domingo, 30 de agosto de 2020

Campaña: Un Grito Global en Defensa de la Amazonía - Protestas en la Embajada de Brasil. #SOSAmazonía

Fuente - Un grito global en defensa de la Amazonía • Ecologistas en Acción 28.8.2020

  • Una protesta en la embajada de Brasil en Madrid y otra en el consulado de Málaga han denunciado esta mañana el avance de los incendios y la responsabilidad europea en la deforestación de la selva amazónica por su política comercial.
  • La acción forma parte de una movilización internacional en defensa de la Amazonía bajo las etiquetas (hashtag) #SOSAmazonía y #StopUEMercosur.
  • El fuego contribuye a la deforestación para plantar soja, caña de azúcar o tener más pasto para ganado: durante el primer semestre de 2019 la deforestación ilegal destruyó alrededor de 10.000 kilómetros cuadrados de selva.
  • La desaparición de esta selva húmeda, uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta, puede provocar la aparición de pandemias.
Organizaciones sociales y ambientales, como la campaña estatal 'No a los Tratados de Comercio e Inversión', Ecologistas en Acción y Fridays for Future, se han unido para protestar por los incendios, la pasividad de la comunidad internacional y la connivencia del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

Las organizaciones y colectivos han organizado esta mañana una protesta frente a la embajada de Brasil en Madrid y frente al consulado del mismo país en Málaga, lo que ha supuesto el inicio de una jornada de protestas (físicas y en redes sociales) y acciones en todo el mundo.

Solo los primeros diez días de agosto se han detectado 10.136 incendios en toda la Amazonía brasileña, un 17 % más que los registrados el año pasado en ese mismo periodo y la cifra más alta en la última década.

Con esta protesta se ha exigido al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que detenga su política de destrucción de este pulmón del mundo y que respete los derechos humanos de los pueblos originarios de Brasil. Dichos pueblos son expulsados y desplazados de sus tierras por los incendios, el avance de la agroindustria y proyectos ilegales de minería o infraestructuras.

Desde su llegada al poder, Bolsonaro ha desarrollado distintos mecanismos de dudosa legalidad contra los derechos de los pueblos originarios, como el desmantelamiento paulatino de la Fundação Nacional do Índio (FUNAI), que además ha quedado bajo la dirección de un antiguo evangelizador.

Ecologistas en Acción y Fridays For Future han recalcado que la desaparición de esta selva húmeda, uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta, se relaciona directamente con la aparición de pandemias como la COVID-19.

La mala gestión de la pandemia de Bolsonaro -famoso por ser un negacionista de la covid- también está afectando de manera directa a los pueblos originarios sin ayuda o sin un plan de contingencia específico. Desde el inicio de la pandemia más de 700 indígenas han muerto.

Otra de las reivindicaciones centrales es que el Gobierno de España ponga fin al acuerdo comercial entre la UE y los países del bloque Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), que promoverá y facilitará la importación de tres productos responsables de la deforestación amazónica: carne de vacuno, soja para alimentar ganado y caña de azúcar destinada a fabricar biocombustibles.

Un estudio publicado en la revista Science en julio de 2020 revela que alrededor del 20 % de las exportaciones de soja y el 17 % de las exportaciones de carne de vacuno de Brasil a la UE están vinculadas a la tala ilegal de bosques.

El acuerdo UE Mercosur ya ha sido puesto en tela de juicio por algunos países europeos. Austria, Holanda, la región belga de Valonia y recientemente Alemania, a través de unas declaraciones de Angela Merkel con jóvenes activistas, han mostrado su rechazo al acuerdo en su estado actual por su impacto medioambiental o por la negativa de Bolsonaro de cumplir los objetivos del Acuerdo de París. El acuerdo no contiene ningún mecanismo sancionador en lo relativo a los derechos humanos, el clima o el medio ambiente.

