¿Porqué retira el Gobierno las ayudas a la Dependencia y endurece la baremación de discapacidad? Adopción tácita
Entre la autonomía, dependencia parcial y la dependencia total hay una gran gradación. Un bebé por definición es dependiente total. Si a demás tiene otros problemas de salud es necesario que haya personas que le aporten cuidados constantes y especializados 24h al día durante años, tal vez toda su vida, lo cual impide a este cuidador o cuidadores, generalmente sus padre, conseguir su propio sustento. Si no se le ayuda a este y a su familia morirá (generalmente por complicaciones como infecciones) o tendrá que ser separado de su cuidador incapaz. Irá cambiando de cuidador, instituciones o particulares, hasta que alguno de estos tengan los suficientes recursos para mantenerse así mismos y al niño, o este morirá. Evitar este abandono y deterioro de la relación era el objetivo de la suspensa de facto ley de Dependencia.
Por lo tanto se puede afirmar que si se permite el nacimiento de niños dependientes y se retira la partida dedicada a su asistencia es por que su objetivo no es asegurar el derecho del paciente al nacimiento e igualdad de condiciones con respecto a personas sin malformaciones. Esto es obligar al cambio de un cuidador de bajos recursos a otro con recursos suficientes o la muerte del paciente. Las alternativas son: a otros familiares, a instituciones o particulares altruístas.
Dentro del contexto social que nos ha tocado vivir podemos decir que serán muy pocos los familiares que puedan soportar esta real carga. Las instituciones poco a poco se irán abarrotando y degradando su calidad por lo que se agilizará el acceso del particular a la "adopción tácita". E aquí la respuesta.
Ilegalizar el aborto para aumentar el mercado de la adopción: baby boom!
De todos modos la retirada del supuesto de malformación del feto como causa de aborto es una cortina de humo que esconde el verdadero calado de la nueva norma: prohibir la mayoría de supuestos de aborto, más de un 80%, para aumentar el número de nacimientos no deseados que empuje al abandono del bebé y su adopción en familias pudientes. Como en tiempos no tan pretéritos la nueva ley pretende aumentar el número de artículos disponibles en el mercado, al ilegalizar el aborto habrá mayor número de embarazos a término no deseados y mayor número de abandonos, los cuales podrán ser como antaño realojados en "familias bien" gracias a ese tráfico de influencias que hace de España un lugar sin apenas corrupción (nota irónica).
El aborto es un tema controvertido en el que debido a nuestra propia ignorancia se debe decidir a ciegas qué prima más, si la soberanía de la madre sobre su cuerpo o el derecho del nonato a llegar a ser persona. Como está regulado legalmente es un hecho político, sometido a sus intereses. Y el punto de ignorancia reside en el grado de "ser", de persona, que se le da al feto. Ningún hecho científico puede decir cuándo un embrión toma conciencia de si mismo y adquiere derechos. Este es un artificio humano.
Duele ver que las maniobras del tambaleante estado en su desprecio por la vida humana es capaz de permitir el comercio con sus propios hijos. La pléyade de medios de desinformación, cegados con las chispas de los artificios de una noticia que les hará vender más periódicos hacen el trabajo sucio escondiendo el problema de fondo. Mientras impotentes asistimos al cambio de manos de nuestros compañeros más indefensos.
Antecedentes a la Reforma del Aborto 2012.
A nadie le pasa desapercibido que la Reforma de la Ley del Aborto del Ministro de Justicia Alberto Ruíz Gallardón entronca con la inexistente ley del aborto franquista 1936-75. En esta inexistente ley la natalidad era un valor, el aborto pecado y los expósitos un negocio.
Sus verdaderos orígenes se sitúan en el fascismo de postguerra. Una vez perdida la guerra quedó el país preparado para la Gran Púrga. Cunetas y muertos, fosas y olvido. Campos de concentración plagaban la geografía y sus prisioneros usados como esclavos en fábricas y haciendas. La crueldad se cebó con las mujeres: prisioneras en instituciones religiosas fueron recluídas, separadas de sus vástagos y aleccionadas en las maneras del nuevo régimen: "obedecer es amar". No se han hecho cálculos precisos de cuál fue el número de personas con las que se traficó en esos momentos.
Lo que si se sabe es que una vez purgado el país y reacondicionado a todas aquellas pequeñas librepensadoras libertinas la red de tráfico de niños siguió en pie. Organizada entorno a centros sanitarios, dirigida por médicos y religiosas y extendida por toda España. La fuente de materia prima fueron entonces las madres del lumpen, en concreto las madres solteras, a cuyos hijos bastardos darían una oportunidad digna en el seno de una familia adinerada. Los consumidores fueron los vencedores: capitanes y generales, personalidades que apoyaron al régimen y caciques varios.
Desde 1940 hasta 1985 la red distribuyó más de 30.000 personas.
Abyectos capitalistas.