Extorsiones diarias sangran a la población: Hoy prácticas abusivas en la ORA y Zona Azul.

  Dentro de este caos capitalista en el que el grande se come al chico los que sobrevivimos nos repartimos las migajas peleando esclavo contra esclavo, justo como los caciques quieren. En este afán encontramos algunos lacayos serviciales más dispuestos que otros a hacer de todo.

  Es el caso del/a famoso/a controlador/ora de la ORA Zona Azul en Palma de Mallorca E.Rubio, controlador vocacional, con número K-001312 de Palma de Mallorca, con domicilio en la C/Capitán Vila 38. Este lacayo/a se dedica a poner multas en zonas amarilla, vados y en definitiva zonas no habilitadas por el ayuntamiento para cobrar la tasa de municipal de aparcamiento con el beneplácito de sus superiores. La trampa es que si no se recurre a tiempo, 15 días naturales, deberás pagarla, con posibilidades escasas de recurso. Los beneficios para la empresa son exponenciales. Los rendimientos de su trabajo también. Aún se observa un gran incremento del beneficios si se paga en el acto. 


  En este tipo de trabajos los superiores instigan a la denuncia, al pillaje, a buscar el descuido, al espionaje. Incentivan las ansias capitalistas con raquíticas comisiones que a penas se notan en la nómina a final de mes. Agitan el miedo con el látigo del paro, sin darse cuenta de que ya están en riesgo de exclusión social.
Al igual, su escasa moral les permite hacer falsas acusaciones.
Sus compañeros establecen una férrea competencia por ver quién consigue más denuncias, el más productivo de la empresa.
  Este tipo de trabajos "tan necesarios" son repudiados por la ciudadanía. Les repudiamos y escupimos cuando van de uniforma, y cuando alguno se enfada les agrede, ante la comprensión de cualquiera que presencie tal desenlace. Sin uniforme se comprende que es una profesión dura.

  Dentro de la extorsión de cada día nos encontramos con multas y tasas, arbitrarias e injustas.

Iniciativa Popular
  La iniciativa popular se ha puesto en marcha y varias personas se acercarán por su barrio para hacerle entrar en razón y que no repita este desagradable comportamiento, por las buenas.
  Rubio, mejor quédate en casa.

No te confundas, digan lo que digan no son trabajadores.