jueves, 24 de diciembre de 2020

De la Crisis permanente y el Colapso del sistema Capitalista a la Revolución de los pueblos por Armonizar con su Naturaleza (5)

 5 EL PROCESO REVOLUCIONARIO DE CAMBIO DE SISTEMA


En "El Proceso Revolucionario de Cambio de Sistema - La Revolución Posible" 11.5.2017 [21] ya se describían los procesos que nos llevarían a la emancipación revolucionaria. Esta es pues una expansión de aquel artículo.


Como se ha mencionado en este levantamiento serán fundamentales tres factores:

-migración, termómetro del grado de funcionalidad del sistema;

-capacidad del pueblo de generar respuestas autónomas; y

-resistencia de las élites al cambio, indicador del grado de acumulación evidenciado en sus guerras en sus distintas formas.


Las luchas sociales, por el propio desarrollo de los acontecimientos, serán desiguales en los distintos territorios, desacompasadas, y se tendrán que adaptar a los distintos escenarios, haciendo la cooperación internacional aún más difícil. Así como los capitalistas se puede poner de acuerdo en el expolio los trabajadores no se opondrán hasta que la mayoría no vean perjudicados sus propios intereses, mucho más heterogéneos. Esto acentuará aún más las interacciones y deferencias regionales, dando la impresión de que una parte del mundo se va la garete.


El proceso de la revolución viene determinado por el proceso de decadencia del sistema imperante. No se puede dar uno sin otro.


Un sistema tiene cuatro estados funcionales consecutivas: normalidad, descontento o desmoralización, desestabilización o disfunción, crisis y nueva normalidad.


Podríamos analizar todas las revoluciones y crisis así como las fallidas para encontrar el mismo patrón. Aunque interesante no es esta la misión del escrito.


Hemos analizado teatro y actores, ahora hay que tener muy en cuenta el guion: las tareas y las fases. En el procesos revolucionario son las organizaciones y no los individuos los protagonistas. Cuando los individuos son los protagonistas y se les saca de su escenario la obra pierde interés.


En una revolución las tareas son dadas y tienen que ser acorde a los tiempos. A pesar de que generalmente todas las tareas se producen a la vez unas predominan sobre otras en el desarrollo de los acontecimientos y no saber adaptarse al momento puede suponer ceder espacio vital para la recuperación del viejo sistema y el mantenimiento del dominio y la explotación del hombre por el hombre. Si no son acordes a los tiempos pierden efectividad, postergando las revoluciones como tantas veces ha sucedido. Para acometerlas se establece una Estrategia. Nosotros hemos propuesto la "Estrategia de los Tres Frentes" [22] en recuerdo a los frentes de batalla establecidos durante la Revolución Española de 1936. Una estrategia que supone desarrollará una Revolución Integral [23] para sociedad y el individuo repercutiendo en el medio ambiente; no al revés.


En un principio, a las personas conscientes nos toca ser catalizadores de los cambios de fase, adelantando las tareas de la nueva normalidad que planteamos como alternativa en nuestra visión. Estamos dando a luz al Nuevo Mundo. Finalmente nos toca actuar de referentes en la nueva construcción. Los altermundistas estamos pariendo a los que serán novomundistas.


-En los tiempos de Normalidad: Desmoralización


Cuando el Estado, corporaciones e instituciones funcionan en su forma y modo particulares correctamente. Las revolucionarias tenemos que tender a nuestro propio crecimiento por la movilización y la propaganda, es decir, impulsar la desafección con el régimen, erosionar la confianza en el sistema, que sería la siguiente fase.


En un momento en que el poder establecido es fuerte si se realiza correctamente la oposición se observa un cambio progresivo en forma de pequeñas reformas que contradicen la moral imperante.


En este punto en la era de la información toma especial relevancia los medios digitales, monopolizando la red, esparciendo su propaganda, productos e ideología, difundiendo mentiras y afectando en definitiva al funcionamiento habitual de una sociedad (Brexit, antivacunas, escándalos varios, manipulación en los telediarios, encubrimientos como con el Rey). Recordar que el control de la información actúa directamente sobre la voluntad por tanto los resultados de la lucha por venir. Su objetivo es captar y disuadir. Su arma más poderosa, lejos de ser la mentira, es la duda razonable, la media verdad.


