El negocio televisivo en la España prolongación natural de la corrupción ubicua

España,a tierra de caciques y ladrones sigue dando muestras de que la corrupción y amiguismo es la norma. Oligarquía. Observando el negocio televisivo de un plumazo observamos cómo trabajan los rentistas, señoritos de toda la vida, los que poseen los medio de producción y comunicación a la vez.

Primero se elige a uno de entre las familias para que detente el gobierno, después se les da un paquete de leyes para que las aprueben y por último se reparten los beneficios. En concreto se les concede las licencias y canales de televisión, bajo un rigurosísimo concurso público -irónico-, a los principales grupos de comunicación del país: Vocento, Prisa, Mediaset, Zeta, esto es, a las familias de siempre: Anson, Lara Bosch, Berlusconi, que pudo meter la cabeza y un largo etcétera que podéis consultar aquí. Como telón de fondo los bancos, que sufragan los gastos de las operaciones, y entre medias el gobierno que nutre a los bancos con el dinero de los impuestos para que las familias sigan haciendo sus negocios.

El negocio de la televisión es para peces gordos. Sin embargo, los pequeños y medianos, incapaces de invertir para poner en liza una parrilla atractiva y sin posibilidad para cubrir siquiera los gastos, han encontrado un camino alternativo para sacar réditos a sus licencias. Unidad Editorial y Vocento han alquilado todos sus canales. Prisa (Cuatro) y los dueños de La Sexta vendieron los suyos a cambio de 500 millones y de una golosa participación en Antena 3, respectivamente. Esta semana, Libertad Digital se desprendía de las frecuencias que le había otorgado Esperanza Aguirre. “La operación de venta (…) supondrá no sólo la continuidad del grupo, sino su consolidación”, exponía. Un negocio más cerrado a causa de la gracia de la Administración.
El Real Decreto 944/2005, que aprobaba el citado Plan Nacional, recogía que cada sociedad concesionaria del servicio público de TDT de ámbito estatal accedería a un múltiple digital –un botín equivalente a cuatro canales de televisión- una vez se produjera el apagón analógico. Esto es, canales a gogó para los ‘amigos’ de unos y otros. Por si fuera poco, el nuevo modelo también trajo concesiones autonómicas. Sin ir más lejos, Libertad Digital recibió cuatro en la Comunidad de Madrid, que lideraba Esperanza Aguirre. Le acompañaron en el reparto el Arzobispado de Madrid, Enrique Cerezo, José Frade, Blas Herrero, El Mundo e Intereconomía. Todo, eso sí, bajo riguroso concurso. La crisis económica –y publicitaria- sólo se ha limitado a sacar a luz la inmensa burbuja generada en el sector. De Los medios hacen caja con las TDT concedidas 'gratis' por los gobiernos

Como se puede observar, después de dejar exhausto un país entero, al más puro estilo del Siglo de Oro, no son capaces de explotar los medios por sí mismos. La basura de programas que vendan acaban por culminar la tarea, ahuyentando a los menos fascistas de la audiencia. Los medios, que viven de la publicidad y la audiencia, no son capaces de mantener ninguna. Para no cerrar el chiringuito deben alquilar los canales; a productores y vendedores de programas igual de interesados en improntar nuestras mentes con sus eslóganes y consignas para conseguir manipularnos pero un poco más hábiles.

Si tanto interés tienen en  que veamos la caja tonta es por algo, por la razón que sea, y por lo tan no la debemos ver, así de simple. No solo no es lógico sino que se puede considerar revolucionario. Tanto que no nos extrañaría que el gobierno decidiese poner una ley que obligase a verla, y al que no la viese terrorista.

Mejor ver crecer la yerba que poner la tele