La tarcoteca

by Pablo Heraklio, PHkl/tctca. Contact at Tarcoteca@riseup.net

domingo, 13 de diciembre de 2015

¿Se está gestando una Pandora valenciana?

En el último piso de la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Valencia, en la avenida de Fernando el Católico, la actividad es frenética. Un pasillo cruza la planta con despachos en los bordes. Son las dependencias de la Brigada Provincial de Información. Al fondo, la que hace cinco, investiga el movimiento anarquista y okupa (en Cataluña lleva el nombre de antisistema). Los detenidos tienen prohibido mirar a los bordes y, por si acaso, una mano en la nuca se encarga de encaminar la curiosidad. Es un paso fulgurante de uniformes azules, olor a café y ruido metálico de archivadores. Desde allí arriba se examina la ciudad como un cuerpo infectado de independentistas, ultras, inmigrantes o anarquistas. Unas toxicidades que, a ojos policiales, también son vistas con diferentes grados de indulgencia y hostilidad.
Es la Brigada V donde se redactaron, por ejemplo, las nueve cartas, entre citaciones y multas, por la última manifestación, el pasado 19 de febrero, de la Campaña Juntas Sin Miedo, que agrupa a una treintena de colectivos contrarios a la Ley Mordaza. Antes, en junio de 2013, ya se había hecho uso de la sanción y la detención en la carta de una veintena de huelguistas en las movilizaciones estudiantiles del 9 de mayo en Valencia. Se trata de multas de entre 300 y 6.000 € para organizar manifestaciones sin pedir permiso. Ninguna de ellas estuvo asociada a identificaciones previas.
“Tienen todas nuestras publicaciones, cientos de fotos y horas de imágenes”, cuenta alguien que conoce bien ese pasillo y que prefiere guardar el anonimato. “Soy anarquista y vecino del Cabanyal”. Una afirmación nada rara para oídos de finales del XIX y principios del XX. El viejo barrio de pescadores de Valencia, una de las cunas del proletariado del mar, la idea libertaria arraigó con fuerza. También en las últimas décadas y, sobre todo, en los 17 años de plan urbanístico del PP de ampliación de la avenida de Blasco Ibáñez hasta la playa, que proyectaba el derribo de 1.651 viviendas de alto valor histórico. Unos 500 fueron comprados por el anterior Ayuntamiento y sentenciados, sin ejecutar, a la pena sumarísima de excavadora. Un buen puñado fueron ocupados por jóvenes anarquistas. Hoy en día todavía hay una quincena de empleos, más del doble que en el resto de la ciudad.
Un peso de las ideas anarquistas que se percibe también en el entramado social. Desde hace años, el Cabanyal funciona el Ateneo Libertario, Radio Malva y está la sede de la CNT. Próximos a la Idea se organizan los centros sociales La Carpintería, La Escuela, Samaruc y el Espacio Vecinal, que agrupa buena parte de los colectivos que abogan por una rehabilitación con participación ciudadana. Y muy cerca, en el barrio de Benimaclet, funciona el CSO la Huerta, un antiguo vivero de flores ocupado en 2005 y que a raíz del 15M (2011) vivió un fuerte impulso y abrió el vecindario una magna extensión de tierra de huerta. El espacio cuenta con borde 10.000 m2, de los cuales 4.000 están cultivados y divididos en 70 parcelas. Allí se hacen talleres de agricultura ecológica y ha empezado a funcionar una escuela libre.
La mayoría de los activistas son jóvenes universitarios hiperactivos y llenos de inquietudes. Es el caso de Isidro (31 años) y Pep (23 años), nombres ficticios por miedo a los archivos del último piso de Fernando el Católico. Ambos tienen largos caminos personales recorridos. El primero proviene de una familia de clase alta del barrio de Salamanca, en Madrid. El segundo, de padres “muy del PSOE”. Ambos coinciden en que el anarquismo tiene que estar a pie de calle y que poco importa la definición o la etiqueta, sino la influencia y el compromiso. “En los últimos años hemos roto muchos tabúes”, explica Isidro, quien considera un hito “la estrecha relación con el independentismo”. Y Pep va más allá: “El anarquismo ha calado en movimientos como el 15M o la PAH, que han dado la vuelta a la sociedad española y han reventado el bipartidismo”. “De dónde viene sino el asamblearismo, la acción directa o el apoyo mutuo que se practica?”, Se pregunta.
“Desde hace unos diez años el movimiento libertario, de manera conjunta y sin ningún congreso, decidió formar parte de las luchas sociales de manera diseminada, impregnándose las”, sintetiza el anterior vecino del Cabanyal, para quien “el fin de ETA ha generado el desasosiego en el Estado para buscar un enemigo interior fuerte que también dé salida al enorme gasto humana y técnica en guerra preventiva “. Como resultado, opina, está la criminalización del movimiento libertario, “puro derecho penal del enemigo y enésima fabricación del chivo expiatorio”. Históricamente ya ocurrió con el caso Scala, en la Barcelona de 1978, cuando se inculpa la CNT y la FAI, sin pruebas, de la muerte de cuatro personas durante un atentado en esta conocida sala de fiestas.
Otro de los casos más flagrantes del montaje policial lo relata Francisco Collado al libro Abriendo puertas. Okupaciones en Valencia 1998-2006. En 2002, cuatro okupas del centro Malas Pulgas, tocando en el Puerto, pasaron cuatro meses en prisión preventiva por aplicación de la ley antiterrorista, con derivación procesal incluida en la Audiencia Nacional. Se les acusó de destrozar cuatro inmobiliarias, una sucursal bancaria, varios contenedores y un vehículo. Las pruebas fueron unos supuestos manuales de explosivos y fanzines del movimiento okupa y de apoyo a presos encontrados durante los registros en los domicilios. Un caso con similitudes con las operaciones Pandora y Piñata que se han seguido recientemente en Barcelona y en Madrid.
Es posible una Pandora Valenciana? “De momento, no”, cree Collado, para quien la presencia del movimiento libertario en la calle, en la sociedad, es más floja que no en Cataluña y, por lo tanto “menos amenazante para el Estado”, pero pueden traure- se-la de la manguera en cualquier momento que les pudiera interesar “. Una afirmación que, para los activistas del Cabanyal y de Benimaclet, es una mezcla de realidad y de estrategia. De hecho, la aplicación de la norma antiterrorista necesita un elemento aglutinador, de una entidad con nombres y apellidos. En el caso catalán son los GAC (Grupos Anarquistas Coordinados). Y desde un punto de vista aún más de suma está el proceso catalán Embat o el madrileño Apoyo Mutuo. ” hace un par de años decidimos no crear una plataforma similar en Valencia “, explica el vecino del Cabanyal, quien cree que, si lo hubieran hecho,” es posible que hubiéramos puesto [en la Brigada de Información] las cosas en bandeja “.” Funcionamos con una informalidad formal; abandonar el aislamiento y la homogeneidad nos ha ayudado a crecer “, concluye.
De hecho, la conexión el Cabanyal-Benimaclet se convierte en un foco de irradiación de ideas libertarias. En el último barrio se concentran buena parte de los estudiantes provenientes de las comarcas centrales de la Comunidad Valenciana. Muchos jóvenes hacen carrera en las facultades y escuela política en espacios como el CSO la Huerta. No es extraño que en el Valle de Albaida, el Condado, el Alcoyano o la Safor proliferan ateneos, radios y centros autogestionados. Y que luchas como las desencadenadas contra la Alta Tensión o la planta de residuos animales de la Pobla del Duc llevan la rúbrica libertaria con influencias formales de la resistencia a la desaparición de la huerta de La Punta, a principios del 2000. Todo un seguido de raíces libertarias sin pasar necesariamente por la pila bautismal. Es decir, lo que pensadores ácratas como Tomás Ibáñez o Carlos Taibo denominan “anarquismo de extramuros”. O lo que Léo Ferré condensó en el himno Los anarquistas: “Son uno entre cien y sin embargo existen” y “Nunca se les ve; sólo cuando se les tiene miedo”.