Bajo el lema SOS Amazonía y Sin Amazonía No Hay Futuro, la protesta se enmarca en una movilización global lanzada por Fridays For Future Brasil, con apoyo de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB) y la Asamblea Mundial por la Amazonia, que fue impulsada el pasado mes de julio por 540 agrupaciones amazónicas, y el respaldo inicial de más de 3.098 ciudadanas y ciudadanos.

sábado, 29 de agosto de 2020

Concentración contra la Prohibición del VII Homenaje a Federico García Lorca en Madrid. 29-8-20, 12h, Pza Cibeles

Es una pena que el sindicato ni cuelgue la sentencia completa ni apunte a los responsables, en este caso el ju-hez fascita que prohibió el evento. Recordamos que mientras esto ocurre, la prohibición reiterada de expresiones populares, manifestaciones y encuentros fascistas surcan la península, concentraciones antimascarillas, corridas de toros, conciertos, partidos de fútbol, promovidos directamente por el fascismo y los grandes capitales sin ningún tipo de control sanitario.

Es parte del acoso institucional. Para ellos el control sanitario es acabar con el Virus Rojo.

Salud! PHkl/tctca
______
Fuente - Prohibición del VII Homenaje a Federico García Lorca en Madrid 28.8.2020



Ayer recibimos la prohibición oficial del Ayuntamiento de Madrid. El email que nos remitieron el 18 de agosto pasado era una "opinión técnica" y no una prohibición oficial según aseguraron en la Sala del Tribunal Superior de Justicia de Madrid el miércoles pasado, 26 de agosto.

El TSJ no admite el recurso por estar presentado "fuera de plazo" y nos condenan a pagar costas al Ayuntamiento (500€+ IVA).

No sólo no nos permiten hacer un acto popular con todas las medidas sanitarias sino que nos condenan por recurrir la prohibición.

Por todo ello os animamos a acudir a la CONCENTRACIÓN de Protesta por la prohibición del VII HOMENAJE a FEDERICO GARCÍA LORCA que realizaremos mañana SÁBADO a partir de las 12:00 h ante el Ayuntamiento de Madrid en la PLAZA CIBELES.

Allí explicaremos lo ocurrido y además se leerán poemas... y rendiremos homenaje a Lorca pese a que no les guste a los carcas del consistorio.

Anímate que hará fresco y la poesía y Lorca te necesitan.

#VenConMascarilla
#GuardaLaDistancia
#CuidateCuidanos
________________________
#LorcaProhibido
https://twitter.com/hashtag/LorcaProhibido?src=hashtag_click
https://twitter.com/i/status/1299657880434626561

jueves, 27 de agosto de 2020

Entrevista a Franco Berardi, filósofo: «Asistiremos al Colapso Final del Orden Económico Global» - Página12 Vídeo

Preclara entrevista que como pocos desvela parte del sino de nuestros tiempos. Nuevamente disponemos de herramientas que nos pueden colocar un paso por delante en la lucha de clases.

Berardi considera que el mecanicismo impuesto por el sistema organizativo ahora global le lleva a reproducir una serie de pautas que anulan la posibilidad de cambio de funcionamiento. Un sistema en el que el conocimiento científico y técnico ha tomado las riendas y superado hasta las aspiraciones políticas. Esto se ejemplifica en los conceptos de Gobernanza y Tecnocracia, gobiernos de técnicos, bien sean sanitarios o económicos o de cualquier índole, que han tomado las riendas de los países anulando las opciones políticas con la función y objetivo de mantener el funcionamiento del Sistema. Esta carencia de alternativa, un verdadero No Future para las élites, vuelve al sistema que manejan predictible y vulnerable, permitiendo por ejemplo a Berardi hacer una estimación de cuáles serán los fallos críticos y cuándo se pueden producir el colapso del sistema conjunto.


Cuando en el grandilocuente título de la entrevista leemos que "Asistiremos al Colapso Final del Orden Económico Global", no es que se lo esté inventando, sea un parecer o una iluminación. Las propias instituciones capitalistas como el Foro Económico Mundial ven la posibilidad y llevan haciendo planes para el momento durante años ver The Great Reset ha llegado.

