jueves, 26 de mayo de 2011

15-M o cómo cortarle todas las cabezas a la Hydra.

Vista las elecciones del 22-M, los damnificados por la dictadura democrática en la que vivimos lloramos ríos por una derrota anunciada. Las espectativas se han cumplido y se han desatados los males. Repasando la lista de problemas que podían surgir observemos los resultados.

-Complicaciónes procedentes de agentes externos al movimiento- hemos visto como el gobierno no ha necesitado ejercer represión, conociendo el posible efecto rebote. No se puede decir que no lo intentaron, esta vez jugando la carta de la junta electoral y considerando el movimiento como un partido político. Mediáticamente no se criminalizó pero se la desacreditó, y se trató a los participantes como un embelesado conjunto de bohemios soñadores, perroflautas, vagos, litroneros y sucios. En fin.
-En cuanto a los posibles problemas internos apuntabamos a la manipulación de contenidos, como así a sucedido, al crear comisiones de trabajo que creaban programas de debate que no se debatían, se votaban. Por otra parte se vació la reivindicación de ideología. Si tu quieres un cambio tienes que saber hacia donde, qué cambiar. Si no quiere este sistema tienes que proponer otro distinto, y esto no se produjo. Las asambleas deseaban ser democráticas y mantener el sistema, si no habrían aceptado la participación de otras ideologías. Parches.

A día de hoy la incidencia de las asamblesas han sido nulas, una pataleta agradable a los turistas. Las elecciones se celebraron y nada cambió sobre la faz de la tierra.
Por encima de todo seguimos juntando fuerzas, las penurias nos enseñan la solidaridad, los engaños desenmascaran a los enemigos, la situación nos empuja a la calle, la calle nos llevará a la libertad.

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