Toda la propaganda vertida por los Big-media durante los 4 últimos años de mandato Trump alzándolo como "el Presidente menos beligerante de la historia americana" es tirada por la borda de un plumazo cuando se comprueba que en su mandato se produjeron más ataques militares que nunca. Ni si quiera durante la 2º Guerra de Irak de G. Bush. La disminución, que no retirada, de tropas constituye entonces su prueba definitiva de buenas intenciones para el mundo. Esa retirada no es obviamente una muestra de paz y amor como dicen los medios, sus medios, sino una muestra reconversión de la industrial, como dicen los militares. De la industria de la muerte y el saqueo. Los viejos soldados, tropas terrestres y sistemas de fortificaciones zonales son lenta pero inexorablemente reemplazados por el uso de sistemas aéreos, drones, misiles y bases remotas. Una reconversión iniciada en con el programa de drones de 2012, la aparición de los misiles ultrasónicos de 2018 y el US Space Command en 2019.
El control de la información por parte de USA es sublime. El Pentágono la controla a nivel mundial. Nos enteramos de la guerra de Yemen casi 5 años después de que empezara, y 2 años después de los bombardeos masivos estadounidenses. Por supuesto, los datos aportados son convenientemente tratados hasta hacer parecer que es EEUU quien está siendo agredida. Trump logró algo más, disociarse de las aventuras militares de su propia administración. Cuando su implicación fue evidente pasó al plan B: la retirada de la información oficial. Censura. Es más, proclamó el Fin de la Guerra de Afganistán y el Pacifismo Americano mientras mantenía los ataque argumentando que habían cesado por que no constaban en registros. Registros eliminados.
El problema de la censura, como se considera al alto en la publicación del informe de guerra oficial sobre ataques aéreos aludido en el reportaje, siempre es la misma, la información fluye, la información llega, y si no ha sido debidamente manipulada se vuelve en contra del censor. Que se lo digan a la iglesia. Los canales oficiales dejan de ser confiables y se recurre a la prensa alternativa, generalmente extranjera; y que generalmente está tan desprestigiada como la patria. Este artículo de recopilación de datos es el mejor ejemplo. Lo hemos visto cientos de veces. Los culpables son juzgados por la historia como los tiranos del momento. Mientras tanto el tiempo pasa y mueren en la cama.
Salud! PHkl/tctca
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El 25 de febrero, el presidente Biden ordenó a las fuerzas aéreas estadounidenses que atacaran con 7 bombas de 500 libras [0'2 kilotones, obuses] sobre las fuerzas iraquíes en Siria, que supuestamente mataron a 22 personas. Como era de esperar, el ataque aéreo estadounidense no logró detener los ataques con cohetes contra las profundamente impopulares bases de ocupación en Irak; bases que la Asamblea Nacional Iraquí aprobó cerrar hace más de un año.
Los medios occidentales informaron que el ataque aéreo de Estados Unidos fue un incidente aislado y excepcional. Desde entonces ha habido reticencias significativas por parte del público estadounidense, el Congreso y la comunidad mundial, para condenar los ataques como ilegales y la peligrosa escalada de otro conflicto en Oriente Medio.
Pero aún sin el conocimiento de muchos estadounidenses, el ejército estadounidense y sus aliados se han dedicado a bombardear y matar a personas en otros países a diario. Estados Unidos y sus aliados han lanzado más de 326.000 bombas y misiles sobre personas en otros países desde 2001 (ver tabla a continuación), incluidas más de 152.000 entre Irak y Siria.
Un promedio de 46 bombas y misiles al día; día tras día, año tras año, durante casi 20 años. En 2019, el último año para el que tenemos registros completos, el promedio fue de 42 bombas y misiles por día, incluidas 20 por día solo en Afganistán.
Por lo que, si como el gobierno dice esos 7 obuses de 500 libras fueran las únicas bombas que Estados Unidos y sus aliados lanzaron el 25 de febrero, habría sido un día inusualmente tranquilo para las fuerzas aéreas estadounidenses y aliadas, y para sus enemigos y sus víctimas en tierra, en comparación con un día promedio de 2019 o la mayor parte de los últimos 20 años. Por otro lado, si el incesante ataque aéreo de Estados Unidos contra países del Gran Medio Oriente finalmente hubiese comenzado a disminuir durante el año pasado, este bombardeo pudiera haber significado un inusual aumento de la violencia. Pero, ¿de cuál de estos dos casos se trataba y cómo podríamos saberlo?