Es difícil entender cómo la clase obrera, en plena descomposición, puede ser capaz de aprovechar este momento de debilidad del sistema, cuando aparentemente está en su culmen y esplendor. Si no queremos ser arrastrados por las fuerzas desencadenadas deberemos cabalgar la ola. Por esto mismo debemos profundizar en su entendimiento, la previsión y en la adecuación a nuestros tiempos.

Salud! PHkl/tctca
______________

Fuente - Franco "Bifo" Berardi: "Asistiremos al colapso final del Orden Económico"- Página12

por María Daniela Yaccar 24.8.2020 vía Kaos en la red

Entrevista al filósofo italiano. El autor de La Fábrica de la Infelicidad cree que ese final de ciclo «podría abrir la puerta a un infierno político y militar esencialmente caótico. El caos es el verdadero dominador de la época pandémica». Bifo habla también de vacunas, medio ambiente, virtualidad y vínculos humanos hundidos en una «epidemia de soledad».

“Estamos en un umbral que puede durar años”, sentencia Franco “Bifo” Berardi, escritor, filósofo y activista italiano, en diálogo con Página/12. En un momento que «no es para conclusiones», analiza el escenario y prevé alternativas. Escribe, en un extenso mail, que “el caos es el dominador de la época”, y que son posibles “un colapso final del orden económico global” y un despliegue de comunidades autónomas con eje en la igualdad. Descree del poder del Estado. El verdadero poder, para él, está en el capitalismo. Recorre varios temas que hacen a este hecho total que es la pandemia. Vacuna, medio ambiente, virtualidad, vínculos humanos hundidos en una «epidemia de soledad».

En cuarentena, aparte de pintar, Bifo ha escrito un texto muy original y literario llamado Crónica de la psicodeflación, que contiene una definición del coronavirus: «virus semiótico», «fijación psicótica» que “prolifera en el cuerpo estresado de la humanidad global» y ha bloqueado “el funcionamiento abstracto de la economía”. Está disponible en la web de la editorial Caja Negra, que también publicó los títulos Futurabilidad y Fenomenología del fin. Luego, Bifo escribió Más allá del colapso. El escritor nacido en Bolonia en 1949 tiene historia. Ha participado de las revueltas juveniles del ’68, fue amigo de Félix Guattari, frecuentó a Foucault. Fundó revistas, creó radios alternativas y señales de TV comunitarias. Algunos de sus libros destacados son La fábrica de la infelicidad, Generación post-alfa, Félix y La sublevación. Tinta Limón Ediciones está a punto de lanzar El Umbral. Crónicas y Meditaciones. Actualmente es profesor de Historia Social de los Medios en la Academia de Brera, en Milán.

-Con el coronavirus la filosofía ha quedado en el centro de la escena. ¿Cuál es su misión en esta pandemia?
-Es la misma desde hace miles de años: entender, concebir, disponer el pensamiento colectivo. El filósofo intenta transformar lo que percibimos en la experiencia común en conceptos que permitan iluminar el camino. Es muy simple, pero tal vez el ejercicio se hace problemático. Si lo que entendemos de la realidad implica que no hay salida ética, política ni científica de una situación, si la imaginación filosófica no logra imaginar otra salida que la barbarie, otro horizonte que la extinción, el trabajo se vuelve muy duro. Tenemos que reconocer y contar lo que nos parece inevitable desde el punto de vista del entendimiento, pero al mismo tiempo siempre recordar que tal vez el imprevisto subvierte los planos del inevitable. Esa es la misión de la filosofía: imaginar lo imprevisible, producirlo, provocarlo, organizarlo.

