ponencia en la que se afirmaba esto:
“No hay revolución sin preparación. Hay que acabar con el prejuicio de las
improvisaciones. Ese error, de la confianza en el instinto creador de las masas, nos ha
costado muy caro. No se procuran, como por generación espontánea, los medios de
guerra inexcusables para combatir a un Estado que tiene experiencia, fuerte
armamento y mayor capacidad ofensiva y defensiva”.
El grupo de defensa básico, debía ser poco numeroso, para facilitar su
clandestinidad. Debía estar formado por seis militantes, con funciones muy específicas:
- Un secretario, encargado del contacto con otros cuadros, la creación de nuevos grupos y la elaboración de informes.
- Un segundo militante dedicado a la investigación de personas, que debía valorar la
peligrosidad de los enemigos, especialmente de curas, militares y pistoleros del Libre.
- Un tercero para la investigación de edificios, levantar planos y elaborar estadísticas.
- Un cuarto militante estudiaría los puntos estratégicos y tácticos de la lucha callejera.
- Un quinto se dedicaría al estudio de los servicios públicos: luz, agua, gas, alcantarillado.
- Y un sexto militante encargado de investigar dónde obtener armas, dinero y abastos.
- A esa cifra ideal de seis, podía sumarse algún miembro más para cubrir tareas “de sumo relieve”.
La clandestinidad debía ser absoluta. Eran el núcleo básico de un
ejército revolucionario, capaz de movilizar a grupos secundarios más numerosos, y
éstos, a su vez, a todo el pueblo.
El ámbito de acción de cada grupo de defensa era una demarcación muy precisa
dentro de cada barrio, señalada sobre plano. El Comité de Defensa de la barriada
coordinaba todos esos cuadros de defensa, y recibía un informe mensual de cada uno de
los secretarios de grupo.
La organización de los comités de defensa a escala regional y nacional,
encuadraba a aquellos sectores de trabajadores, como ferroviarios, conductores de
autocar, trabajadores de teléfonos y telégrafos, carteros y en fin, todos los que por
características de su profesión u organización, abarcaban un ámbito nacional,
destacando la importancia de las comunicaciones en una insurrección revolucionaria. Se
dedicaba un cuidado especial al trabajo de infiltración, propaganda y captación de
simpatizantes en los cuarteles.
Las funciones esenciales de los comités de defensa eran dos: armas e
intendencia, en el sentido amplio de la palabra.
Los CD podían considerarse como la continuidad, reorganización y extensión de
los grupos de acción y autodefensa armada de los años del pistolerismo (1917-1923).
Del libro "Los Comités de Defensa de la CNT en Barcelona, 1933-1938. de Agustín Guillamón. Editorial Aldarull.A pesar de que el momento actual es propicio para que las personas se replanteen sus valores y el sistema en el que viven, las actividades organizadas por los sindicatos no son, salvo repuntes, suficientes. Las campañas públicas de la CNT no surten el efecto deseado: la concienciación de la población y la organización anarcosindical de la clase trabajadora.
Antaño se produjeron afiliaciones masivas: sindicatos de cientos de trabajadores se articulaban a la vez el alguna de las federaciones de la CNT. Años de domesticación, distracciones y alienación general han acongojado a los esclavos que en otros tiempos se alzaron orgullosos. Es hora de emplear de nuevo una estrategia activa.
Si la campaña pública no tiene efecto es hora de empezar un sistema de difusión cara a cara, de uno en uno, puerta a puerta.
El sindicato es una herramienta, no un fin. El fin es la anarquía por medio de la revolución. Si queremos vivir la anarquía somos cada uno de nosotros los que debemos empezar con el cambio.
Recuperemos los Comités de Defensa !
Pues o es ningún disparate compañero, habría que promocionarse, cuando hablas a alguien de CNT o incluso de anarquismo, la mayoría piensa en terroristas, perroflautas, y gamberrismo callejero.
ResponderEliminarSi no es un disparate, sopésalo y manos a la obra.
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