Las campañas mediáticas y las pugnas entre élites podrían acelerar a la desafección con regímenes, pero no contra sistemas.


Como siempre se dice, la realidad es tozuda y la evidencia habla por sí sola, por lo que la desafección con un sistema injusto llega tarde o temprano. Pero hay que estar presentes para formar a los actores, acelerar los procesos y evitar su cooptación.


Informaciones sólidas, veraces, redes de contrainformación confiables pueden aportar la guía de verdad que orienten la lucha aunque sean aparentemente minoritarias e incluso anecdóticas. Enjambres de informes personales y grabaciones reales asolan las redes sociales, en la calle la propaganda por el hecho, en los trabajos la acción sindical y la construcción constante de la cultura popular como vimos en los levantamientos populares de 2018 a lo largo del mundo. Son momentos de aguantar. Mientras estemos presentes quien necesite buscarnos nos encontrará.


Suplir necesidades para crear un contrapoder es posible pero todavía no extensible, porque por definición el estado funciona y satisface las aspiraciones de la mayoría. Las labores de propaganda, justicia, restitución y reforma toman la delantera, entendiendo que debemos estar a la defensiva en una labor de minado que nos lleve al grado de desmoralización a la vez que nos satisface tanto material como espiritualmente.


En un futuro donde las estados, corporaciones y empresas privadas son cada vez más intrusivas y despliegan el panóptico social monitorizándonos 24h por medios digitales toma especial relevancia la lucha por preservar la intimidad, la libertad de expresión y los movimientos anónimos y sin líderes. El anonimato será una herramienta fundamental para evitar la represión en la red. El castillo de naipes del control digital podría verse mellado al sufrir desescaladas tecnológicas y al generar bolsas de exclusión.


-En los tiempos de Desmoralización: Contrapoder


Cuando crece la desafección con el régimen las mayorías poco a poco comienzan a buscar alternativas mientras continua la normalidad del sistema. Lo que observaremos es que las calles se agitan, los medios se soflaman y la sociedad se polariza.


En el momento actual podemos ver signos de franco desgaste en el hegemón Estados Unidos. Signo de una crisis occidental en toda regla que tiene que ver con las crisis sistémicas subyacentes ecológica, tecnológica, de recursos y de beneficios. Crisis sin solución sistémica.


Los vaivenes mediáticos y cambios políticos con grandilocuentes titulares, los cambios en el régimen (constituyentes, impeachments, lawfares) o parches del sistema (New Deal, Bretton Woods, Neoliberalismo, Green New Deal, Great Reset) coreados por los voceros no nos tienen que hacer perder la perspectiva, porque aunque un sistema se estrese y se someta a tensiones, si sigue funcionando como siempre, no pasa de sufrir una fase de Desmoralización que puede ser revertida, desviada o potenciada de múltiples formas.


En un clima de interferencia las labores revolucionarias incluyen las anteriores y se les suman las propias de interferencia y sustitución paulatina de sistemas, instituciones, servicios, productos y empresas. El objetivo la creación de un contrapoder. El medio ir organizando los estratos que se sumen a la desafección. No solo por la agitación callejera, sino por un debate profundo no de estrategias, ni operativos, sino de visión, futuro y perspectiva capaz de articular los intereses generales y la interseccionalidad. Sin este debate nuevamente sufriremos tensiones estratégicas [24] que acabaran si no disolviendo si separando al movimiento en corrientes y estas perdiendo fuerza.


En esta normalidad desilusionante el 15-M 2011, las Primaveras Árabes de 2011, el Process 2017, la Constituyente 2019, el Líbano 2019 no fueron movimientos revolucionarios, sino mecanismos de cambios de régimen dentro de un mismo sistema. Lograron o se aprovecharon de la desmoralización para crecer u organizarse, y fueron capaces de interferir, pero no de modo que llegase a ser disfuncional ni sustitutivo en el suficiente grado de estrés requerido para cambiar el sistema, si el régimen. Tal vez porque el régimen funcionaba tal y como se deseaba, es decir, la aparente disfuncionalidad, corrupción, negligencia e improvisación, era su norma.