-En Más allá del colapso plantea dos escenarios: “Lo que queda del poder capitalista intentará imponer un sistema de control tecno-totalitario. Pero la alternativa está aquí ahora: una sociedad libre de las compulsiones de acumulación y crecimiento económico”. ¿De qué manera podría construirse una alternativa?
-Las consecuencias actuales de la pandemia y del lockdown (confinamiento) son muy contradictorias. Hay tendencias divergentes, hasta opuestas, en la esfera económica, la del poder. De un lado asistimos al desmoronamiento de los nudos estructurales de la economía. El colapso de la demanda, del consumo, una deflación de largo plazo que alimenta la crisis de la producción y el desempleo, en una espiral que podemos definir como depresión, pero es algo más que una depresión económica. Es el fin del modelo capitalista, la explosión de muchos conceptos y estructuras que mantienen juntas a las sociedades. Al mismo tiempo asistimos al enorme fortalecimiento del capitalismo de las plataformas y las empresas digitales en su conjunto. La relación entre sistema financiero y desmoronamiento de la economía productiva aparece incomprensible: Wall Street confirma su tendencia positiva, casi triunfal. ¿Se está produciendo una enorme burbuja económica que en el futuro próximo podría explotar? ¿O, al contrario, eso significa que la abstracción financiera se ha hecho totalmente independiente de la realidad de la economía social? Creo que en el próximo año asistiremos al colapso final del orden económico global, que podría abrir la puerta a un infierno político y militar esencialmente caótico. El caos es el verdadero dominador de la época pandémica. Un caos que el capitalismo no puede someter. No hay una alternativa política visible en el futuro próximo. Hay revueltas. Las habrá. Pero no se puede imaginar una estrategia política unificante.

-Ha escrito que la igualdad, “destruida en la imaginación política en los últimos 40 años”, podría ganar protagonismo. ¿No contrasta esta idea con lo que está sucediendo aquí y ahora? El virus profundizó la pobreza, el desempleo, la desigualdad.
-En la situación caótica que se puede desplegar van a proliferar las comunidades autónomas, las experimentaciones igualitarias de supervivencia. Claro que hoy se manifiesta un tentativo de las fuerzas empresariales, mafiosas, neoliberales de apoderarse lo más posible de la riqueza social, los recursos físicos y monetarios. Pero eso no va estabilizar nada. Todas las medidas de estabilización que están intentando las fuerzas políticas de gobierno en Europa como en otros lugares no pueden estabilizar nada en el largo plazo. El crecimiento no volverá mañana ni nunca. La Ecosfera terrestre no lo permitirá; no lo está permitiendo. La demanda no subirá, no solo porque el salario va disminuyendo, sino también porque la crisis producida por el virus no es solo económica. Es esencialmente psíquica, mental: es una crisis de las esperanzas de futuro. En esta situación tenemos que imaginar formas de vida autónoma post-económicas, de auto-producción de lo necesario, de auto-defensa armada contra el poder, de coordinación informática global.


-¿Qué cree que significa esta pandemia para el ordenamiento geopolítico mundial?
-El caos toma el lugar de comando. No existe de manera objetiva. Hay caos cuando los acontecimientos que interesan nuestra existencia son demasiado complejos, rápidos, intensos para una elaboración emocional y consciente. El virus, invisible e ingobernable, ha llevado al caos a un nivel definitivo. No puedo prever los puntos donde el desmoronamiento produzca efectos más notables. Lo que me parece muy probable es un proceso de guerra civil en los Estados Unidos. Según un artículo publicado en el Dallas News hace algunos días no habrá guerra civil, sino una situación caótica de terror permanente. Los ciudadanos americanos siguen comprando armas de fuego, si bien ya hay más de un arma por cada ciudadano, incluidos niños y abuelos. El trumpismo no ha sido una locura provisional. Es la expresión del alma blanca de un país que nació y prosperó gracias al genocidio, la deportación, la esclavitud masiva. Los efectos globales de la desintegración de los Estados Unidos no se pueden prever.


