Hace 20 años, según los registros oficiales, había en China 50.000 ríos de más de 100 kilómetros cuadrados. Hoy, según el Primer Censo Nacional del Agua (que el Gobierno chino hizo público hace un mes), hay sólo 22.909. En sólo dos décadas, el país asiático ha visto desaparecer de sus mapas 28.000 ríos, casi la mitad de todos los que estaba registrados. En términos absolutos la desaparición de estos ríos equivaldría a borrar del mapa el río Misisipi entero, tal como han calculado dos ambientalistas de la Universidad de Yale tras sumar el caudal total de los ríos desaparecidos.
Según explicó Huang He, director adjunto del grupo que ha elaborado el estudio, en la presentación del mismo, la supuesta desaparición de los ríos se debe principalmente a que las estimaciones anteriores sobre estos eran inexactas, pues se habían obtenido usando “incompletos mapas topográficos de los años 50”. He admitió que el cambio climático también podría haber jugado un papel importante en la desaparición de algunos ríos, pero en ningún momento apuntó a la sobrexplotación de los recursos hídricos que es, según la mayoría de expertos, la verdadera causa del problema.
Una sobreexplotación radicalLos expertos tienen claro que la desaparición de los ríos chinos no tiene nada que ver con el cambio climático, y mucho menos con problemas en los mapas que, aseguran, siempre han sido muy precisos en China, un país con una gran tradición al respecto.
La presa de las Tres Gargantas ha logrado llevar agua a regiones con problemas de abastecimiento, pero lo ha hecho a costa de secar algún que otro ríoPese al secretismo con el que el Gobierno chino suele tratar este tipo de informaciones, el estudio en cuestión es público y la información ha desatado todo tipo de críticas internas. En una entrevista concedida al diario británico The Times, Ma Jun, director del Institute of Public & Environmental Affairs y uno de los mayores expertos en temas medioambientales de China, ha mostrado públicamente sus dudas sobre la explicación oficial del fenómeno: “Puede que haya una disparidad en el número de ríos debido a los diferentes métodos de investigación, pero su desaparición es una realidad y está causada por la sobrexplotación de los recursos hídricos”.
En opinión de Jun, una de las mayores causas de la desaparición de los ríos es el uso incontrolado de los acuíferos subterráneos y otra la desertificación de los bosques (debido a la explotación maderera) que ha provocado un descenso de las lluvias en las áreas montañosas. Todo esto sin olvidar la construcción de grandes presas hidroeléctricas, unas construcciones que, según Jun, han tenido que jugar un papel importante en todo este asunto. Una presa como las de las Tres Gargantas (de largo, la más grande del mundo), ha logrado llevar agua a regiones con problemas de abastecimiento, pero a costa, seguramente, de secar algún que otro río.
No es de extrañar que la desaparición de casi la mitad de los ríos chinos haya coincidido con una importante fase de industrialización y urbanización. Entre 1990 y 2000 las ciudades chinas han crecido casi en 13.000 km2, un área mayor que la Región de Murcia (que mide 11.000 km2), con el impacto medioambiental que esto supone. En el último Índice de Desempeño Medioambiental, que realiza anualmente la Universidad de Yale, China obtuvo una de las peores puntuaciones y salió especialmente malparada en cuanto a la gestión de los recursos hídricos.
Los reproches a la política medioambiental del Gobierno han aparecido, incluso, entre miembros del propio ejecutivoLa legislación china en materia de aguas es especialmente pobre. Cualquier persona, familia o empresa puede hacer uso de los recursos hídricos sin pedir ningún tipo de permiso, excepto para proyectos a “gran escala”. Pero nadie dice que es un proyecto a “gran escala”. Esto ha llevado a una sobreexplotación brutal de los acuíferos subterráneos y, por tanto, a la desaparición de los ríos.
Unas críticas toleradasEl nuevo ejecutivo chino, liderado desde el 14 de marzo por Xi Jinping, ha mostrado su intención de ser más cuidadoso en cuestiones medioambientales y, aunque no ha tardado en echar balones fuera para explicar las preocupantes cifras, ha tolerado de manera bastante inusual cierto grado de crítica.
Los reproches a la política medioambiental del Gobierno han aparecido, incluso, entre miembros del propio ejecutivo. Un portavoz del Ministerio de Educación ha publicado en el Twitter chino, Sina Weibo, un llamamiento al presidente, para que se tome en serio estos asuntos: “Sugerencias para el jefe Xi. Cada vez tenemos más dinero y menos agua. Sugiero al Gobierno, a todos los niveles, que desacelere inmediatamente el desarrollo económico y haga de la protección medioambiental su primera prioridad, de lo contrario, los funcionarios no seremos valiosos”.
No es descartable que este tipo de mensajes sean tolerados (e incluso alentados) por el Gobierno de cara a mejorar su imagen internacional pero, en cualquier caso, muestran un cambio en la mentalidad del país asiático. Cosa aparte es que las críticas tengan algún efecto y, lo que es más importante, que lleguen a tiempo.
La energía se transforma, pero no se destruye. Esos 28.000 ríos volverán, pero volverán transformados, esta vez no para alimentar los sembrados ni para dar vida a sus riberas, volverán, sin la ancestral mansedumbre y sin previo aviso, armados de la ira de la tormenta y del huracán, e inundarán en un día lo que no inundaron en siglos. ¿O es que alguien piensa que se puede atacar a la naturaleza impunemente?
ResponderEliminarLa tierra ya está manos a la obra en forma de crisis ecológica. Nada de lo que el hombre no sea capaz. Acaparación de tierras, y control del agua; vuelta al patrón oro: esto cada vez se parece más al feudalismo.
ResponderEliminarCambiando de tema, Loam: sucede algo con los comentarios en tu blog? no puedo acceder a ellos.
He anulado temporalmente los comentarios (cuestión de tiempo y de trabajo), pero los volveré a activar en breve.
EliminarSalud, compañero.