Erase una vez, en una tierra muy muy lejana, había un Lobo gigante que era el Rey de una manada de lobos muy grandes. Los lobos llegaron de muy muy lejos, guiados por el fino olfato de su cabecilla, y como eran los más fuertes del lugar rápidamente se hicieron los amos y empezaron a dar órdenes desde un oscuro castillo a todos los animales que allí vivían. Los lobos tenían un hambre voraz, y no se saciaban con nada.
Se comieron las granjas
El primer año se comieron a los cerdos, que eran los animales más sabrosos, después a las vacas, que eran las más grandes y a una multitud de animalillos que vivían en las granjas que eran su botín, como gansos, patos y gallinas, no se libraban ni los incautos que pasaban por allí. Los lobos habían comido tanto tanto que tenían la tripa llena, ¡les dolía de tanto comer! Sus barrigas estaban tan llenas y gordas que los botones de los pantalones no les abrochaban. Y así, después del grandioso festín se pasaban todo el día durmiendo la siesta. Fue un gran año para los lobos.
Llegó la primavera, y e te aquí que se encontraron con un gran problema. ¡Acabaron con las granjas! No había pan para huntar la mantequilla, ¡ni tampoco mantequilla! Claro, ¡se habían comido a las vacas! Ni huevos para el desayuno, ni salchichas...¡no quedaba nada! Como no había caballos no funcionaba la noria del agua corriente.
¡Alerta! Los lobos corrieron a ver a su rey a contarle lo sucedido.
El rey, que no era nada tonto, les dijo que no pasaba nada, que quedaban animales de sobra para comer en el bosque, la mantequilla la obtendrían de las ovejas que vivían en los campos, pero que el pan era importante, y lo tendrían que hacer ellos mismos.
Se comieron los campos y bosques
Ese año fue bueno, para algunos lobos, para los amigos del rey lobo, que estaban todos orondos. Porque a otros lobos les tocó trabajar, y no estaban tan contentos. Estaban flacos y lastimosos. Pero había carne suficiente en los bosques. Se comieron a los jabalíes, los ciervos y hasta a los formidables caballos salvajes. También a las perdices, patos y hasta osos y linces. Y muchísimas plantas.
Llegó la siguiente primavera, y sucedió que ya no quedaba leche, ni huevos... ¡se agotaba el alimento y, el vestido!
Los lobos corrieron a contarle a su rey, y el gordo rey que no hacía más que engullir, pero que no era tonto, les dijo que no pasaba nada, que aun quedaban animales de sobra para comer en "otros lugares", ahora junto con el pan que ya hacían tendrían que poner ellos el pelo para los vestidos, ¡Pero así pasarían frío! ¡Dónde se ha visto un un lobo sin pelo!
Ese año no fue bueno, a los lobos les tocó pescar, comer setas del bosque y sopa de hierba. Definitivamente no estaban nada contentos. Había poca carne, se comieron toooodos los peces, y hasta las ranas y las serpientes, y también algunos escarabajos y gusanos. Se podría decir que pasaron hambre. Pero todos no, el rey no. Ni sus amigos, cada vez más escasos, por cierto.
Comieron cosas asquerosas
Llegó la tercera primavera, y... y ya no tenían nada; bueno sí, tenían hambre, tenían frío... ¡ya no quedaban animales en esa tierra, ni cultivos. En vez de bosque solo quedaban los restos de árboles talados y hollín, pues los habían cortado para producir leña para calentarse al no tener pelo. Ya no crecerían más frutos, ni hierva! Los lobos corrieron a ver a su rey a contarle lo sucedido.
El gordo rey, que no era nada tonto, dijo: "No hay de qué preocuparse, nos comeremos el musgo de los ríos, chuparemos las algas de las fuentes, no necesitamos taparnos si no hay hojas y ramas, iremos desnudos y buscaremos setas y murciélagos en las cavernas. Cavaremos grutas y en vez de pan y mantequilla huntaremos moho en tortitas de barro". -¡¿Rebanadas de barro con moho?!- pensaron los lobos. A nadie le pareció un gran plan la idea del gordo rey.
Sin alimentos, sin materiales, sin fuerzas ni energías para huir de su tierra ni pelear por otro territorio fue entonces cuando los famélicos lobos y su obeso rey se miraron los unos a otros con hambre y pensaron que sí, que había carne suficiente.
Estaría más propio que fueran cerdos en lugar de lobos. ;-)
ResponderEliminarLo pensé, lo pensé. Pero es que realmente no son cerdos, son lobos por más que quieran comportarse como cerdos.
EliminarSalud!
Lobos de dos patitas :p
ResponderEliminarLobos de piel, pero en su interior habitan...monstruos.
EliminarSalud!
Y qué es comportarse como cerdos? Podrían ilustrarme? Los cerdos son animales inteligentes y con sentimientos. Todos los mitos y mentiras dichas sobre los cerdos, no son mas que una justificación moral para poder comérnoslos.
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