-Una vez que aparezca una vacuna, ¿cree que la humanidad se relajará y el daño ecológico volverá a profundizarse o se podrá repensar la relación con el medio ambiente? ¿Existe el riesgo de una vida en estado pandémico permanente?
-Claro que existe. El Covid ha sido solo uno de los virus que pueden proliferar contagiosamente. No puedo explayarme sobre la posibilidad de una vacuna eficaz porque no soy biólogo, pero no creo que la experiencia del coronavirus termine con la vacuna. La pandemia 2020 sólo ha sido el comienzo de una época de catástrofes globales, a nivel biológico, ambiental y militar. El efecto de la pandemia sobre el medio ambiente es contradictorio también. De un lado ha habido una reducción de los consumos de energía fósil, un bloqueo de la polución industrial y urbana. Del otro, la situación económica obliga a la sociedad a ocuparse de los problemas inmediatos y posponer las soluciones de largo plazo. Y no hay largo plazo a nivel de la crisis ambiental, porque los efectos del calentamiento global ya se despliegan. Pero al mismo tiempo podemos imaginar (y proponer) la creación de redes comunitarias autónomas que no dependan del principio de provecho y acumulación. Comunidades del sobrevivir frugal.


-Maristella Svampa, socióloga argentina, postula que la metáfora del enemigo invisible en el discurso político oculta la dimensión medio ambiental del virus. ¿Coincide?
-Coincido. El Covid-19 es una emergencia particular del colapso ambiental. Las elites políticas no me parecen a la altura del problema, lo que dicen no me parece muy importante. La política en su conjunto es impotente. ¿Qué hacen los políticos “buenos” (como Conte en Italia)? Aplican la disciplina sanitaria obligatoria, se pliegan a la decisión científica, que toma el lugar de la decisión política. ¿Qué hacen los malos (Bolsonaro, Trump….)? Se niegan a la decisión científica y afirman la autonomía de la política. Pero la política se ha vuelto un juego sin razón, sin conocimiento. La potencia del político es la locura, la venganza, la rabia contra la impotencia. Si la política ha sido durante la edad moderna una expresión de la voluntad, ahora está muerta porque la voluntad humana ha perdido su eficacia sobre el proceso real.


-¿Cómo imagina que serán los vínculos después de la pandemia? ¿Cómo son ahora?
-La pandemia marca una ruptura antropológica de una profundidad abismal. Pensemos en el acto más humano de todos: el beso, el acercarse de los labios, el acariciar paulatino y dulce de la lengua al interior de la boca de otro ser humano. Este acto se ha vuelto el más peligroso y anti-social que se pueda imaginar. ¿Qué efecto va a producir esta novedad en el inconsciente colectivo? Una sensibilización fóbica al cuerpo y la piel del otro. Una epidemia de soledad, y por tanto, de depresión. A nivel social el distanciamiento implica el fin de toda solidaridad. A nivel del inconsciente equivale a la bomba atómica. Tenemos que reinventar la afectividad, el deseo, el tocamiento, el sexo, pero… ¿tenemos la fuerza psíquica para hacerlo? No me parece. Pero lo repito con fuerza: estamos en un umbral, no podemos saber cómo saldremos de la oscilación en la que el inconsciente está capturado.

-Agamben ha escrito sobre la limitación de la libertad, “aceptada en nombre de un deseo de seguridad inducido por los mismos gobiernos que ahora intervienen para satisfacerlo”. ¿Qué piensa sobre el control del Estado con la pandemia como trasfondo?
-El Estado se identifica cada vez más con las grandes agencias de control informático, de captura de enormes cantidades de datos. No existe más como entidad política, territorial. Sigue existiendo en la cabeza de los soberanistas de derecha y de izquierda. No existe la política, ha perdido toda su potencia; no existe el Estado como organización de la voluntad colectiva, no existe la democracia. Son todas palabras que han perdido su sentido. El Estado es el conjunto de la disciplina sanitaria obligatoria, de los automatismos tecno-financieros, y de la organización violenta de la represión contra los movimientos del trabajo. El lugar del poder no es el Estado, una realidad moderna que se acabó con el fin de la modernidad. El lugar del poder es el capitalismo en su forma semiótica, psíquica, militar, financiera: las grandes empresas de dominio sobre la mente humana y la actividad social.


