El fascismo es la complicidad absoluta entre el gran capital y el Estado. Donde los intereses del gran capital pasan a ser los de la política, anda cerca el fascismo
Las características del fascismo como propuesta política se pueden describir objetivamente por: unión de poderes político-económico-social, clase social única, la de patriota español, economía belicista, elitismo, racismo, mimetismo-populismo, beatismo, misoginia e ignorancia. Bajo estos auspicios normal que no tenga muchos seguidores.
Autodenominados las tercera vía por ser una alternativa al socialismo y al liberalismo, entienden la Patria como un organismo vivo y a los individuos, los Patriotas, las herramientas de la que dispone la Nación para crecer y ocupar su Espacio Vital. Para ello cada individuo debe de ser un soldado y acatar las normas de su superior. La mujer ha de ser la madre cuidadora de la prole. El disidente es el enemigo, y hay que batirlo por cualquier medio. No hay castigo suficiente para el débil, solo esclavitud. Ni ningún premio para el Fuerte, todo es suyo. El grado máximo del autoritarismo; la bota que eternamente nos pisa la cabeza.
A pesar de todo la definición de Luis Britto es bastante aproximada. Es imposible no hacer una comparación entre la vieja concepción con los acontecimientos actuales en los que se observan todos y cada uno de los puntos mencionados.
Fascismo"No hay nada más parecido a un fascistaQue un burgués asustado" Bertolt Brecht.
por Luis Britto García
1 Hollywood representa el fascismo como pandilla de malencarados en uniforme que agitan estandartes y gritan órdenes. La realidad es más perversa. Según Franz Leopold Neuman en 'Behemoth: The Structure & Practice of National Socialism, 1933-1944', el fascismo es la complicidad absoluta entre el gran capital y el Estado. Donde los intereses del gran capital pasan a ser los de la política, anda cerca el fascismo. No es casual que surja como respuesta a la Revolución comunista de la Unión Soviética.
2 El fascismo niega la lucha de clases, pero es el brazo armado del capital en ella. Aterroriza a la baja clase media y a la marginalidad con el pavor a la crisis económica, a la izquierda y la proletarización y las enrola como paramilitares para reducir por la fuerza bruta a socialistas, sindicalistas, obreros y movimientos sociales. Mussolini fue subvencionado por la fábrica de armas Ansaldo y el Servicio Secreto inglés; Hitler financiado por las industrias armamentistas del Ruhr; Franco, apoyado por terratenientes e industriales, Pinochet por Estados Unidos y la oligarquía chilena.
3 La crisis económica, hija del capitalismo, es a su vez la madre del fascismo. A pesar de estar en el bando vencedor en la Primera Guerra Mundial, Italia sale de ella tan destruida que la clase media se arruina y participa masivamente en la Marcha sobre Roma de Mussolini. En la elección de mayo de 1924, Hitler obtuvo sólo el 6,5% de los votos. En las de diciembre de ese año, sólo el 3,0%. En las de 1928, cuando revienta la gran crisis capitalista, obtiene 2,6%. Pero en 1930 gana 18,3%, y en 1932, 37,2%, con lo cual accede al poder y lo utiliza para anular a los restantes partidos. Pero el fascismo no remedia la crisis: la empeora. Durante Mussolini el costo de la vida se triplicó sin ninguna compensación salarial ni social. Hitler empleó a los parados en fabricar armamentos que condujeron a la Segunda Guerra Mundial, la cual devastó Europa y causó sesenta millones de muertos. Franco inicia una Guerra Civil que cuesta más de un millón de muertos y varias décadas de ruina; los fascistas argentinos eliminan unos treinta mil compatriotas, Pinochet asesina unos tres mil chilenos. Tan malo es el remedio como la enfermedad.
