Cuando las posibilidades de acumulación disminuyen el capital infiltra sectores que le den esa pequeña ventaja competitiva frente a sus rivales. Es así cuando se entrelaza con lo político y lo militar. Fascismo: cuando el capital se realiza por otros medios.
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Fuente - Fascismo Siglo-XXI o Nueva Civilización Pos-capitalista 27/10/2020 por Wim Dierckxsens, vía la haine Fragmento de artículo
El impacto del Fascismo del Siglo XX (1900-1999) sobre el desarrollo de la vida contemporánea ha sido de una significación de importancia tal, que los estudios rigurosos del fenómeno (político, cultural, etc.) y el interés en éste no pueden dejarlo de lado, pese a que algunos lo dan como “tema” finalizado con la Segunda Guerra Mundial y otros lo circunscriben a la “derrota” de la Alemania Nazi en 1933/1944. El Fascismo expresa, primero la fractura en el poder financiero internacional propio del desigual desarrollo de sus fracciones-actores. Luego expresa y da cuenta de la lucha entre estas fracciones del poder financiero (Ej.: Capital Financiero: Global, Continental y Local). Da cuenta de la lucha entre fracciones-actores de diferente escala-cualidad en diferente situación (Ascenso o Declive estratégico; Con Iniciativa en el avance o de repliegue táctica o con Perdida de Iniciativa táctica en el retroceso o perdida de terreno e instrumentos) o en sus distintas personificaciones o ámbitos de la realidad (ej.: Económica, Política, Ideológico-Cultural, Técnico-militar, Estratégico Integral Comunicacional).
Esta integralidad y complejidad del abordaje del fascismo, en tanto que relación de producción de poder entre los actores del poder financiero capitalista nos obliga a guardar los recaudos de la complejidad del tema y de lo crítico del problema de dar-cuenta del estado del poder. Abordar el tema-problema del Fascismo (del Siglo XX ó Siglo XXI) requiere empezar por dar cuenta de la relación de producción de poder inter (entre) fracciones del poder financiero, entre la fracción-actor financiero que entra en la etapa de ascenso (Globalista Unipolar) y la que entra en etapa de declive estratégico (Continentalismo Unipolar norteamericano) en el periodo especifico de tiempo/espacio histórico que se caracteriza por la crisis sistémica del capitalismo, en condiciones de “caída” o “perestroika” norteamericana (septiembre 2019) por la implosión que implica la “guerra” entre los tres actores financieros en Estados Unidos (Oligarquía Globalista vs la Continentalistas y Localista) y, el modo y formas que asume en las luchas callejeras en cada estado y en las pujas de cúpula. Es importante entender que la oligarquía Globalista también está presente en la crisis y pujas de poder en la crisis de Alemania y en Francia; Con Bielorrusia en Polonia-Ucrania-Lituania-etc.; en la crisis de Taiwan, etc.
Haciendo historia, se puede observar que el llamado “Sindicalismo Revolucionario” se manifiesta, en el plano ideológico-cultural y prácticopolítico, en sus elementos principales, antes de la Primera Guerra Mundial y de la Revolución Soviética de 1917. Teniendo presente que la Rusia Zarista ingresa a la guerra de 1914-18 en el lado de la Triple Alianza alada con Alemania y enfrentada a los intereses financieros ingleses en la city de Londres. Cuyos grandes bancos y capitales tenían un poder creciente y disputaban el gobierno de Rusia a los intereses y programa que expresaba el Zarismo. Japón como potencia industrial en ascenso confrontaba directamente con Rusia desde la guerra RusoJaponesa de 1905 donde triunfo de Japón, en su proceso de potencia en ascenso lo situada del lado contrario a la Rusia zarista.
Según la lectura clásica acerca del Fascismo de Siglo XX, AlemaniaAustria-Hungría, Italia y Rusia eran fascistas. Mientras, InglaterraFrancia-EEUU- eran “democráticos” claro que observado desde los “comunicadores” pro-británicos. Pero observando profundamente, en cada país se desarrollaba la nueva relación de producción de poder que expresaba el capital financiero en ascenso y el gran capital industrial en declive, y la crisis que planteaba a su paso.
