La tarcoteca

by Pablo Heraklio, PHkl/tctca. Contact at Tarcoteca@riseup.net

lunes, 10 de octubre de 2016

¿Cuándo se hundirá el sistema? "ha caído ya y nos ocultan su cadáver con toda clase de malabarismos"

Esperábamos un final estruendoso, digno de Hollywood. En cambio tenemos un cadáver putrefacto descomponiéndose al sol desde hace décadas: el capitalismo senil ha muerto. La Banca ganó a Estados y Empresas financiarizando la sociedad y tomando todas las decisiones importantes. Son Soberanos.

¿Que hay después? ¿Qué nos deparan las élites? ¿Qué ha pensado la banca? Nos tienen preparada una economía de Estado Centralizada. Otra vieja fórmula que tampoco funcionó y que todos conocemos por otros nombres: Monopolios y Oligopolios. Fantasmas del pasado como el fascismo o la fase superior del capitalismo, el Imperialismo.

Ya solo nos queda esperar y bridar por la Gran Crisis, esa crisis sin rescate que deje el estado sin servicios y sea la escusa perfecta para renacionalizar y concentrar las empresas en Bloque. Tal vez Alemania por medio del Deutschebank vuelva a ser el primer país en sufrir la transformación.

Tampoco funcionará. El centralismo es una vía muerta que lo único que crea son áreas de exclusión y aún menores beneficios. Empujará a la búsqueda de nuevas fórmulas. Os esperamos fascistas en las calles, Autoorganizadxs, Asamblearixs, Autónomxs y Libertarixs!

Salud y a brindar por el muerto! (por que no se levante) PHkl/tctca
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Queridos lectores,

Esta semana, Javier Pérez ha escrito este sencillo pero esclarecedor ensayo de perturbador contenido. Para reflexionar.

Les dejo con Javier.

Salu2,

AMT
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¿Cuándo se hundirá el sistema? Pues ayer.

Hoy quiero empezar con una extraña confesión: mi experiencia leyendo y escribiendo sobre peak oil y temas energéticos no me llevó a escribir sobre el apocalipsis de los recursos ni una novela madmaxista. A fuerza de sumergirme en el tema, acabé escribiendo una novela de romanos. La maldición de las Águilas, se llama. No os voy a contar cual es la maldición, pero sí dónde está el paralelismo: en la encarnizada lucha entre la naturaleza y la técnica, en la carrera suicida en la que por un lado nos amenaza el desastre medioambiental y por otro el económico. En las consecuencias de la extracción de un recurso, con medios de la antigüedad, hasta el punto de crear un paisaje como el de las Médulas, digno de un bombardeo atómico.

Porque en esas estamos. Primero lo medioambiental. 

De los problemas con el Fósforo ya se ha hablado aquí. Del cambio climático, se habla aquí y en todas partes, cada vez más a menudo, y se aportan gráficas como esta que dan más miedo que otra cosa. No vale la pena insistir.

La población de la Tierra ha alcanzado una cifra en la que una sucesión de dos o tres malas cosechas podría llevar a la hecatombe, y resulta que las cosechas son producto de sistemas vivos dependientes de una enorme cantidad de variables, desde la humedad a las horas de sol, pasando por los insectos polinizadores como las abejas hasta llegar a un número de variables, que dependen a su vez de otras, demasiado complejo para darle otro nombre que no sea azar. ¿Cuánto falta para que falle uno de esos eslabones, forzados ya por la inestabilidad climática, la destrucción de la biodiversidad o el abuso en la utilización de ciertos recursos? Depende del humor que se levanten los números aleatorios. La producción mundial de trigo, por ejemplo, sigue creciendo, pero un poco más lentamente que el crecimiento de la población, lo que hace que cada día estemos más expuestos al picotazo del cisne negro, o al garrotazo de alguna enorme estupidez que cometamos.



Posiblemente, y es de temer, Malthus no estuviera equivocado, sino que le falló el calendario. Como a nosotros con el peak oil, lo que nos lleva a reflexiones como la de este artículo de Antonio en el que explica perfectamente que tampoco es cosa de preocuparse por un poco más o un poco menos de repercusión.
En segundo lugar, vamos a lo económico. Y ahora, seguramente, es cuando esperáis que hable de China y la tremenda olla caníbal que se está cociendo allí. Pero no. Hoy no.

Hoy me gustaría poner todo el énfasis sobre un dato del que se habla muy poco y que, para mí, certifica que el sistema no es que esté a punto de caer, sino que ha caído ya y nos ocultan su cadáver con toda clase de malabarismos, a ver lo que tardamos en darnos cuenta. Se trata, seguramente, de que el sistema gane alguna batalla después de muerto, como el Cid, o de postergar la muerte del dictador para dar tiempo a una facción a posicionarse más cómodamente para la sucesión.