Una labor del todo olvidada y fundamental en este punto es el aliancismo. Un inciso. Estamos cansados de escuchar el viejo mantra "Programa, Programa, Programa". Esto supone un encaje a martillazos entre distintos intereses. Pero lo que después provoca es que, lejos de solucionar problemas prácticos, aumenta las tensiones intergrupales, hace las alianzas quebradizas, fomenta el transfuguismo y los personalismos. Sin un debate profundo centrado en la visión de una sociedad que oriente unas estrategias claras veremos lo que ha sucedido tantas veces; bien una atroz fragmentación que acaba en enfrentamientos internos entre corrientes irreconciliables o un estatismo y conformismo que acaba en retóricas teoréticas que paralizan la propia acción revolucionaria. Acción, Razón y Debate.


Si hemos hecho bien los deberes reconoceremos estructuras federativas, operantes y cooperantes. Capaces de organizar la tesela de organizaciones que se suman al cambio. Pero también capaces de interferir y suplantar las carencias del estado, superar los obstáculos impuestos por las élites y dar una nueva esperanza a las poblaciones. Las confluencias.


El proceso se desarrolla pues con la formación de un contrapoder que se enfrenta al poder establecido en una guerra de proxis, periférica, casi oculta a la luz, y muchas veces sucia por la pura represión. Aún queda un trecho para la guerra abierta.


Repetimos, no hay que confundir crisis de régimen, que se solventan cambiando la forma de operar siempre dentro de una misma lógica que es el sistema, con la crisis de sistema, que supone un cambio de valores y lógicas. Este es un punto importante en lo estratégico porque enfoca los esfuerzos, aunque no en lo operativo. La teoría marxista clásica indica que los valores se establecen sobre la infraestructura material, y la infraestructura determina tanto los valores como las formas de alienamiento. Nosotros opinamos que es más complejo y que éstos valores forman parte consustancial a toda la estructura del sistema, y no son producto de la infraestructura, en forma de superestructura, sino que interviene la psicología y la cultura en todo el proceso. Es decir, a pesar de vivir en un mismo ambiente las estratificaciones sociales atienden a factores no siempre materiales, igual que los fenómenos culturales no siempre se explican por las estructuras materiales que los soportan.


Si estamos en lo correcto la eliminación de estratos por efecto de la exclusión, la disminución de la influencia de la propaganda sustituida por intereses materiales y el efecto de la propaganda revolucionaria emitida desde dentro de los estratos más desfavorecidos, debería volver el sentir general más dispuestos al cambio de sistema. También implica que todas las iniciativas suman en la guerra cultural que se avecina.


-En los tiempos de Crisis: Competencia hasta la lucha abierta


El sistema pierde su legitimidad y comienza a ser disfuncional, que debe ser potenciada por el clima de interferencia generado en la fase de desmoralización. Los motivos los hemos contemplado y solo pueden exacerbarse. Sin medidas correctoras drásticas el sistema no se mantendrá, porque reproducirá una tras otra vez los agentes estresores. Es decir, es Corrección o Colapso.


Sin medidas correctoras drásticas el sistema no se mantendrá, porque reproducirá una tras otra vez los agentes estresores perdiendo con cada repetición capacidades irremplazables.


Para el movimiento revolucionario es el momento de la Competencia. Se mide la correlación de fuerzas, se reúnen los aliadosintentando inclinar la correlación de fuerzas a nuestro favor,, se separan los enemigos y se se preparan las traiciones. ¿Qué puede salir mal?!


Repetimos: no hay que confundir crisis de régimen, solventable operativamente dentro de un sistema, con la crisis de sistema, que supone un cambio de valores y pensamiento.


Los gestores del sistema, los arribistas del régimen de turno, aún tienen oportunidades de reconducir la situación por el establecimiento de un nuevo régimen mientras no se replantee la viabilidad del sistema. Recordemos Egipto en 2011 cuando depuso al Mubarak y se desenmascaró la dictadura de Al Sisi. Mientras en Libano 2018 el pueblo derrocó al gobierno introduciendo cambios cosméticos que no solventaron prácticamente ningún problema. Por muchos motivos los levantamientos no pasaron de ser revueltas. Crisis de régimen.