Esto que era políticamente claro en cada país como luchas políticas, se expresaba claramente hacia el exterior en la relación entre gobiernos de países-potencia como guerra político-militar. En la guerra entre la Alemania financiero-industrialista en ascenso y la Inglaterra financierarentística en declive de modo principal. Este conflicto se desplegaba al interior de Inglaterra y de Alemania a través de los capitales invertidos de cada actor estratégico. Así se manifiesta que la relación social de producción de poder y Fascista es la transición del momento político al momento cuando se impone como terreno lo militar en la relación entre países-potencias o entre fracciones económico-políticas al interior de cada nación. Este proceso de subordinar lo político a lo militar es la característica propia del fascismo como relación de producción que busca poder anular las contradicciones y su expresión en las luchas políticas nacionales e internacionales. Porque se relaciona con el momento en que el capital financieros (con sus grupos económicos, multinacionales o transnacionales) pasan a imponerle a las naciones su condición de naciones vasallos, estados fallidos, semicolonial u otras formas de dependencia a quien pasa a exportar capitales a quien debe permitir ser ocupado, para que se desarrolle solo la producción de materias primarias y los bienes de valor agregado estratégico provienen de la potencia que ocupa.
Por ello también es posible trazar en forma inequívoca la relación ideológica entre Sindicalismo Revolucionario y el Fascismo como resultante de la puja entre fracciones de capital financiero en su momento de internacionalización a partir de la crisis financiera de 1890- 1918 en Europa. Que empieza con crisis financiera de 1880/90 y concluye al final de la primera guerra mundial -1918- alineada alrededor del enfrentamiento militar entre la Inglaterra del capital financiero rentista en declive y la Alemania del capital financiero productivo en ascenso. La Triple Entente, que acaba ganando la guerra, El Reino Unido, Francia y Rusia fueron los tres ejes fundamentales de la coalición. La Francia financiera con el objetivo de recuperar Alsacia-Lorena perdida en 1870. Mientras la Rusia Zarista, en el proceso de la Revolución Rusa de 1914-17 fue debilitada en su apoyo a Alemania, lo cual beneficio a Inglaterra, Estados Unidos y Japón.
A partir de las prácticas políticas del Sindicalismo Revolucionario, se desarrolla un nuevo estilo político: elitista, voluntarista y de acción directa que más adelante se articularía con la “violencia” fascista que necesita la relación de producción de poder financiero. Se trata de dos décadas en las que el proceso de construcción nacional de Italia enfrenta todos los problemas heredados del Risorgimento, resumidos en la famosa frase: «Hemos creado Italia, ahora hay que crear a los italianos súbditos».
Fascismo del S.XXI
Hoy, un siglo más tarde, podemos decir: ´Hemos creado la globalización y ahora hay que crear sus súbditos´. Lo cual conlleva la misión que los ciudadanos nacionales deban dejar de serlo de sus naciones y pasar a ser súbditos del estado global. Por lo tanto, las naciones también deben dejar de serlo y ser trasformadas en localismos, a cargo de un banco central, de la red del unipolarismo global.
La creación de la identidad de ´Estado Nación´ (Italia) se forma en medio de las resistencias regionales y en el siglo XXI la creación del ´Estado Global´ por sobre y negando las naciones se forma en medio de las resistencias de los intereses nacionales y en defensa de la Nación. Estas últimas resistencias nacionalistas erróneamente son llamadas fascistas por los globalistas.
