miércoles, 4 de enero de 2017

Por qué no es necesario el Estado

Reflexiones desde Anarres: Por qué no es necesario el Estado: Reflexiones desde Anarres. Capi Vidal.
[.] De hecho, incluso a la inversa, la alteración del Estado supone tantas veces la alteración de las condiciones económicas. La voluntad de poder explica muchas cosas en la historia, por lo que es posible asegurar en muchas circunstancias la primacía de lo político sobre lo económico. Estamos en un punto importante de la idea anarquista, la de afirmar la hibridación entre el poder político y económico, de la voluntad de dominación y de la de enriquecimiento, de tal forma que el Estado adquiere la forma que conviene a sus intereses. Lejos de ser simplemente "el poder organizado de una clase contra otra clase", es posible analizar en la historia que el proceso de fundación del Estado es multiforme y varía según la diversidad de los factores circunstanciales. Leval considera que el factor más importante es la guerra, siendo la conquista militar una fuente de autoridad.
Así, el Estado nace de la organización político-militar que establece un aparato administrativo, el cual tiene el fin, por encima de otros, de vivir a expensas de la población sometida. No hace falta insistir (o tal vez sí, dado lo que se ve a veces por ahí) en que, para el anarquismo, los términos Estado y nación son intercambiables. Es habitual que se considere que el control de la economía por parte del Estado sea una invención moderna, e incluso se asocia todo sistema socialista con ella para desgracia del anarquismo. Del mismo modo, y como hemos insinuado con anterioridad, también la época contemporánea se ha caracterizado por una visión socialista del Estado, casi exclusiva, como un instrumento de dominación de una clase sobre otra.
Sin embargo, la historia nos enseña que el Estado no actúa en beneficio de sus súbditos, sino del suyo propio con elementos como la fiscalidad y la explotación del trabajo de los individuos. Pensamos que es posible decir, con mayor hincapié a estas alturas, que difícilmente puede verse en el Estado un instrumento de emancipación, por más que se hayan dado otros organismos igualmente coercitivos y explotadores que hacen temer a las personas la pérdida de algún tipo de protección social. Hay que insistir en que el Estado no supone una mejora sobre la explotación individual que supone el capitalismo, incluso es más abusivo al tener más medios de dominación a su alcance. La época liberal de los siglos XVIII y XIX abrió la esperanza a diversas formas socialistas, de las cuales nada puede esperarse ya de aquella que sigue confiando en el Estado como una vía hacia la libertad y la justicia social (ni una ni otra se produjeron en todos los experimentos al respecto).
A comienzos del siglo XXI, con un liberalismo, o neoliberalismo, sucumbido a nuevas formas de concentración del capital, continúa reinando a sus anchas a pesar de los destrozos físicos y morales que ocasiona.

El Estado y el capitalismo algún día serán también historia, nada en ellos hay de necesarios, y de nosotros depende que adoptemos un camino verdaderamente emancipatorio. Tantas veces insistiremos en ver el anarquismo también como una hibridación entre liberalismo y socialismo, además de recoger todo lo que hay de noble y digno en la historia y en el ser humano (la definición de estos conceptos provoca graves discusiones, pero lo que ello demuestra es que son producto de la actividad humana y no poseen ningún origen metafísico ni sobrenatural).

2 comentarios:

  1. Como aquí se dice, de nosotros depende, pero ese -nosotros-, por desgracia, incluye a demasiada gente (y a muy pocas personas).

    Salud!

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    1. De nosotros depende estar preparados para poder aprovechar las condiciones adecuadas. Por ahora no lo estamos, pero no por ello vamos a dejar de intertarlo, porque esto querría decir que ellos tenían razón, y no la tienen.
      Salud!

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