-En los países de Latinoamérica, la dicotomía que se plantea en los textos filosóficos europeos (capitalismo-comunismo) no resuena del mismo modo. Aquí pensamos más en términos de un Estado presente. ¿Qué lectura hace de la pandemia respecto de dos escenarios con diferencias estructurales como América latina y Europa?
-En América latina ha habido una fuerza particular, un discurso neo-soberanista de izquierda, lo que podríamos llamar populismo de izquierda, según la versión de Laclau, Jorge Alemán y otros. La experiencia lulista, la kirchnerista, la de Evo en Bolivia y el chavismo son experimentos de soberanía popular, democráticos, con intentos sociales. Han sido valiosos, tal vez más o menos exitosos. Pero al final todos han fracasado, porque la complejidad de la globalización capitalista no deja espacios de maniobra a nivel nacional, provocando la violencia de la reacción. La pandemia es una prueba de la imposibilidad de actuar en la dimensión nacional. Claro que puede haber una gestión racional de la pandemia, como la de Argentina, y una manera irresponsable y genocida como la de Brasil. Pero al final la pandemia está provocando un apocalipsis global que ninguna política racional puede evitar. Marca también el fracaso final de toda hipótesis soberanista, de izquierda y de derecha.


-¿Qué piensa de los movimientos “anticuarentena”? ¿La idea de la libertad ha sido cooptada por la extrema derecha?
-La palabra “libertad” es un malentendido de la filosofía moderna y del pensamiento político. Los que hablan de libertad en la época de los automatismos tecno-financieros no saben de qué están hablando. El enemigo de la libertad no es el tirano político, sino los vínculos matemáticos de las finanzas y los digitales de la conexión obligatoria. Hay una libertad ontológica que significa que Dios decidió de no determinar la dirección de la vida humana, dejando así el libre albedrío a los humanos. Pero la materia de que los organismos son compuestos determina profundamente la posibilidad de actuación del organismo. Y la materia social, la economía, la enfermedad, la proliferación viral son verdaderos matadores de la libertad. La modernidad ha sido capaz de inventar un espacio de libertad verdadero: la potencia de la política moderna (desde Maquiavelo hasta Lenin) ha sido la capacidad de elegir estratégicamente y actuar tácticamente de manera tal de plegar no toda la realidad, pero sí espacios relevantes de la realidad social, técnica, hasta médica. El fin de la modernidad marca también el fin de esta libertad marginal: la creación de automatismos tecno-financieros ha destrozado la potencia política de la voluntad; ha matado la democracia. La palabra libertad hoy significa solo libertad de explotar a los que no pueden defenderse, de hacer esclavos a los otros, de matar a los africanos que quieren sobrevivir migrando en Europa. Libertad hoy es una palabra asesina. Solo igualdad es una palabra que puede restablecer algo de humano entre los humanos.

-“Creo que la pandemia actual marca la salida definitiva de la época moderna de la expansión y el ingreso en la época de la extinción”, escribió. ¿Se ha puesto a imaginar cuánto tiempo nos queda? ¿La extinción es inevitable?
-Antes que nada no soy un adivino. Cuando digo que entramos en la época de la extinción quiero decir que en el horizonte futuro la sola conclusión lineal de las tendencias existentes (sobrepoblación, polución, calentamiento global, reducción del espacio habitable, multiplicación de los gastos militares, proliferación de las guerras, epidemia psicótica) no implica otra perspectiva realista que la extinción de la civilidad humana (que ya se está manifestando) y de la especie humana (que parece cada vez más probable). Pero soy convencido de que el inevitable muchas veces no se realiza porque el imprevisible tiende a prevalecer.