4 El fascismo convoca a las masas, pero es elitista. Corteja y sirve a las aristocracias, sus dirigencias vienen de las clases altas e instauran sistemas jerárquicos y autoritarios. Charles Maier, historiador, recalca que hacia 1927, el 75% de los miembros del partido fascista italiano venía de la clase media y media baja; sólo 15% era obrero, y un 10% procedía de las élites, los cuales sin embargo ocupaban las altas posiciones y eran quienes en definitiva fijaban sus objetivos y políticas. Hitler establece el “Fuhrer-Prinzip”: cada funcionario usa a sus subordinados como le parece para alcanzar la meta, y rinde cuentas sólo al superior. El Caudillo falangista responde sólo ante Dios y la Historia, vale decir, ante nadie.
5 El fascismo es racista. Hitler postuló la superioridad de la “raza” aria, Mussolini arrasó con libios y abisinios, y planeó el sacrificio de medio millón de eslavos “bárbaros e inferiores” a favor de 50.000 italianos superiores. El fascismo sacrifica a sus fines a los pueblos o culturas que desprecia. Los falangistas tomaron España con tropas moras de Melilla. Alber Speer, el ministro de Industrias de Hitler, alargó la Segunda Guerra Mundial de dos a tres años más con la producción armamentista activada por tres millones de esclavos de razas “inferiores”.
6 Fascismo y capitalismo tienen rostros aborrecibles que necesitan máscaras. Los fascistas copian consignas y programas revolucionarios. Mussolini se decía socialista, el nazismo usurpó el nombre de socialismo y se proclamaba partido obrero (Arbeite); en su programa sostenía que no se debía tolerar otra renta que la del trabajo. Por su falta de creatividad, roban los símbolos de movimientos de signo opuesto. Los estandartes rojos comunistas y la cruz gamada, símbolo solar que en Oriente representa la vida y la buena fortuna, fueron confiscados por los nazis para su culto de la muerte.
7 El fascismo es beato. Los curas apoyaron a los falangistas que salían a matar prójimos y fusilar poetas. El Papa bendijo las tropas que Mussolini mandó a la guerra; nunca denunció las tropelías de Hitler. Franco y Pinochet fueron idolatrados por la Iglesia.
8 El fascismo es misógino. La misión de las mujeres se resume en 'Kirche, Kuchen, Kinder', vale decir, iglesia, cocina, niños. Nunca figuró públicamente una compañera al lado de sus líderes; quienes las tuvieron, las escondieron o relegaron minuciosamente. Nunca aceptaron que una mujer ascendiera por propio mérito o iniciativa. Hitler las encerró en granjas de crianza para parir arios; Mussolini les asignó el papel de vientres para incrementar la demografía italiana, Franco y Pinochet las confinaron en la iglesia y la sala de partos.
9 El fascismo es anti intelectual. Todas las vanguardias del siglo pasado fueron progresistas: la relatividad, el expresionismo, el dadaísmo, el surrealismo, el constructivismo, el cubismo, el existencialismo, la nueva figuración. A todas, salvo al futurismo, las trató como “Arte Degenerado”. El fascismo no inventa, recicla. Sólo cree en el ayer, un ayer imaginario que nunca existió. El fascismo asesinó a Matteotti, encarceló a Gramsci, fusiló a García Lorca e hizo morir en la cárcel a José Hernández. Pinochet asesinó a Víctor Jara. Cuando oigo hablar de cultura, saco mi pistola, decía Goering. Cuando oigamos hablar de fascismo, saquemos nuestra cultura.
