Río de Janeiro, 17 de junio: Manifestantes devuelven a los "pacos" un poco del jarabe de violencia que reparten ellos diariamente
Por fin, las metrópolis brasileñas vivieron los momentos que ya les hacían falta desde hace mucho tiempo. Desde principios de junio, cientos de miles de manifestantes tomaron las calles de varias ciudades en el contexto de la lucha contra el aumento de la tarifa de los medios de transporte público, pero también contra las devastadoras consecuencias de la Copa del Mundo de 2014 y las Olimpiadas de 2016.
Las protestas no surgieron de repente, son fruto de una lucha que lleva casi 10 años, desde las manifestaciones masivas del movimiento estudiantil contra el aumento de la tarifa de los autobuses en la ciudad de Salvador (en Bahía) en agosto y septiembre de 2003 (conocidas también como la Revuelta de Buzu), y las de junio de 2004, por el mismo motivo, en la ciudad de Florianópolis (conocida como la Revuelta del Torniquete).
Pero también estas revueltas del siglo XXI tienen antecedentes históricos, que se remontan a finales del siglo XIX con la revuelta popular en Río de Janeiro entre 1879 y 1880 (la Revuelta de Vintém) cuando todavía los burros tiraban del tranvía, o la Revuelta de los Barcos que tuvo lugar el 22 de mayo de 1959 y, durante la cual, el pueblo prendió fuego a las instalaciones de los servicios hidroviarios de la ciudad de Niterói, en el estado de Río de Janeiro, o la huelga estudiantil del otoño de 1979 en la ciudad de San Luis (estado de Marañón), que consiguió el descuento a la mitad del precio de la tarifa para lxs estudiantes.
Las manifestaciones de este año se enfrentaron desde el principio a la represión policial y, poco a poco, mes tras mes, se vieron multiplicadas e intensificadas hasta la explosión de las últimas semanas.
En el mes de mayo en Goiânia, capital del Estado de Goiás, se realizaron 4 marchas contra el aumento de la tarifa, siendo la del 28 la más intensa, tanto por el nivel de la represión aplicada por los pacos, como por la respuesta de lxs manifestantes que destrozaron y quemaron autobuses.
Manifestación del 6 de junio en São Paolo
Manifestación del 7 de junio en São Paolo
Manifestación del 11 de junio en São Paolo
Manifestación 13 de junio en São Paolo
Εn São Paolo, la primera marcha del mes de junio se llevó a cabo el día 6, cuando miles de manifestantes cortaron el trafico en varias avenidas principales con barricadas prendidas y se enfrentaron con la madera que usó gases lacrimógenos y pelotas de goma para dispersar a la gente. Las marchas de los días 7, 11 y 13 tamién estuvieron marcadas tanto por la represión policial, las detenciones en masa y los cientos de manifestantes heridxs, como por la resistencia activa de la gente que se enfrentó directamente con los perros del Poder. Sin embargo, las manifestaciones del 17 de junio, tanto en São Paolo, como en Río de Janeiro (y otras ciudades, como Brasilia, Porto Alegre, Bello Horizonte etc.) fueron las más multidinarias y combativas hasta ahora.
Manifestación del 17 de junio en São Paolo
En Río de Janeiro, lxs amotinadxs asaltaron la Asamblea Legislativa arrojando piedras, cócteles molotov y objectos varios, obligando a las fuerzas de orden a retroceder hacia el interior del edificio y prendiendo fuego a sus puertas. En cierto punto, durante los enfrentamientos en Río de Janeiro, los cerdos de la Policía Militar no dudaron en usar hasta armas de fuego contra lxs manifestantes.
Así pues, la mecha también se ha prendido en Brasil; “el amor se acabó, Brasil va a ser como Turquía” tal y como dijeron algunxs manifestantes. Más allá de cualquier análisis y verborrea, lo importante es mantener vivo el fuego y propagar la insurrección que viene contra todo icono del Poder con aún más intensidad. Hacemos un llamado a lxs compas anarquistas que están viviendo de primera mano los acontecimientos de la revuelta en Brasil a que contribuyan con noticias desde la calle, como también reiteramos nuestra propuesta por una campaña internacional de agitación y acción directa contra la Copa del Mundo y las Olimpiadas.
¡A no dejar a nuestrxs hermanxs que luchan en las calles de Brasil solxs!
¡Solidaridad incendiaria e internacional!
Brasil, uno más, que siga la fiebre.
ResponderEliminarParece que iba a ser verdad eso del despertar de la humanidad
A la humanidad le queda mucho camino, a la paciencia poco.
ResponderEliminarSigo con mis dudas, la gente quiere cambio sin cambiar: quieren que los políticos, que son parte de su problema, arreglen la situación.
El siguiente paso, como diría García Olivo, es ser cada uno responsables de nuestro destino. Saber qué queremos no es suficiente.
Salud.
La olla tiene cada vez más presión, ha empezado ya a hervir. Lo que está sucediendo en Brasil va a trascender sin duda sus fronteras y tendrá consecuencias aquí en Europa.
ResponderEliminarSalud!