miércoles, 18 de mayo de 2011

15-M, campamentos de damnificados por el estado, democracia realmente manipulada ya.

Campamento es laPuerta del Sol
Los campamentos de damnificados por el estado se han puesto de moda con una suculenta oferta: precio de estancia 0 euros, debates, asambleas y deportes de contacto contra las fuerzas represivas. Su contrapartida es el espacio mínimo, malas instalaciones, no hay dónde aparcar el coche y el peligro de desalojo. <<Para Hanna Montana si, para los derechos no>>. Con esta aseveración infantil se demuestra como la calle se puede usar al servicio de las empresas pero no para molestar a los políticos.
Esta iniciativa popular nace de una sociedad que se siente incapaz de gobernar su vida, y ve como día a día se manipula por uno u otros medios, en el trabajo, en la calle o por los distintos gobiernos.
Las causas por las que podría fracasar el proyecto son básicamente internas o externas, y estamos familiarizados con ambas.
La causa externa la conocemos todos: que llegue la policía y les eche a todos cogiendo detenidos intentando paralizar el movimiento. Efectivo. También la criminalización de los medios de comunicación, que llegará. Ahora están un poco a la expectativa, pero en cuanto les llegue la consigna pondrán a trabajar a sus voceros contra el pueblo. Es cuestión de tiempo que pasen a ser considerados terroristas.
La causa interna es la manipulación desde dentro del movimiento. Valga como ejemplo el intento de manipulación que tuvo el movimiento antifascista en sus manifestaciones por la muerte de Carlos Palomino. Todo el mundo se subía al carro y todos hablaban por él. Esto costó mucha militancia. Al sentirse manipulada la gente deja de participar, aunque ahora goce de buena salud. Más cercana, en la negociación colectiva vemos cómo los interlocutores sistemáticamente hacen y desacen sin que el trabajador pueda decidir nada.
Pero la sociedad hace tiempo que dió respuesta a ambos problemas. La dinámica asamblearia habitual, que es siempre la misma, y tan aterradoramente sencilla que parece mentira. Al no haber una metodología y ser cada uno de su padre y de su madre es difícil organizar a tanta gente, pero se organiza. Se forma la asamblea. Si hay mucha gente se reparten en otras más pequeñas. Después de árduos debates se llega a unos acuerdos. Se procede a encontrar interlocutores que pongan en común con las otras asambleas los acuerdos. Y con la tabla de reivindicación los portavoces hablan con el lacayo del gobernante de turno. Los problemas son los de siempre: grupos políticos que quieren acaparar la lucha, la famosa "W" y las vanguardias iluminadas.
Pero lo que nos debe hacer reflexionar no es cómo conseguir las cosas, ya sabemos cómo, sino qué se quiere conseguir. Si lo que se pretende es aumentar los impuestos a rentas altas, redistribución del dinero, fin de los privilegios, que los que gobiernan ganen menos y se cree empleo, a groso modo, nos estamos equivocando. Las reformas van a ir en el sentido contrario. Obligar al estado a realizar reformas populistas, que minen su autoridad, es un error. El gobierno va a jugar, como siempre, al desgaste. Si lo que se pretende es influir en las votaciones del 22 de Mayo el movimiento se puede declarar oficialmente manipulado.
Después de tanto tiempo, con nuestras facultades organizativas oxidadas la probabilidad de fracaso es alta, los objetivos de los participantes difumunados por la ideología capitalista y el confort, el peligro de manipulación por parte de los políticos omnipresente y la voluntad del estado en contra. Como banco de peces es picoteado por unos y otros pájaros predadores de distinto tinte político, pero la indignación llega más allá, y si algo se ha aprendido es a no dejarse manipular. Los campamentos no desalojados permanecerán sin duda después del 22-M. Las personas crecen mientras luchan. Poco a poco nos damos cuenta de que vivir es tomar decisiones.

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