En caso de que el poder establecido no pueda reconducir la situación las áreas disfuncionales funcionan como áreas autónomas, y son sometidas a todo tipo de vejaciones, incluido el estado de guerra. Esto se observa en amplias zonas de México, Colombia, Sahel o Centroáfrica a bote pronto. Mafias, traficantes, corporaciones extractivistas, mineros y terratenientes compiten en estos territorios por desposeer a los pobladores. Estos responden con la acción popular y el enfrentamiento es inevitable. Es en estas áreas donde la presión de las élites es más cruda y brutal a la vez que más fácil se produzcan brotes antisistémicos. Donde es más fácil que se instale un contrapoder y que a demás sea una zona en que se pueda practicar un nuevo sistema.


Pero por último, nos interesa saber cuándo. Cuando concomitan circunstancias políticas, sociales, económicas, ambientales y militares, se enciende un click que llama al cambio de sistema y es aceptado por la mayoría. Esto atiende a un cambio del interés general.


Observemos el caso de España, sus intereses actuales declarados por sus instituciones [25] [26] son sus debilidades, fuentes de crisis profundas y de momentos revolucionarios. Según los análisis estratégicos del propio ministerio de defensa:


En lo político le interesa su relación de vasallaje con sus hegemones actuales UE/Alemania y USA. Si USA pierde su hegemonía y su interés en el vasallaje europeo o si se disgregase parte de la UE se vería afectado el interés general, circunstancias no remotas.


Mantener sus lazos con Portugal, Marruecos y su relación con Francia al ser su puerta para Europa y en breves para One Belt One Road. Su mayor causa de tensión y grave son los nacionalismos, es decir, las élites periféricas. Problemas en Portugal tal vez no serían tan serios, pero si en Francia y en Marruecos, afectado a las rutas comerciales, pesqueras y migratorias. Las tensiones nacionalistas de las élite periféricas atiende a la formación de clusters, concentración de población y actividad. En una ambiente de beneficios menguantes es cuestión de tiempo que se establezca una pugna entre las facciones del poder central y las periféricas.


En lo económico depende de sus exportaciones a la UE en un 60%, monetariamente del BCE y varios paraísos fiscales. Mantiene los mayores intereses coloniales con iberoamérica y depende del producto industrial de aleman, americano y sobre todo chino. En sus importaciones depende del petróleo y el gas petróleo, cualquier alteración del suministro puede acabar en debacle, cosa que sucedería con una guerra en el punto caliente de los países del golfo pérsico o Argelia, proveedor de gas.


Crisis económicas cada vez más frecuentes pueden afectar al beneficio, a la composición de las élites y a la desafección con el sistema. Un riesgo que lejos de decrecer con el tiempo aumentará como hemos visto, seguramente en forma de pugnas entre las élites. Cuando el sentimiento general sea de agotamiento se producirá el cambio de sistema.


La prolongación en el tiempo de estas crisis pueden dar lugar a un colapso en el que viejas estructuras queden inutilizadas sin capacidad de recuperación.


Sabemos cómo se defiende el sistema capitalista. La nueva estrategia inaugurada en 1999 por China se denomina Guerra Irrestricta. La doctrina del anterior imperio USA era el Caos Creativo. Esto es lo que le espera a todo enemigo del sistema marcado como enemigo. Una lucha feroz por todos los medios. Una lucha que no dudarán en dirigir contra sí mismos, contra su pueblo, catalogado como enemigo. Una lucha que solo puede aumentar la desafección consigo mismos y acelerar su descomposición interna, llenando nuestras menguadas filas. Los países y regímenes que así se han comportado han caído bajo su peso, y generalmente se han fragmentado.


En el punto actual es relativamente fácil para los poderes establecidos reconocer los líderes y contrapoderes y neutralizarlos, pero en el momento disfuncional de crisis pueden reemerger. Esto nos lleva a una necesaria discreción que afecta tanto al desarrollo propagandístico como de establecimiento del propio contrapoder, a la difusión de las ideas de cambio y a la popularización de las organizaciones revolucionarias. Ejemplo de ello es la opción de los distintos movimientos por descabezar actuar sin líderes y sin jerarquías. Todo un logro libertario.