Y me explico, pero sin extenderme mucho.

Lo que más desconfianza me causa en esta crisis que no va a terminar nunca es que trate de arreglarse ofreciendo dinero a espuertas, y además a tipos de interés negativo. Ya sabéis: el abuelo está mejorando, le vamos a dar el alta esta misma semana, va a quedar como nuevo, pero de momento, esta noche, le vamos meter tres litros de sangre, un pulmón, y un hígado nuevos. ¿Poco creíble, verdad? Pues lo que nos están contando de la recuperación económica es más o menos lo mismo.

Pero eso sólo es un síntoma de que algo no va bien: mi desconfianza ha ido en aumento a medida que he ido comprobando la decorrelación entre las cotizaciones bursátiles, de bonos y de deuda pública con los datos reales, hasta que me he llegado a convencer de que todo se ha ido ya al carajo y no lo han hecho público.

Lo cierto es que, si os fijáis, veréis que para las grandes empresas empieza a ser más o menos indiferente tener buenos resultados o tener pérdidas. Empieza a dar igual si sus expectativas mejoran o empeoran: si su deuda es admitida entre las elegibles para que la compren los bancos centrales en sus programas de expansión cuantitativa, entonces sus acciones suben. Y quien deja de estar en esos programas, ve bajar sus valores. Sin remisión.

Lo mismo sucede con los Estados: da igual tener Gobierno que no, un paro por las nubes o una productividad de risa: si el banco central del que dependes te compra de manera ilimitada e indefinida tu deuda, no hay problema con el déficit, no hay problema con los servicios, no hay problema con nada. Lo malo llega el día en que no te cuadras con el suficiente brío, o no te agachas con la debida complacencia, y el Banco Central decide que tu deuda ya no es elegible: y entonces te desplomas.

Desde siempre, podía verse una clara correlación entre los beneficios de una empresa, o sus activos, y su valor en bolsa. Ahora, podéis fijaros cualquier día, hay empresas que han superado en capitalización 25 veces el valor de sus ganancias, dan avisos de pérdidas, ¡y no pasa nada!

Desde siempre, se esperaban con temor o expectación los resultados de las empresas: ahora los grandes vaivenes de la bolsa y de las inversiones vienen dados por una u otra nimiedad que declara un banquero central. De hecho, las malas noticias económicas se celebran por todo lo alto, con grandes subidas en los mercados, porque eso supone que los bancos centrales tendrán que imprimir más dinero o no podrán, en esa tesitura, subir los tipos de interés. ¿Importa lo que pase en el mundo real? En absoluto: lo que importa es el dinero que los banqueros centrales imprimen de la nada, que es el que llega a chorros, y sin esfuerzo, a las plazas bursátiles.

¿De verdad es este el sistema que conocíamos? Pues no. Le siguen llamando capitalismo, o libre mercado, pero en realidad el timón no lo llevan ni los trabajadores ni los patronos, sino unos tipos, ajenos a ambos colectivos, que están al margen.
La oferta y la demanda siguen funcionando, pero sólo para lo pequeño. En las grandes magnitudes, sólo quedan los bancos centrales, al mando de todo, decidiendo qué deuda compran los bonos de qué empresas pueden entrar en su balance y la deuda pública de qué países es elegible para sus programas de expansión monetaria. Echemos un vistazo a este gráfico de Bloomberg: [evolución de las bolsas tras el Brexist, Dow Jones, Euro Stoxx 50, Nikei]

¿Creemos de veras que el Brexit es tan buena noticia como para que las principales bolsas suban con fuerza tras la caída inicial? Para nada: la cuestión es que, todos los bancos centrales dijeron que combatirían el enfriamiento con nuevos estímulos monetarios y que este evento retrasaría cualquier subida de los tipos de interés. Los mercados ya no siguen al mundo real, ni se correlacionan con él. La dependencia de los bancos centrales es absoluta y estos se han convertido en el único actor relevante en los corros financieros
Eso, amigos, no es capitalismo: eso es un remedo de la Unión Soviética, donde un solo actor económico centralizado determinaba con su planificación todos los movimientos económicos.

El sistema se ha venido abajo. En su lugar hay dos o tres manos poderosas que deciden donde se invierte y dónde no, quién gasta, quién produce, y el qué. Sin politburó, sin aplausos de momias rojas y sin planes quinquenales publicados a bombo y platillo en el boletín oficial del Partido.