El regreso de la muerte

-Una de las tantas cosas que el virus modifica es cómo se viven la muerte y los duelos. En Más allá del colapso usted se refiere al regreso de la muerte a la escena del discurso filosófico. ¿Cómo puede leerse este cambio?
-La muerte ha sido removida, denegada, borrada en la escena imaginaria de la modernidad. El capitalismo ha sido el intento más exitoso de alcanzar la inmortalidad. La acumulación de capital es inmortal. La vida humana se identifica con su producto abstracto y logra vivir immortalmente en la abstracción. En consecuencia, rechazamos la idea de nuestra mortalidad individual, porque consideramos a la vida como propiedad privada que no se puede acabar. La destrucción sistemática del medio ambiente es la prueba de que no creemos en la mortalidad: no importa si matamos la naturaleza, porque es la sola manera de realizar la acumulación de capital, nuestra eternidad. Pero la pandemia nos obliga a reconocer que la muerte existe, que es el destino de cada ser viviente. La abstracción ha perdido su potencia, el dinero no puede nada frente a la muerte. El problema es que no estamos hablando (sólo) de la individual, estamos hablando de la extinción del género humano como horizonte de nuestra época.


Enfermedad virtual
-“Cuando la pandemia finalmente se disipe (suponiendo que lo haga), es posible que se haya impuesto una nueva identificación psicológica: online equivale a enfermedad”, escribió. ¿Puede explayarse sobre esto, y sobre qué lugar le quedará al cuerpo?
-Se podría verificar algo muy interesante: después de un largo plazo de tiempo en que la relación corpórea ha sido remplazada por la online podría verificarse una identificación psíquica de la dimensión online con la enfermedad, con un período de soledad y miedo.¿Cómo se resolverá la oscilación? ¿Con una epidemia de autismo suicida o con una explosión de deseo liberatorio? No lo sabemos, pero podemos reflexionar sobre las alternativas que se van designando en el umbral.


domingo, 23 de agosto de 2020

Tácticas de Mimetismo: Solidaridad Obrera Demanda al Sindicato de Vox por Usurpación

Sin ingeniería social, sin psy-ops en red, pura ignorancia. Los fachas se fijaron en un sindicato derechista famoso, se les metió en el bolo el nombre y, pues venga, adelante. Así funcionan, reflexión 0; por eso son tan peligrosos.

Fuente - SOLIDARIDAD OBRERA DEMANDA AL SINDICATO DE VOX POR VULNERAR EL DERECHO A LA LIBERTAD SINDICAL: - CONFEDERACIÓN SOLIDARIDAD OBRERA 18.8.2020 Comunicado de prensa

El Sindicato Único de Trabajadores Solidaridad Obrera quiere comunicar al conjunto de la ciudadanía que ha procedido a demandar judicialmente ante la Audiencia Nacional al Sindicato Solidaridad de Vox (Sindicato para la Defensa de la Solidaridad con los Trabajadores de España, SPDSTE), impulsado por militantes del partido político ultraderechista Vox, por vulnerar el derecho a la libertad sindical, recogido en el artículo 28 de la Constitución.

Solidaridad Obrera es una organización anarcosindicalista legalizada en el año 1989, siendo heredera ideológica de la primera Solidaridad Obrera de principios de siglo XX.

Desde entonces ha sido conocida ampliamente como “Solidaridad Obrera”, “Solidaridad” o “La Soli” a nivel social, mediático y popular. Miles de trabajadores y trabajadoras conocen a Solidaridad Obrera como una organización sindical que no recibe subvenciones ni tiene liberados a tiempo completo, y que articula un espacio de defensa combativa de los derechos de la clase obrera, teniendo representación en numerosas empresas, tanto públicas como privadas, y habiendo participado en diversos conflictos sindicales ampliamente conocidos, como las huelgas del transporte del 90 y 92 en Madrid, las huelga del Metro de Madrid, como las de 1997 o la de junio de 2010, las huelgas generales de 2012 o la huelga de Limpieza Viaria de noviembre de 2013, etc.

El Sindicato Solidaridad de Vox es una organización pantalla lanzada recientemente por el partido político ultraderechista Vox para operar en el ámbito laboral. Ha sido presentado por dirigentes de dicha organización populista como “el sindicato de los trabajadores españoles”, y ha empezado a usar en sus redes sociales, web y en los medios de comunicación el nombre de “Solidaridad”, llegando, incluso, en alguna ocasión, sus simpatizantes, a anunciar su aparición usando dicho nombre junto a nuestro logo, el logo de Solidaridad Obrera.