2 comentarios:

  1. RECTIFICACIÓN, perdona, Pablo, hermano...


    Tenemos que tener presente que el camino para el avance de la revolución social hacia la liberación del ser humano, llegando a al aprendizaje que nos emancipe para ser capaces de vivir sin tutelas ni sometimiento, que nos lleve a todos y cada uno a ser partícipes sin aislamiento alguno de las cosas importantes que tienen que ver con nuestro vivir, de nuestro vivir común como pueblo con minúsculas, sin tener que delegar nuestros que haceres ni nuestras responsabilidades en los que nos engañan. El año dosmil once nos juntamos en Ruesta, convocados por una iniciativa impulsada por un grupo catalán entre los que se encontraba Enric Durán, y nos acabamos juntando alredededor de quinientas gentes, vino gente de todo el estado de diferentes colectivos, de tinte anarquista los que más . La cooperativa autosuficiente catalana empezaba en aquellos momentos o poco antes de ése encuentro, a día de hoy han conseguido un desarrollo increíble como forma de vida, como forma de distribución de alimentos y han conseguido emplearse una cantidad interesante mortales. En uno de los talleres, recuerdo unos chavales jóvenes alicantinos decir que en la colectividad anrquista de Alcoy, de la que eran miembros, que ellos vivían en comunismo libertario cada día. Venidos desde Badajoz o de Sevilla contaban sus esperiencias en diferentes grupos de temáticas específicas, como en grupos trasversales donde se compatía lo hablado y desarrollado en otros grupos. Se hicieron turnos de comida, limpieza y reparto de tareas. La cuadrilla que ibamos desde donde vivo llegamos un martes, hasta el domingo, el sábado por la noche para que no fuera solamente activismo puro duro, despues de cenar y haber participado en talleres diversos, bebimos, cantamos canciones revolucionarias y nos hermanamos. De verdad fué un auténtico subidón de capacidad organizativa y nos hizo coscientes de que la fuerza nos la da la unión, la costancia y el desempeño del trabajo necesario para conseguir lo que pretendemos. un abrazo, hermanos.


    Salud y revolución social.

    Oskar

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    1. Que sana enviada, compañero. Me recuerdan a las acampadas libertarias de CNT León, todo un clásico.
      Las experiencias autogestionarias crecen como champiñones, alentadas por la exclusión y la necesidad. Las redes se están conectando y ampliándose de forma silenciosa. Tengo muchas esperanzas en tales experiencias, la verdad que creo que serán la clave del futuro, porque ya fueron la clave del éxito en el pasado. Y la experiencia de vivir la anarquía, eso es indescriptible. Lo pienso y me emociono.
      Salud y Revolución, hermano!

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