Tal vez el más famoso lockdown que la convierte en una pesadilla legal sea la relación Rey-Ejército. En la Constitución viene articulado de la siguiente manera, pero lo expondremos en orden inverso para su mejor comprensión:
-articulo 62. Corresponde al Rey: h) El mando supremo de las Fuerzas Armadas.
-articulo 8.1 Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
Prácticamente el resto de Constitución es hojarasca, aterezzo.
La formación de un ejército es un mandato constitucional. Su función es mantener la constitución, es decir, así mismo. El mando militar es una capacidad única e individual que recae en el rey. La militar es la única capacidad autónoma del rey. Cuya misión es mantener el mandato constitucional. Y así entramos en bucle. Su naturaleza es por fuerza, por ley, por historia, por política, militar y no política.
Por la falta de renovación y evidente delación en el mando, el ejército actual se dispone a imagen y semejanza del gerente anterior, el rey: obsoleto, corrupto, arbitrario, caprichoso, indolente y negligente. Y lo peor, irreformable, ni por ley orgánica ni por las malas. La tropa, lejos de ser considerada mercenariado útil, es la carne de cañón de los campos napoleónicos con capacidades propias de esclavos algodoneros. Tiene todo los ingredientes para el fracaso operativo. Y peor, luchan por su rey contra su pueblo, sus propia familias, por lo que lucharán desmoralizados. Veremos deserciones.
Este anclaje en el pasado y el cerrojo institucional explica el por qué sin embargo de la floreciente industria armamentística y la complicidad de bancos e instituciones en su desarrollo. Una industria opaca que ni si quiera es controlada por el Ministerio de Defensa, sino a la casa real. Si el dinero va a el mando y no rinde cuentas el mando hará lo posible por hacer se con el dinero. Las armas fueron la principal fuente de ingresos e influencia nacional e internacional para Juan Carlos I, la llave que le abrió todas las puertas. Lo serán para Felipe VI.
El régimen no da más de sí. Las actividades ilícitas refrendadas por décadas de privilegios e impunidad van a explotar a muchos en las manos. Peces gordos, oligarcas locales y arribistas se verán desplumados. Un ejemplo. Desde que explotó la burbuja inmobiliaria en 2008 y el sector construcción quedó arrasado, ni turismo ni tecnológicas pudieron suplir el flujo de sobornos. Los agraviados, los resentidos, los excluidos de su sistema de pagos, se resistieron a perder su 3%, denunciaron y comenzaron a rodar cabezas en forma de políticos en la cárcel. Fue la única manera de meter a 1000 políticos en la cárcel, aunque fuese por breve. El régimen del 78 quebró en forma de fin del bipartidismo en 2014. El mismo año quebró la figura del rey en forma de abdicación. Tal vez veámos desfilar por el patíbulo a algún expresidente del gobierno, últimos responsables de las actividades del rey.
Desde entonces podemos destacar tres aspectos:
-La naturaleza claramente militar del rey, no política, de hecho muy distanciada.
-El uso político de la figura del rey.
-El creciente flujo de capitales al ejército y fuerzas de seguridad a pesar de las distintas crisis.
Vemos en los medios cómo el rey está siendo usado por derecha e izquierda.
La derecha lo asume como propio, convirtiéndolo en jefe de un ejército en contra de la voluntad de parte de su pueblo. Comprenden su naturaleza pero no la lógica que subyace. Esta imposición transforma al ejército en un ejército de ocupación, porque la función de este rey en concreto no es política, sino militar.
La izquierda pide a este rey que realice funciones fuera de sus atribuciones, básicamente políticas. Lo que consigue es ponerlo en evidencia pidiendo cosas fuera de su alcance; y con ello a sus rivales políticos. Comprenden la lógica pero no su naturaleza. Porque la naturaleza del rey no es política, sino militar.
La única misión del Rey es Mandar al ejército, y "garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional". Es decir, mantener el funcionamiento del país tal cuál es, colisionando constantemente con las reacomodaciones capitalistas en cada crisis.
El ejército trabaja para alguien, para quienes lo dirigen, lo usan y lo pertrechan. Que fueron los mismos que lo han hecho desde 1936. Y anteriormente para los de 1874 con la Restauración. Podríamos seguir. Los capitales establecidos entonces se mantienen hasta ahora con muy pocas bajas gracias a la protección militar. Aunque amigos de la puñalada trapera son más de morir en la cama. La misión del Rey, que es la del ejército montado por el IBEX es básicamente Mantener al IBEX en todos sus aspectos.
Todavía no hemos visto la magnitud, pero en 2020 quiebra otro de los puntales del Régimen del 78, el Sector Servicios que aún mantenía el tejido económico y varios chiringuitos. Y la paz social. Tras la pandemia del covid19 no se libra nadie, ni obreros, ni pequeña ni gran empresa, mega corporaciones ni bancos. La corona va a sufrir, porque su destino es el del IBEX.
En 2021 parte de la inversión va a ser redirigida a la economía real y a servicios funcionales, alejándose de las estratosféricas comisiones, sangre del sistema de satrapías españistano. Alejándolos de los sobornos habituales. Similar a lo que ocurrió en 2008, otra Reacomodación Capitalista incompatible con los anteriores intereses seculares. Colisionará con los nuevos intereses, poniendo a prueba las fuerzas de la reacción. Se pondrá en duda su utilidad. Se cuestionará. Se acentuará aún más la naturaleza Invasiva de esta reacción Conservadora y su naturaleza militar.
3 escenarios, casi 4
El escenario-1 Prosperidad fue idílico. Es el que vivió su padre de 1982 al 2008. No volverá.
El escenario-2 Ruina es un hecho. El rescate de la UE y el BCE es su confirmación. España se convertirá en un campo de batalla por los despojos. No quedan beneficios que rascar, ya nada da dinero y flaquean las ayudas. Millones de liquidaciones empresariales. Las fusiones serán primero voluntarias, después obligatorias, introduciendo monopolios extranjeros.
La lucha por los despojos no será agradable, porque nos coge a todas en el medio. Los contendientes, se atacarán con todas sus armas, políticas, económicas y sociales. Todo lo que dañe a los otros. Se arrojarán tanto nacionalismos como separatismos y centralismos; el feminismo y el machismo; racismo y antirracismo, laicismo y cultismo. Y sobre todo fascismo, muuucho fascismo. Polarización y crispación, agitación... Después bang! ¿Adivináis a quién atrapará el fuego cruzado? A una institución sin sentido que tendrán que disolver si quieren solucionar algo. Felipe VI recibirá golpes de todos, amén del pueblo, con quien siempre estuvo en liza. Sin recambio posible The Man in the Middle se quemará. Y eso jugando bien sus cartas, y teniendo suerte.
Lo cual nos lleva al escanario-3, el preferido por lo borbones, le espera su padre en Abu Dabi pasando por Suiza por efectivo: Exilio.
El escenario-4 expropiamos al IBEX, nos confederamos y le damos matarile al Borbón, aunque idílico, todavía queda fuera de radar.
Esta nueva vieja normalidad es la que se legitima si no se otorga a un sistema la posibilidad de cambio porque un ejército tiene el mandato de que no se produzca.
Todo lo que rodea al Borbón es puro artificio. Lo que realmente es, es lo que es, un líder militar cuya próxima guerra parece será en el territorio que ocupa.
https://youtu.be/Sa_OUum5ra4
ResponderEliminarVer [vídeo] minuto 3.36 (sobre las 2 abdicaciones del rey y el mando militar).
Salud!
Gracias Loam, incluyo tu link en el post. En vez de 'a las barricadas', 'A las Guillotinas!'.
EliminarSalud!