Como contrapartida los movimientos revolucionarios responden sumergiéndose en la sociedad, con organizaciones de bajo perfil, acciones coordinadas.


En la medida que el poder pierde poder el estado pierde funciones, las corporaciones pierden mercados y se demuestra quién manda. En última estancia nos encontramos con un ejército que controla un territorio y se nutre de impuestos. Cuando este ejército deja de recibir dinero se produce la magia revolucionaria: disminuye la represión, se despejan los mercados de incompetencia, resurgen los recursos contenidos, se ajustan las escalas de valores. Este es posiblemente un bello momento que todavía no ha sucedido en la historia de la humanidad moderna. El estado se despedaza, se desgaja y explota como confeti. La caída del Imperio Griego, Egipcio, Romano, Español, Francés, Otomano, Inglés, América. La ruptura de la URSS. Todos tuvieron el mismo final. Pero ahora incluso el concepto de Estado-Nación caerá. Nació y morirá con el capitalismo.



-En los tiempos de Nueva Normalidad: Parabellum


El cambio de sistema puede ser reversible como bien sabemos a raíz de las experiencias revolucionarias. Pero esta vez hay un ventaja, la crisis del viejo sistema es permanente, más allá de todo arreglo.


Una vez instalado el nuevo sistema en el nuevo territorio, con nuevos intereses, nuevos valores y nuevas personas, hay que reconstruir las relaciones. Con nosotros mismos y con nuestros vecinos.


Si como pensamos la revolución ha fragmentado el territorio es seguro que el cadáver del viejo régimen quiera seguir aniquilándonos. Al interno en forma de disensiones e intentos de resucitar el viejo cadáver en forma de nuevas élites apelando a la nostalgia y al nacionalismo. Al externo en forma de enemigo del orden establecido, tanto ante nuestros viejos amos como contra las élites extranjeras deseosas de reencauzarnos.


Hay que darse cuenta que los poderes establecidos se retirarán a aquellos lugares más beneficio pero es difícil, si no imposible, que caigan por completo. Se retirarán y dejaran eriales allá donde estuvieron. Zonas muertas e inhabitables, carentes de todo valor. Estos bastiones de muerte seguirán con su ponzoña, quemando recursos, esparciendo la contaminación y resistiendo al cambio climático. Tal vez hasta se hayan beneficiado de él asentándose en zonas de Canadá, Siberia y Groenlandia.


Los capitalistas primero se retirarán dentro de sus propios territorio, concentrándose en ciudades y regiones enteras. Después en clusters conectados por corredores. Poco a poco los clusters sufrirán los mismos procesos de descomposición y degradación, incapaces de soportar el peso de su consumo. Este es un proceso ya en marcha y sin vuelta atrás.


En España podrían encerrarse en una Castilla creyendo que Cataluña y Pais Vasco se han separado. Puntos de vista. Después la propia Castilla, Cataluña, País Vasco, Galicia, Asturias, León serán una serie de eriales sin valor por falta de regadíos, industria ni servicios, concentrando el capitalismo en corredores. Después la pérdida de interés o capacidad de adquisición de los productos industriales será evidente. Adiós a la era industrial.


Una vez disuelto el poder y ajustada la capacidad de carga los movimientos aliancistas internacionales deberían ir dirigidos en un sentido: el barrer los restos del capitalismo y ajustar por las malas su capacidad de carga restaurando la armonía con la naturaleza.


En este caso hay que darse cuenta de algo fundamental: el enemigo son ellos. En la medida que se siga permitiendo la explotación ambiental y de recursos, la explotación humana y las aberraciones tecnológicas, el clima seguirá cambiando y el medio ambiente deteriorándose hasta superar los umbrales de seguridad. El mantener los regímenes extractivistas e hiperconsumismas activos es simplemente un seguro de aniquilación como especie. El enemigo son ellos hasta para sí mismos, de tal modo que incluso su propia supervivencia depende de que nosotros les derrotemos y acabemos con su locura biocida. La guerra contra el capitalismo y la voracidad debe continuar.

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