Dicho de manera breve y sencilla, el fascismo surge de la alianza establecida entre el poder político-estatal y la oligarquía económica con el fin de someter y explotar al pueblo en beneficio de los intereses y los fines de dicha oligarquía. La esencia del absolutismo no ha experimentado variaciones, pero sí su manera de operar y de manifestarse. Las tácticas de adoctrinamiento y anonadamiento, proyectadas en su momento por Gobbels, la propaganda metódicamente diseñada entonces, se ha perfeccionado -en gran parte merced a una potente tecnología- hasta extremos de los que poca gente es hoy día consciente. Todavía podía percibirse, en el III Reich y en Franquismo, la indisimulada y brutal faz del poder dictatorial. Un ministro como Carrero Blanco, por poner un ejemplo, no se dirigía al pueblo para, mediante un melifluo lenguaje, "darle explicaciones": ordenaba y punto. La propaganda, "legitimada" por la religión, se reducía a la tosca exhibición de la fuerza bruta y a la existencia de la pena de muerte. Las formas han cambiado, pero no el fondo. Esteban González Pons, fascista sibilino donde los halla, al igual que Dolores de Cospedal, son los Carrero Blanco de hoy, la diferencia estriba en las tácticas y los métodos, en las nuevas tecnologías, mediáticas y propagandísticas, que permiten esclavizar de muy diversas y sutiles maneras sin necesidad de una exhibición continua de la fuerza bruta. Pons es muchísimo más peligroso (y mentiroso) que el falangista tarado que grita vivas a España en el Valle de los Caídos.
ResponderEliminar(continuaré mi comentario mañana)
De hecho monarquía y fascismo casan perfectamente: en lo político absolutismo, en lo económico expolio y acumulación de capital en base a la propiedad privada, en lo social tradicionalismo, esto es, patriarcado, religión y clasismo.
ResponderEliminarLa propaganda, propagar ideas, es parte de la manipulación: Goebbles lo sabía muy bien, al igual que los Estados Unidos y su giro demócrata a partir de los 70, del cual fue fruto nuestra Transición.
Ahora las máscaras han caído: el poder político se presenta como lo que es, ordeno y mando. Ni todas las toneladas de papel impreso ni todas las horas de locuciones son capaces de tapar sus actos. El estado es absolutista, monárquico y fascista. Gobierne quien gobierne.
Así es, Pablo. Desde la fundación de España, llevada a cabo por los reyes católicos y salvo un par de malogrados intentos de "modernizar" el Estado, el régimen, la clase dominante, se ha perpetuado monárquicamente en el poder. La Iglesia Católica, que durante siglos ha jugado un papel similar al del partido único en el III Reich, es, en mi opinión, la principal responsable de vertebrar, imponer y legitimar dicho poder. Las similitudes entre la Gestapo y la Inquisición son evidentes, Torquemada fue un antecesor de Gobbels. Si la Gestapo controlaba ferreamente la población, un ejército de curas, dotados de un poder omnímodo, ha hecho lo propio durante siglos. En este país, el totalitarismo siempre se ha sustentado en tres patas: La Iglesia, las fuerzas armadas y la banca. Recuerdo un acertijo que estuvo en boga hace años cuya pregunta era la siguiente: "Si a bordo de un barco se encuentran la Iglesia, la banca y el ejercito y el barco se hunde ¿quién se salva?". Las respuestas solían ser diversas según la opinión de cada cual... "se salva la banca porque tal..." o "se salva el ejército porque cual..." Sin embargo la respuesta era más simple: se salva el pueblo.
EliminarSalud.
Qué cantidad de chorradas desfasadas y paranoicas.
ResponderEliminarLa realidad es que el izquierdismo progre universalista, multiculturalista y mundialista es el que está actuando de tonto útil -consciente o inconsciente- del neoliberalismo globalista y plan de nivelación y dominio .
Está claro que hay una izquierda vendida al capital, son los pijoprogres, nadie lo pone en duda.
EliminarTambién está claro que el fascismo progre protege al capital y se alía con el estado y la iglesia. Mira el fascismo pijo de DN. Mira los neocon de PP. Mira los rancios de FE. Estás rodeado de inmundicia, porque no son de este mundo.
Mientras los neoliberales, capitalistas, tienen un rédito monetario evidente los fascistas, sus embrutecidos lacayos, se entregan en la represión de sus propios pueblos, de sus propias familias, a cuenta de su propia salud, mental y física. No hay mayor traidor a su patria que un fascista. Que gente más triste.
Salud!