No lo sabemos, porque nuestro gobierno no quiere que lo sepamos. Desde enero de 2004 hasta febrero de 2020, el ejército de EEUU realizó un seguimiento partidario de la cantidad de bombas y misiles que arrojó sobre Afganistán, Irak y Siria, y publicó esas cifras en los boletines mensuales US Airpower Summaries [una serie de informes de guerra que hacen las veces de propaganda totalmente tendenciosa y parcial, pero única recopilación mundial aproximada de datos, como hacen con el Base Structure Report y otros tantos], fácilmente disponibles para los periodistas y el público en general. Pero en marzo de 2020, la administración Trump dejó abruptamente de publicarlos. La administración Biden tampoco ha publicado ninguno hasta ahora.
Al igual que con las víctimas humanas y la destrucción masiva que causan estos cientos de miles de ataques aéreos, los medios de comunicación estadounidenses e internacionales solo informan de una insignificante fracción de ellos. Sin la revista US Airpower Summaries, bases de datos completas de ataques aéreos en otras zonas de guerra y estudios serios de mortalidad en los países involucrados, el público estadounidense y el mundo se quedan casi completamente a oscuras sobre la muerte y la destrucción que los líderes de nuestro país causan en nuestro nombre. La desaparición de Airpower Summaries ha hecho imposible obtener una imagen clara de la escala actual de los bombardeos indiscriminados estadounidenses.
Aquí cifras actualizadas sobre los bombardeos estadounidenses y sus aliados, desde 2001 hasta el presente, destacando el secreto con el que se han abruptamente envueltos durante el año pasado:
Número de bombas y misiles lanzados sobre otros países por Estados Unidos y sus aliados desde 2001
Numbers of bombs and missiles dropped on other countries by the U.S. & its allies since 2001
Iraq (& Syria*) Afghanistan Yemen Other Countries**
2006 229 1,770 7,002(Le,Pk) 2007 1,708 5,198 9 (Pk,S) 2009 119 4,184 3 5,554 (Pk,Pl) 2011 2 5,411 13 7,763 (Li,Pk,S) 2015 28,696* 947 14,191 28 (Li,Pk,S) 2016 30,743* 1,337 14,549 529 (Li,Pk,S) 2017 39,577* 4,361 15,969 301 (Li,Pk,S) 2018 8,713* 7,362 9,746 84 (Li,Pk,S) 2019 4,729* 7,423 3,045 65 (Li,S) 2020 SECRET SECRET 7,622 54 (S) 2021 SECRET SECRET 310 7 (S) Total 152,096* + ? 81,638 + ? 65,534 26,712
Grand Total = 325,980 + Trump & Biden’s Secret Bombing 2020-2021
** Otros países: Líbano, Libia, Pakistán, Palestina, Somalia.
Estas cifras se basan en las de US Airpower Summaries de EEUU para Afganistán, Irak y Siria; el recuento de ataques con drones del Bureau of Investigative Journalism en Pakistán, Somalia y Yemen; el recuento del Yemen Data Project de ataques aéreos liderados por Arabia Saudita en Yemen; la base de datos de la New America Foundation sobre ataques aéreos extranjeros en Libia; y otras estadísticas publicadas. Las cifras para 2021 llegan solo hasta enero.