Como explica la Sentencia del Tribunal Supremo de 25 de mayo de 2000, las denominaciones históricas de las entidades sindicales, que los trabajadores relacionan con una determinada trayectoria o actividad representativa, pueden seguir siendo utilizadas de manera lícita para su identificación, normalmente con segundos nombres o designaciones adicionales. Y fija dicha sentencia que la denominación de los sindicatos no debe coincidir ni inducir a confusión con otra entidad sindical legalmente registrada. Como afirma el propio Tribunal Supremo, el nombre identificador de una organización sindical constituye, sin duda alguna, un elemento básico de su existencia dentro del ámbito laboral y, por tanto, cualquier duda que pueda suscitarse al respecto, necesariamente, tiene que afectar a aquel derecho fundamental (en referencia al artículo 28 de la Constitución, referido a la libertad sindical), que, obviamente, se puede ver lesionado por la utilización de una denominación idéntica o, simplemente, inductora de confusión dentro del mundo sindical.

La organización ultraderechista Vox quiere entrar en el universo laboral mediante una operación que consiste en tratar de colonizar el nombre de una organización sindical ya existente, y con amplio respaldo de la clase obrera más combativa en numerosas empresas, para tratar de generar confusión entre los trabajadores y trabajadoras. Intentan aparecer como sindicalistas, cuando no son más que la correa de transmisión de un partido político ultraliberal, vinculado con los sectores más retrógrados del empresariado, que defiende, por ejemplo, la limitación del derecho de huelga.

Esta operación, que pretenden sustentar en el acceso privilegiado a los medios de comunicación que tiene un partido político con presencia en el Congreso, constituye una abierta vulneración del derecho a la libertad sindical de los trabajadores y trabajadoras organizados en Solidaridad Obrera, reconocido por el artículo 28 de la Constitución.

Solidaridad Obrera es una organización anarcosindicalista, federalista, feminista y anticapitalista que combate la sociedad de clases y defiende a los trabajadores desde una práctica asamblearia y profundamente democrática. No permitiremos, por tanto que el fascismo se apropie de la palabra “solidaridad” que debe ser patrimonio único, y divisa antifascista de todas aquellas y aquellos que consideran que al fascismo no se le discute, se le combate.

Solidaridad no puede tener nada que ver con los políticos machistas, neofranquistas, ultraderechistas y autoritarios de Vox, que ahora pretenden disfrazarse de sindicalistas para tratar de generar confusión e indefensión entre la clase trabajadora.

Por todo ello, el pasado viernes hemos presentado una demanda en la Sala de Social de la Audiencia Nacional contra el nuevo “Sindicato de Vox”, que pretende autodenominarse “Solidaridad” generando confusión con Solidaridad Obrera. En dicha demanda solicitamos que dicho “sindicato” deje de usar la denominación de “Solidaridad” y que sea condenado a pagar una indemnización de 10.000 euros. Indemnización que de obtenerla, donaremos íntegramente en la campaña “Alimentos para Paradxs”.

Y, respecto a los ultraderechistas que pretenden disfrazarse de sindicalistas, sólo nos queda añadir lo que dijo Ángel Pestaña tras reunirse con José Antonio Primo de Rivera: “Que el nacionalismo como idea política me parecía una idea superada y sin sentido en el mundo de hoy, causante de tantas guerras inútiles, y tan reaccionaria como el fanatismo religioso; que así como el dinero no tenía patria, los trabajadores explotados tampoco la tendrían hasta que logren construir una sociedad en la que sean reconocidos todos sus derechos humanos, económicos, sociales y políticos.”

En Madrid, a 17 de agosto de 2020, en nombre del Comité Confederal del Sindicato Único de Trabajadores Solidaridad Obrera:

Manuel Fernández Suárez (Presidente de Solidaridad Obrera)