Pero los efectos son los mismos: quien está cerca del poder, medra, y el díscolo perece. Quien tiene una idea, debe venderla al poderoso de turno para que sea explotada convenientemente, pero mejor que no se meta a intentar ponerla él en marcha. Quien tiene una fábrica obsoleta, puede seguir produciendo obsolescencia, mientras cuente con las simpatías del poder. La productividad no importa. La eficiencia, no importa. ¿Para qué, si el exceso de capacidad productiva y el desplome de la demanda hacen imposible vender más? Lo único que importa es que tu deuda corporativa siga en la lista de las elegibles, tu deuda pública sea canjeable pro euros recién impresos o tus pensionistas cobren con yenes recién salidos de una chistera.

El capitalismo liberal ha caído. La economía planificada y centralizada ya está aquí. Pero no es lo que esperábamos, ¿verdad?

Pues buena suerte.

Javier Pérez

6 comentarios:

  1. Tremendo análisis, claro, conciso y documentado. Me ha recordado una frase de Emil Cioran. "El imperio romano se conquistó a pié y se perdió a caballo". Lo cierto es que estamos viviendo un momento verdaderamente delirante, un momento que tipos como Donald Trump encarnan y reflejan a la perfección. El paralelismo que el autor establece con la Unión Soviética me parece en muchos aspectos acertado, pero la situación es infinitamente peor, es decir, global y dirigida por un politburó invisible, si es que siquiera existe. Tremendo.

    Nosotr@s ya tenemos un lugar de retirada y resistencia en la montaña. La centrifugación ha comenzado.

    Salud!... y cuidado con los escombros.

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    1. A mi me hizo que pensar. Los nuevos derroteros son los viejos derroteros y son todos experimentos temporales que no funcionaron. Cuanto más se retrotraen más miramos hacia "El Capital" o "Tierra y Libertad" y más nos damos cuenta de que lo que se decía entonces es valido para ahora.
      Podéis ir a la montaña, pero no escapar de los capitalistas, que hacen visitas turísticas al himalaya haciendo que los ricos suban el Everest como quien da un paseo el domingo por la plaza y van al espacio como quien monta en bici.
      Salud!

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  2. Yo no soy tan optimista, el sistema sigue los pasos que le han marcado.
    Esto se va al carajo, si, pero estaba previsto y ya se está implantando lo siguiente. Morirán y sufrirán muchos en el tránsito, por supuesto, pero de los nuestros, del pueblo, ellos están muy a salvo.

    Para mi la única esperanza es una variable externa, una que ellos no hayan podido tener en cuenta, todo lo demás, todos los escenarios posibles han sido estudiados y resueltos hace tiempo, hace siglos.

    Salud!

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    1. Estoy de acuerdo. En el foro de Davos se consensua todos los años un Documento sobre amenazas globales y cómo abordarlas. Hubo años en que quedaron estupefaztos y sin soluciones, como en 2015, pero ya se les pasó.
      Tienen claras dos cosas: la primera que no van a cambiar de sistema y van a seguir acumulando. A la vista las consecuencias. La segunda que van a seguir compitiendo entre ellos, y si el mar se tiene que salinizar y debemos perder la cubierta vegetal pues comeremos peces de piscifactoría y araremos sobre césped sintético.
      Variable externa? Son capaces de hacer negocio con las catástrofes. No hay plan B, solo dinero.
      Salud y Autogestión!

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  3. De todas maneras, esto es algo que ya se decía en 1999:

    The Question is Not - "When Will Capitalism Die?"
    but "When Did it Die, and What Should Our Reaction Be?"
    By Bertell Ollman

    (Talk at The International Symposium on Socialism in the 21st Century in Wuhan, China - Oct., l999)

    "To begin, I would like to tell you a little story that brings out very nicely what will be the main theme of my talk. On a plane crossing the Pacific Ocean, the pilot informs his passengers that he has two announcements. "One is good news", he says, "and the other is bad news. The good news is that we are traveling at 700 miles an hour and all the plane's instruments are working perfectly. The bad news is that we are lost". Some have suggested that this is an excellent metaphor for capitalism, which works well but also doesn't know where it's going. In my opinion, however, only the latter piece of news is correct: capitalism is lost. But I don't agree that it is working well. On the contrary, right now it is working so badly that if it were really an airplane we would all recognize that it has gone into a tailspin and is on the verge of crashing into the ocean. Keep this little story and particularly my interpretation of it in mind, and you shouldn't have any difficulty in following me in what follows."

    https://www.nyu.edu/projects/ollman/docs/china_speech.php
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    Salud!

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    1. Desde el S.XIX se habla de la senectud del sistema capitalistas. Los más visionarios entendían sus problemas y lo daban por perdido. Pero una cosa es verlo venir y otra que te digan que ya está aquí.
      La decrepitud del sistema de control es aún más patente cuando se buscan viejas fórmulas para los nuevos problemas. Volverá a suceder lo sucedido hasta que las élites los pierdan todo. Los millonarios también se arruinan. Los bancos por muy grandes que sean también caen.
      Salud!

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