Hay varias categorías de ataques aéreos que no se incluyen en esta tabla, lo que significa que el número real de ataques aéreos es ciertamente mayor. Éstas incluyen:
- Ataques con helicópteros: Military Times publicó un artículo en febrero de 2017 titulado: “Las estadísticas del ejército de EEUU sobre ataques aéreos mortales están mal. Miles de bombardeos no han sido denunciados". El grupo más grande de ataques aéreos no incluidos en la US Airpower Summaries son los ataques de helicópteros de ataque. El Ejército de los EEUU comunicó a los autores que sus helicópteros habían llevado a cabo 456 ataques aéreos no reportados en Afganistán tan solo en 2016. Los autores explicaron que la falta de informes sobre ataques con helicópteros ha sido constante durante las guerras posteriores al 11-S, y aún no sabían cuántos misiles reales de esos 456 ataques se dispararon en Afganistán en el año que investigaron. - Cañoneras AC-130: El ataque aéreo que destruyó el hospital Médicos Sin Fronteras en Kunduz, Afganistán en 2015 no se llevó a cabo con bombas o misiles, sino con una cañonera Lockheed-Boeing AC-130. Estas máquinas de destrucción masiva, generalmente manejadas por las fuerzas de operaciones especiales de la Fuerza Aérea están diseñadas para atacar un objetivo en tierra por medio de un sobrevuelo en círculos, escupiendo tanto proyectiles de obús como fuego de cañón, a menudo hasta su completa destrucción. Estados Unidos ha utilizado las AC-130 en Afganistán, Irak, Libia, Somalia y Siria. - Incursiones de castigo: las Airpower Summaries de 2004-2007 incluyeron una nota de que su recuento de "ataques con municiones de caída libre... no incluye cañones de 20 mm o 30 mm ni cohetes". Pero los cañones de 30 mm de los A-10 Warthogs y otros aviones de ataque terrestre son armas pesadas, originalmente diseñadas para destruir los tanques soviéticos. Los A-10 disparan 65 proyectiles de uranio empobrecido por segundo para cubrir un área con fuego letal e indiscriminado; pero eso no cuenta como "descarga de arma" en el recuento de la US Airpower Summaries.
- Operaciones de “contrainsurgencia” y “antiterrorismo” en otras partes del mundo. Estados Unidos formó una coalición militar con 11 países de África Occidental en 2005 [Ecowas], y ahora tiene una base de drones en Níger, pero no hemos encontrado en ninguna base de datos ataques aéreos estadounidenses y aliados en esa región, Filipinas, América Latina o cualquier otro lugar.
Claramente, no fue una coincidencia que Trump dejara de publicar US Airpower Summaries justo después del acuerdo de retirada de Estados Unidos en febrero de 2020 con los talibanes, lo que refuerza la falsa impresión de que la guerra en Afganistán había terminado. De hecho, los bombardeos estadounidenses se reanudaron después de una pausa de solo 11 días.
Como muestra nuestra tabla, 2018 y 2019 fueron años récord consecutivos de US Airpower Summaries en Afganistán. Pero, ¿qué hay de 2020? Sin los registros oficiales, no sabemos si el acuerdo de retirada condujo a una reducción de los ataques aéreos o no.
El presidente Biden ha intentado estúpidamente usar los ataques aéreos en Siria como "palanca" con Irán, en lugar de simplemente volver a unirse al acuerdo nuclear de Irán como prometió durante campaña electoral. Biden también está siguiendo los pasos de Trump al ocultar los ataques aéreos estadounidenses con el mismo secretismo que Trump usó para ocultar su fracaso al intentar poner fin a las "guerras sin fin".
Es muy posible que los publicitados ataques aéreos del 25 de febrero 2021 sobre Siria, como los ataques con misiles de Trump en abril de 2017 también contra Siria, fueran el encubrimiento de algún bombardeo mucho más intenso pero no reportado, ya en marcha en algún lugar, como fue en aquel entonces el caso de la horrible destrucción de Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak.
La única forma en que Biden puede asegurar al público estadounidense que no está utilizando el muro de secretismo de Trump para continuar las devastadoras guerras aéreas de Estados Unidos, especialmente en Afganistán, es poner fin a este secretismo ahora mismo y reanudar la publicación de los US Airpower Summaries con información completa y precisa.
El presidente Biden no podrá restaurar el respeto al liderazgo estadounidense en el mundo, o el apoyo del público estadounidense a su política exterior, acumulando más mentiras, secretos y atrocidades sobre las heredadas. Si sigue haciéndolo, bien podría encontrarse tras los pasos de Trump pero de otro modo: como otro fallido presidente que duró una sola legislatura de un destructivo y declinante imperio.
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