En realidad el fascismo del siglo XXI, en tanto militarización de las relaciones de poder, se hace presente para poder subordinar y negar la política como ámbito propio de las relaciones de poder, para negar al Pueblo y las mayorías populares, productoras de la economía real, como actor político. Que no puedan constituirse en actor estratégico de la construcción de realidad y puedan ser reducidas a base de maniobra o de choque de la oligarquía financiera transnacional en su heterogeneidad, el verdadero sujeto del fascismo. La lucha/guerra estratégica al interior de la oligarquía financiera transnacional, entre Globalistas versus los Continentalistas norteamericanos/británicos/franceses/alemanes/japoneses, que no son dos bandos homogéneos, “fluidamente” cohesionados y coordinados sin contradicciones a su interior, es la que marca el tiempo y el modo de la puja de poder entre ambas fracciones oligárquicas financieras y al interior de cada una de ellas. Y esto fuerza que una fracción u otra tienda a llevar la lucha al terreno militar, la militarización de las relaciones de poder, y la opuesta pretenda llevarlo al terreno de la guerra financiera de las relaciones de poder.
Por ello el otro actor estratégico, el que se constituye desde dentro y se desarrollara por fuera del poder financiero unipolar puede ser la salida, de este escenario de empate financiero transnacional, proponiendo y conduciendo a un escenario de economía real y cultural de paz que se plantee como una multipolaridad poliedrica de naciones unidas en lo universal/pluriversal, como dialogo de civilizaciones político-cultural en el terreno de la Paz, que es el terreno de la grandes mayorías de pueblos, de la producción, del trabajo y de la Paz.
Por ello es importante observar que en realidad en Estados Unidos son las fuerzas como Antifa las que han sido reducidas a base de maniobra de la oligarquía globalista unipolar financiera y reducidas a ser renombradas como los fascistas del Siglo XXI, en tanto apéndice, base de maniobras y grupo de choque del Unipolarismo Financiero Transnacional. Se han convencido de que llamar fascistas a "antifa" significaría que son los buenos, los que están del “lado bueno” porque malos son los que “ellos” nombran/escrachan estigmatizando a través de sus plataformas de comunicación/inculcación que infunde/infiltra/estampa el sentido cultural de fascistas. Hitler y Mussolini, pensaron en el siglo XX que había un camino a seguir hacia una sociedad más grande, una nación más perfecta, de justicia y progreso. Los actores financieros globales (de la inteligencia artificial de los Big-Five) son los auto-proclamados líderes del siglo XXI y piensan igual que aquellos del Siglo XX. Consideran también que su “gran” sabiduría e intelecto les da derecho y, por lo tanto, el deber de “decirles” e imponerles virtualmente a las “masas ignorantes” cómo vivir, qué consumir y qué votar.
El 4 de octubre, un grupo de científicos de Oxford, Harvard, Stanford y otras distinguidas instituciones académicas de todo el mundo publicaron la Gran Declaración de Barrington , una breve declaración que ofrece un enfoque alternativo de política pública. En lugar de exigir el cierre de negocios, plantean que se deben levantar los bloqueos y se debe implementar un cambio a la "protección focalizada". Los recursos deben enfocarse para proteger a los vulnerables (ancianos y aquellos con factores de riesgo designados por los CDC). Debería permitirse que la población joven y sana viva “normalmente”, con la esperanza de que, con el tiempo, adquirieran inmunidad. Robert F. Kennedy Jr. es uno de los personajes que lo suscribe plenamente como ya vimos en nuestro artículo anterior7 .
Los autores, incluyendo a Kennedy, son silenciados por los grandes medios y el apoyo popular al mismo es boicoteado. El sábado 10 de octubre se convocaron manifestaciones en apoyo a la Gran Declaración de Barrington en las grandes ciudades de Europa. El viernes 9 en Berlín, Londres, Paris, Madrid, etc. anunciaron un nuevo confinamiento ante la segunda ola del Covid-19. En el Reino Unido, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, dijo que era "inevitable" volver al estado de 'encierro' en la ciudad. El sinsentido del argumento salta a la vista en el Gráfico N°4 abajo, mostrando que la tasa de infección de Londres está por abajo del norte de Inglaterra y por un margen bien considerable.
Gráfico N°4: La segunda ola de Covid-19 en ciudades de Reino Unido Agosto-Ocubre 2020